‘4 cobayas mutantes. El secuestro de Pantaleone’, de Artur Laperla

Editorial: Harper Collins / Harper Kids.

Guion: Artur Laperla.

Dibujo: Artur Laperla.

Páginas: 104.

Precio: 13,90 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Marzo 2021.

Son cuatro, son mutantes, pero no son tortugas y en teoría tampoco son adolescentes aunque no haya nada que demuestre lo contrario. 4 cobayas mutantes es la criatura que se ha sacado de la manga Artur Laperla para entretener a lectores infantiles a los que les puedan gustar las historias de acción y misterio, y nos ofrece una primera entrega, El secuestro de Pantaleone, que tiene vocación de continuar con nuevas aventuras y que deja con el regusto agradable necesario para conseguir que haya más. Laperla sabe que un primer libro tiene que enganchar por sus protagonistas y por el escenario, pero se agradece que haya más que eso en su propuesta. De hecho, y sabiendo el tipo de lector por el que apuesta, se agradece que rompa los estereotipos, dejando un claro mensaje que no parece forzado ni impuesto en ningún momento y que se suma con naturalidad y elegancia al gancho visual que tiene el tebeo. Es sencillo, desde luego, porque no tiene ninguna necesidad de complicarse con artificios que habrían sido inadecuados, es una presentación más que correcta con la que sienta las bases de la personalidad de sus cuatro protagonistas sin hacer que ninguno quede por encima de los demás, y deja muchas cosas en el aire que seguro permanecen en la cabeza del autor para dar pie así a nuevos relatos que den continuidad a la serie.

Lo esencial, por supuesto, es dar a los chavales de entre seis y ocho años, para los que está indicado este volumen, una lectura trepidante y llamativa, y esta lo es. De hecho, si cogiéramos el tebeo y lo analizaremos con calma veríamos que casi la mitad de sus páginas de van en una sola secuencia de persecución y pelea, una que se configura a través de los diálogos breves y concisos de sus personajes y de las habilidades básicas con las que Laperla ha dado vida a sus cuatro cobayas. Dentro de una propuesta bastante completa, lo mejor de 4 cobayas mutantes está, de hecho, en la cohesión que hay en el grupo a pesar de tener muy poca información sobre sus integrantes. El autor da por asumido que son amigos con una brevísima introducción, su historia de origen (que en otras manos seguramente habría sido el eje de un primer libro… y seguramente con eso se habría perdido el interés de muchos jóvenes lectores), y eso basta para que sepamos quienes son, cómo hablan, qué capacidades tienen y cómo se van a interrelacionar entre ellos. ¿Y la aventura que viven? Lo dicho, una muy sencilla en su base pero que tiene la habilidad suficiente como para mostrar que las cosas no son siempre lo que parecen. En otras palabras, hay sorpresas bien plantadas en el relato que no están reñidas con esa sencillez de la que hablamos.

El dibujo de 4 cobayas mutantes tiene los mismos objetivos que la historia, y eso se agradece porque aporta una sintonía al conjunto bastante agradable. Laperla diseña unos personajes a los que se tiene que entender sin problemas desde un primer vistazo. Con las cobayas lo tiene fácil, por ejemplo dando corpulencia a Sansón para mostrar la gran fuerza que tiene, y se nota que narrativamente el que más satisfacciones le da es Monísimo, porque es el que más le permite experimentar con una secuencia de viñetas que bien podría colar en un tebeo más adulto sin que por ello desentone aquí. Se nota, en cualquier caso, que la sencillez es también narrativa, con páginas poco recargadas y de pocas viñetas, también en el juego de voltear la página que hará gracia a lectores de corta edad, o en la claridad de su caricatura para que los malos parezcan malos cuando tienen que parecerlo, o incluso para que los poderes de nuestras cuatro cobayas luzcan cómo deben hacerlo en el momento adecuado. Laperla ha dado con una buena idea que funciona con bastante eficacia, de la que seguramente tiene ya muchos más detalles para futuras emociones, y que funciona en la lectura más básica pero también si se le quieren buscar dobleces más sarcásticas, síntoma de que estamos ante una serie bien planteada y ejecutada.

No tiene contenido extra.

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