CÓMIC PARA TODOS

‘Marshal Law’, de Pat Mills y Kevin O’Neill

Editorial: ECC.

Guión: Pat Mills.

Dibujo: Kevin O’Neill.

Páginas: 480.

Precio: 40,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2020.

La inmediatez en la que vivimos tiene el problema de que a veces nos olvidamos de las cosas. The Boys parece haber inventado muchas de las barbaridades contemporánea del concepto de superhéroe, y em realidad muchos años antes de eso llegó Marshal Law, de Pat Mills y Kevin O’Neil, para ofrecernos la sátira más salvaje y rocambolesca del superhéroe. Es obvio que son conceptos distintos, no buscan lo mismo, per llegan a algunas conclusiones parecidas. En el caso de Mills y O’Neil, el camino es el de la extravagancia y el de la ausencia de límites. “Soy un cazador de héroes. Cazo héroes. Aún no he encontrado ninguno” es la frase que repite una y otra vez el antihéroe al que seguimos y se convierte en un mantra rotundo, dispuesto a desmontar el arquetipo y demostrarnos lo que de verdad es un superhéroe. A ratos parece el mayor ataque al arquetipo que uno pueda imaginar, y en el fondo parece que el superhéroe le gusta a Mills. Heridos, rotos, psicóticos, todo lo que queramos, pero el superhéroe es la figura a la que honra Mills en Marshal Law. Y lo hace no solo imaginando, sino también parodiando de una manera bestial sobre todo al universo Marvel en su conjunto y a Batman en particular cuando se asoma al mundo de DC. No se ridiculiza algo que no tenga alcance, y Mills nos demuestra la importancia de esas figuras, aunque sea destrozándolas.

Porque, en realidad, de eso se trata en este volumen integral que incluye Miedo y asco, Marshal Law toma Manhattan, El reino de los ciegos, Odiosos muertos, Superbabilonia y Tribunal Secreto, todo lo que se ha publicado sobre Marshal Law, Se trata de destrozar. No hay límites en cuanto a los problemas mentales, fobias, faltas de ética o violencia desbocada que Mills achaca a quienes teóricamente tendrían que estar por encima de nosotros en moral y rectitud. Es una comedia, pro una que deviene en una violencia que desborda la que pudiera plantear Frank Miller en cualquiera de sus obras, que decide que no hay líneas rojas que no se puedan cruzar y que, además, sabe cuáles son las que tienen que aparecer en el tebeo, en muchas ocasiones las que momentos muy marcados del cómic mainstream no ha querido superar. Y algunas, incluso, adelantadas a su tiempo. ¿Que acumula una barbaridad tras otra? Desde luego, ese es el propósito de Mills, diseccionar al superhéroe de una manera radical en historias que se pueden leer por separado sin ningún problema y que al final forman un collage bastante intenso en el que faltan pocos elementos que uno pueda imaginar dentro de un cómic como este. Y aunque lo hayamos mencionado, el reclamo de Batman y de Marvel no es en absoluto el mayor reclamo del autor. Es, sencillamente, la guinda a su barbaridad.

Barbaridad que, por cierto, alcanza una nueva dimensión gracias a la forma en la que dibuja Kevin O’Neill. Radical en el diseño y en el trazo, O’Neill acompaña cada burrada que imagina Mills con una facilidad tremenda. El trabajo que hay en el diseño de todos los personajes, partiendo del propio Marshal Law, es brutal, porque se trata de encontrar docenas de aspectos que puedan parecer nuevos, sabiendo además que algunos tienen que despertar algo en nuestros cerebros para crear la asociación que se busca. ¿Y la violencia? Pocos ilustradores son capaces de darle el nivel que aporta O’Neill porque hasta sus diseños y poses rezuman un carácter violento, en ocasiones se podría decir que sus figuras parecen incluso totalitarias, también la de Marshal. El juego que hace con esa iconografía de poder es brutal, y eso hace que veamos el mundo a través de los ojos de su protagonista. No vemos héroes, aunque estén pensados para parecerlo, y el mundo de Marshal Law es sucio, oscuro y deprimente en todos sus niveles. Marshal Law no está pensada para todo tipo de estómagos, eso está claro, pero sigue teniendo una vigencia sorprendente. Hablábamos de The Boys y podríamos hacerlo de un montón de series y personajes que, lo admitan o no, conocen la historia de Marshal Law, igual que Marshal Law conoce al superhéroe, haciendo de esta una paradójica sinergia.

El volumen incluye los seis números de Marshal Law: Fear and Loathing, Marshal Law: Takes Manhattan, Marshal Law: Kingdom of the Blind, Marshal Law: The Hateful Dead, Marshal Law: Super Babylon, y los dos números de Marshal Law: Secret Tribunal, publicados originalmente por Epic Comics, Apocalypse Comics y Dark Horse entre octubre de 1987 y abril de 1994. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Kevin O’Neill, unas notas finales de Pat Mills e ilustraciones de O’Neill.

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Esta entrada fue publicada en 16 diciembre, 2020 por en Dark Horse, ECC, Kevin O'Neill, Pat Mills y etiquetada con , , .

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