Guión: Kieron Gillen.
Dibujo: Jamie McKelvie.
Páginas: 208.
Precio: 20,50 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Diciembre 2020.
Es lícito preguntarse a estas alturas de The Wicked + The Divine preguntarnos qué narices nos están contando en realidad Kieron Gillen y Jamie McKelvie, porque hay momentos en los que es facilísimo perder de vista que haya algún tipo de intención de profunda. Pero es que su serie es tan adictiva que da igual. Uno no sabe si se toma en serio o si se está burlando de todos nosotros, pero nos tiene atrapados. ¿Es una historia de dioses o de humanos? Da igual, porque al final nos captura con una narrativa tan atrevida y original que casi parece imposible que esto haya visto la luz, que alguien sea capaz, por ejemplo, de dar luz verde a la publicación de un número como el 36 de esta serie, en el que durante once páginas asistimos a la repetición de un momento que se repite en el tiempo cada noventa años, o del 37, en el que reproducen casi lo mismo pero con una sucesión de viñetas en negro. Así, tal cual. Eso es The Wicked + The Divine, un experimento rompedor y delicioso en el que van sucediendo cosas, que nos habla de la humanidad de los dioses y en la podredumbre de su humanidad, que baja del pedestal al poderoso para convertirle en alguien rastrero y egoísta. Es una orgía de violencia que nos habla de la idolatría a niveles que probablemente no hayamos visto nunca, y una obra psicodélica hasta el extremo en muchos sentidos.
Y dicho todo esto, el caso es que llevamos ya siete volúmenes siguiendo las andanzas y maquinaciones de estos doce jóvenes, reencarnaciones de dioses que se producen cada noventa años y que en este particular escenario llegan como auténticas estrellas pop que la modernidad casi convierte en figuras de culto. Gillen sabe que lo que nos expone, número a número, es un auténtico galimatías que exige de un esfuerzo grande para trazar todas las líneas necesarias para ser comprendido en toda su magnitud, pero al mismo tiempo es consciente de que ofrece una segunda opción de lectura, la de la montaña rusa de acontecimientos y giros, la que se experimenta más desde lo emocional y desde lo sensorial, que desde lo racional. Esa es la magia de The Wicked + The Divne, que se disfruta una barbaridad cuando se van atando los cabos pero también aunque nos dé igual lo que está pasando y simplemente queramos dejarnos llevar. El escritor crea un mundo tan turbio que cada escena nos vale como un microuniverso del que vamos a salir satisfechos, pero que a la vez consigue que el cuadro general nos entusiasme en la misma medida. Y siempre con una sensación de clímax que casi parece imposible llevar sosteniendo desde hace tanto tiempo, casi desde el principio de la serie.
Si la narrativa que propone Gillen es atrevida, lo que hace McKelvie con ella casi parece ciencia ficción. Vayamos al primero de los números que decíamos en el arranque en el que se repite una secuencia idéntica espaciada en el tiempo. En esas páginas se ve la genialidad del ilustrador con mucha facilidad, porque refleja con todo lujo de detalles una secuencia que provoca infinitas sensaciones. Podemos reírnos ante la locura que estamos viendo, podemos sufrir con ella, podemos incluso sentirnos repelidos por lo que supone. Y todo en seis pequeñas viñetas por página desde el mismo punto de vista. Es, de alguna manera, la quintaesencia visual de The Wicked + The Divine, del mismo modo que lo es esa construcción narrativa psicodélica y casi alucinógena de un combate que se antoja decisivo. O como lo es el brutal trabajo de color de Matthew Wilson, que nos pone en la situación que quieren Gillen y McKelvie con un acierto asombroso. Sabiendo que estamos ante una serie que en sus partes pide una comprensión sensorial y en su conjunto una mucho más psicológica, ¿hay algo que falle en The Wicked + The Divine? Desde aquí no podemos decir absolutamente nada. Es una serie que quiere impactar y lo hace a tantos niveles que el consejo solo puede ser el del disfrute absoluto con las revelaciones que vemos en este penúltimo capítulo.
El volumen incluye los números 34 a 39 de The Wicked + The Divine, publicados originalmente por Image Comics entre marzo y septiembre de 2018. El único contenido extra son las cubiertas originales de Jamie McKelvie, Daniel Warren Johnson, Yoshi Yoshitani, Babs Tarr, Erica Henderson, Cliff Chiang y Phil Jiménez.
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