‘La espada de San Eufrasio 4. Camino de sangre’, de Pepe Rey, Manolo López Poy y Miguel Fernández

Editorial: Diábolo.

Guión: Pepe Rey, Manolo López Poy.

Dibujo: Miguel Fernández.

Páginas: 48.

Precio: 15,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Enero 2021.

Llegamos ya al cuarto álbum de La espada de San Eufrasio y la espléndida noticia es que la serie de Pepe Rey, Manolo López Poy y Miguel Fernández sigue manteniendo intactas sus principales virtudes. Sus tramas se van concretando poco a poco, sin prisa pero sin dejar de ir introduciendo esos elementos que nos permitan ir vislumbrando caminos por los que seguir transitando a todos los niveles, desde el más pequeño, el de ese grupo de bandoleros casi improvisado el que se integra la familia de Rosendo, al más grande, el de esa lucha de poder que se establece en la Galicia de mediados del siglo XV y que ahora parece más cruenta que nunca. De hecho, si echamos la vista atrás, La espada de San Eufrasio se ha ido convirtiendo en lo que nos dice ahora el título de este cuarto álbum, un Camino de sangre para el que parece que no hay ya freno y que solo puede acabar con la mayor de las tragedias a poco que los acontecimientos sigan desencadenándose al mismo ritmo que hemos visto hasta ahora. Y es un ritmo notable, casi documental, porque la Historia, con mayúsculas, es un elemento tremendamente importante en esta narración, a nivel narrativo, desde luego, pero también a nivel visual. Y por eso la serie sigue al nivel que sigue, uno muy alto, en el que caben esperar todavía muchas sorpresas.

El mérito histórico y documental que tiene el trabajo de Rey y López Poy lo venimos destacando desde el primer álbum de la serie (aquí, su reseña), y da gusto comprobar cómo el paso de las páginas y el devenir de los acontecimientos para dar poso a una historia que tiene mucho de ficción no se ha comido nada de los logros acumulados en ese terreno. Con demasiada frecuencia despreciamos escenarios propios de nuestra Historia para dar cobijo a buenas historias y es un gustazo ver que hay autores que siguen creyendo en lo nuestro para plasmar sus ideas. Por ahí, La espada de San Eufrasio es irreprochable. Y en sus tramas, no para de crecer. En Camino de sangre no solo vemos la escalada en la violencia que apunta el título, una que acentúa todavía más la lucha por el poder que subyace en todo lo que se nos está contando, sino que se añade algo más de historia pasada para los personajes, se da sentido de una manera rotunda al título de la serie con los flashbacks y se multiplican los escenarios y los personajes, haciendo que sea todavía más gratificante la sensación de que las escenas están muy bien hiladas e intercaladas para conseguir los propósitos que tiene cada una de ellas. Es verdad que es una historia compleja, que demanda un repaso de lo ya leído o un buen ejercicio de memoria antes de cada álbum, pero el conjunto es muy bueno.

El dibujo de Fernández sigue manteniendo, con una sutil evolución, las mismas características que ha tenido toda la serie desde sus inicios. Siempre se ha sabido mover entre dos aspectos muy obvios, el detalle que necesita toda obra histórica, y en este caso se honra el esfuerzo que hay en el guion de Rey y López Poy de una manera bastante notable, y la importancia de que haya una ambientación que transmita lo necesario en cada secuencia. Es, en ese sentido, una serie que juega muy bien con la oscuridad y la forma en la que se iluminaban los interiores, son quizá los momentos visualmente más agradecidos dentro de un conjunto que obtiene muy buena nota. Cualquiera que disfrute con el aspecto de la Edad Media, el de verdad, no el de su edulcoración tradicional hollywoodiense, el de las mallas de colores y las espadas ligeras de usar, desde luego tiene en el trabajo de Fernández una muy buena razón para asomarse a La espada de San Eufrasio. No podemos quejarnos en absoluto de cómo está avanzando el relato, porque los personajes siguen evolucionando, las tramas siguen invitándonos a pensar en cómo van a terminar de cruzarse y el entorno histórico es formidable para que todos los elementos que los autores han colocado sobre la mesa hablan con fuerza. Buena serie, las espadas siguen en todo lo alto y hay ganas de más.

No tiene contenido extra.

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