‘Corto Maltés. Las etiópicas’, de Hugo Pratt

Editorial: Norma.

Guion: Hugo Pratt.

Dibujo: Hugo Pratt.

Páginas: 104.

Precio: 26 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2021

Aun a riesgo de repetirnos, qué maravilla supone recuperar las aventuras de Corto Maltés tal y como fueron concebidas y en el orden en el que fueron publicados. Nos repetimos, sí, porque la obra de Hugo Pratt, siendo universal, sigue siendo a la vez algo desconocida. Todo el mundo ha oído hablar del Corto Maltés de Hugo Pratt, pero probablemente lo haya leído menos gente de lo que merece esa portentosa serie, retrato de un personaje magnifico pero a l aves de un mundo muy concreto. En las aventuras de Las etiópicas, que así se titula este quinto volumen, que sigue a Las célticas (aquí, su reseña), seguimos a Corto por África, con todo lo que eso conlleva, y conocemos a uno de los secundarios gloriosos de las andanzas de nuestro héroe, Cush, un aguerrido guerrero con el que nuestro aventurero entabla unos diálogos maravillosos. Pratt sigue demostrando con estas páginas que no había cajón en el que encasillarle, porque sus historias tan pronto tenían un ritmo como el contrario, tan pronto celebraban el heroísmo de su protagonista como le colocaban en el papel de mero espectador, tan pronto se sucedían en un escenario o en otro completamente diferente. Esa es la magia de Corto Maltés, que siendo una obra reconocible en extremo, da igual que la leamos en color o en blanco y negro, es a la vez una sorpresa continua.

Vemos en este libro el escenario siempre sugerente de las colonias africanas y lo vemos en tiempos que todavía son de guerra, con todo lo que eso conlleva. Pratt muestra en estas historias el manejo de ese escenario bélico, conjugándolo con una modélica presentación de costumbres locales, de formas de vida muy distintas. Y Corto siempre está en el centro de todo, siendo el nexo de unión entre el mundo más cercano y el más desconocido, el que sabe hablar con la misma destreza con un guerrero dancalo como Cush y con todo tipo de occidentales. Corto no está en guerra, pero no puede resistirse a estar ahí, en todas las refriegas, y Pratt nos deja en De otros Romeros y de otras Julietas uno de esos diálogos que enseñan la perfección de su criatura. “Yo no soy un héroe… Soy como los demás. Y como los demás tengo derecho a equivocarme sin estar obligado a hacer un examen de conciencia cada vez…”, dice Corto en un delirio febril frente al desierto. Eso es Corto Maltés, eso y todo lo que Pratt coloca a su alrededor, nutrientes de un sueño portentoso conformado a base de relatos cortos de grandes miras, todos ellos con moralejas que sacar, todos ellos con unos diálogos brillantes y la mayoría introduciendo secundarios llamados a brillar junto al protagonista. Mejores o peores, pero qué difícil es encontrar pegas en cada uno de los relatos del libro.

Y lo mismo pasa con su dibujo, que por supuesto mantiene unas características esenciales pero en el que Pratt siempre estaba dispuesto a arriesgas. No hay más que ver la página inicial de Leopardos, el relato que cierra el libro, en el que su lienzo son las líneas de la piel de las cebras. Siempre hay en Corto Maltés momentos así, siempre hay batallas que construir y preciosos escenarios y ropajes que dan a la serie ese toque de exotismo continuo e inagotable que siempre funciona con la misma precisión, da igual a qué lugar del mundo nos lleve. En ese caso, es fascinante la inmersión en las culturas africanas al tiempo que seguimos viendo el retrato de los primeros años del siglo XX. Pratt no falla y la forma en la que construye sus secuencias, el sentido narrativo que da a cada uno de los artificios con los que construye secuencias que ayudan a definir a Corto como personaje y al mundo en el que vive de una manera tan precisa como lo hacen las palabras. Es difícil encontrar una narrativa tan moderna en una composición de página tan clásica como la que nos ofrece Pratt además de una manera continua, casi como si fuera fácil conseguir lo que nos da en cada aventura. Las etiópicas suponen un conjunto muy apreciable dentro del devenir de la serie, tiempo y dinero muy bien gastado en nuestros días para algo que convence desde que nació hace tanto tiempo.

El contenido extra lo forman un artículo introductorio de Juan Díaz Canales y las ilustraciones y fotografías que lo acompañan.

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