Guión: Jeff Lemire.
Dibujo: Andrea Sorrentino.
Páginas: 48.
Precio: 10,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2020.
Parece casi una obviedad, pero para leer Batman. Asesino de sonrisas es bastante recomendable haber leído Joker. Sonrisa asesina (aquí, reseña de su primer número). No es que sea absolutamente imprescindible, pero se entenderá mucho mejor el tono y el detalle de lo que Jeff Lemire y Andrea Sorrentino nos ofrecen en este álbum. Al final se trata de explorar la relación entre el Caballero Oscuro y el Príncipe Payaso del Crimen, siempre se reduce a lo mismo cualquier enfrentamiento entre ambos, y en este caso el escenario es la locura achacable al Joker presente en la vida de Bruce Wayne desde niño. No demos vueltas a la continuidad, porque al final eso es ya lo de menos casi incluso en las historias que quieren formar parte de la misma, se trata de dejarnos llevar en una montaña rusa emocional y psicológica que funciona francamente bien, más aún con la sensación de tener en las manos un álbum que no tiene una extensión amplia y lo osado de su propuesta. Más que lo que nos cuenta, es cómo lo hacen Lemire y Sorrentino. Es la sensación de desasosiego constante que provocan, la de hacernos ver a Batman como alguien completamente desequilibrado en su psique pero con una firmeza incuestionable en lo que atañe a su misión como vigilante, que sostiene incluso cuando el mundo no para de decirle que la está imaginando.
Hay muchas cosas en la historia de Lemire, casi parece que demasiadas para esa limitada extensión de la que hablábamos, y tiene su mérito precisamente porque estamos hablando de un antagonismo que hemos visto en el cómic a lo largo de 80 años. Casi todos los autores que la han abordado han querido encontrar ese ángulo nuevo e imposible que nadie hubiera tratado antes. Y por imposible que parezca, la frescura que hay en Asesino de sonrisas es tremenda, lo que tiene aún más mérito si tenemos en cuenta esa vinculación de la que hablábamos con otro tebeo, el protagonizado de manera abierta por el Joker. Pero olvidémonos de aquel por un momento y quedémonos con los aciertos de este. Por un lado, la inquietud que genera. Es tremenda, casi sobrenatural, parece un ejercicio de masoquismo el que nos invita a ponernos junto al joven Bruce mirando a la televisión, viendo a ese personaje que parece ser el Joker aunque sepamos que es imposible, y siguiendo sus instrucciones por dañinas que parezcan. Es hipnosis narrativa en estado puro. Como lo es también la fascinación de ver a su Batman en movimiento en la ciudad. O la angustia de un Bruce Wayne que no entiende el mundo en el que se ha despertado, uno en el que Batman no es más que un producto de su imaginación. No es esta una trama nueva en absoluto, pero funciona.
Lo hace porque Lemire va al grano, y también porque esa inmediatez preside el dibujo de Sorrentino de una manera ejemplar. Ojo, no quiere decir esto que no haya un amor por el detalle, que lo hay, o que no sepa entender el ritmo de la historia, que lo entiende, pero sí que no le hace falta mucho espacio para lograr el impacto. Su machacona rejilla televisiva, ese cara a cara entre Bruce y el payaso contrasta de una manera brutal con la puesta en escenas de las pocas viñetas en las que vemos a Batman, una auténtica criatura de la noche en sus lápices y en el color siempre portentoso de Jordie Bellaire. Las sombras y los reflejos, casi siguiendo la estela que en su día marcó Frank Miller, las imaginativas construcciones de páginas y viñetas y la manera en la que sabe reflejar esa relación imposible entre Bruce y Batman son los puntos fuertes de un tebeo que está dibujado con una potencia tremenda. Insistimos, inaudita para el número de páginas que tiene. El formato ayuda a que veamos Asesino de sonrisas como un proyecto especial, su vinculación con Sonrisa asesina también, pero el resultado es francamente bueno, uno de esos álbumes en los que da la sensación de que siempre podremos rascar algo diferente y deleitarnos con todo aquello que en la primera lectura nos invitó a pensar que estábamos ante un tebeo de mucha calidad.
DC Comics publicó originalmente Batman: The Smile Killer en junio de 2020. No tiene contenido extra.
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