CÓMIC PARA TODOS

‘Papyrus’ (1974-1977), de Lucien de Gieter

Editorial: Dolmen.

Guion: Lucien de Gieter.

Dibujo: Lucien de Gieter.

Páginas: 168.

Precio: 29,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2020.

Hoy en día todo se planifica a un nivel que puede ser casi asfixiante, pero hace algunas décadas no tenía por qué ser así. Por eso hay tantas series de BD que parecen evolucionar a cada página que leemos, sobre todo en los años 70. Papyrus es un ejemplo perfecto, no tanto en su historia, que parece bien centrada en contar las peripecias de un muchacho en un antiguo Egipto plagado de magia y mitología, sino sobre todo en un aspecto visual que en los tres primeros álbumes de la serie, los que contiene este volumen integral, va experimentando cambios hacia su forma más pura, la que seguramente pretendía su autor, Lucien de Gieter. Lo que está claro es que un tebeo magnífico para lectores jóvenes que disfruten de la estética y de los relatos ambientados en Egipto, porque lo que reciben es un muy buen espectáculo en el que se combinan dioses, magia, maldiciones, tareas misteriosas, objetos mágicos, faraones y princesas, con un buen protagonista que cumple con todo lo que promete el arquetipo del héroe joven y un caudal bastante considerable de imaginación en las historias y en la forma en la que el autor las plasma, sabiendo que puede permitirse el luego de dar rienda suelta a las ideas que tiene en su mente precisamente porque el contexto que ha escogido le permite usarlas con mucha libertad.

De Gieter tiene claro que no quiere dar tregua al lector. Sus historias son muy movidas, aventureras y dinámicas, no paran de suceder cosas, y además cosas trascendentes en las que siempre se nota lo que está en juego. Eso da un ritmo a Papyrus que no tienen muchas series de su época. Empezamos con la transformación de una diosa y continuamos con el muchacho protagonista luchando contra la corriente que le está empujando hacia una catarata, sirva esto de muestra para ver la adrenalina que tiene la serie. De Gieter es un torbellino en ese sentido, porque no para de introducir elementos nuevos que se muevan en torno a Papyrus y su amiga, la princesa Teti-Sheri, que les afecten para bien y para mal y que sean el motor de cada una de las aventuras, que además son bastante cambiantes incluso dentro de un mismo álbum, como queda claro desde el primero de ellos, La momia sumergida. Y tiene mérito también que Papyrus sea capaz de introducirnos en escenarios bastante siniestros, algunos incluso desesperantes, sin perder el tono de cómic infantil que le da la edad de su protagonista y el mismo aspecto de la serie. Eso es lo que hace que su lectura sea gratificante ahora, cerca de cumplirse su medio siglo de vida, y sin distinguir la edad del lector, porque apela tanto al infantil como al adulto.

De todos modos, da la sensación de que a De Gieter le interesa más el segundo, por mucho que sepa que tiene que satisfacer al primero. La evolución del diseño de sus personajes y de lo que hacen parece ir en esa dirección, no solo por el rediseño casi continuo que sufre el personaje central entre La momia sumergida y El coloso sin rostro, sino también por secuencias fundamentales como el baile de Teti-Sheri que se ve ya en la portada del tercero de los álbumes de la serie. Mucho respeto en el dibujo a la ambientación egipcia, una que responde a todos los tópicos que el cine de Hollywood nos enseñó en las décadas precedentes y que sabe combinar el ambiente palaciego en el que se va a mover nuestro protagonista después de conocer a la princesa con todos los elementos fantásticos que De Gieter imagina según entiende la mitología egipcia. Papyrus es así una serie muy, muy curiosa, una que tiene un punto de partida más o menos evidente y que muchas historias de la época buscaron por su exotismo y que, aunque ya hayamos visto miles de ellas, no pierde frescura con el paso del tiempo. Esa es la mejor cualidad que puede tener un tebeo infantil, que siendo hijo de su época sea al mismo tiempo una obra que soporta el paso del tiempo con relativa facilidad. Papyrus lo hace y por eso merece la pena su lectura.

El volumen incluye material publicado originalmente en la revista Spirou entre enero de 1974 y junio de 1977, después recopilado en los tres primeros álbumes de Papyrus, La momie engloutie, Le maître des trois portes y Le colosse sans visage, publicados por Dupuis en julio de 1978, octubre de 1979 y abril de 1980. El contenido extra lo forman las portadas originales y un artículo sobre la creación de la serie.

PAPYRUS-1974-1977-P1

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Esta entrada fue publicada en 29 enero, 2021 por en Dolmen, Dupuis, Lucien de Gieter y etiquetada con , .

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