CÓMIC PARA TODOS

‘Dolores’, de Bruno Loth

Editorial: Ponent Mon / Casterman.

Guión: Bruno Loth.

Dibujo: Bruno Loth.

Páginas: 80.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2020.

Hay algo verdaderamente único en la lectura de una mirada exterior hacia un fenómeno que, en teoría, deberíamos conocer de una manera más precisa de la que realmente lo hacemos. Por eso es tan fascinante leer las aproximaciones de Bruno Loth a la España derivada de la Guerra Civil… y también a la España actual. Dolores mezcla ambos conceptos, partiendo de la historia de una mujer mayor de la que su familia desconocía por completo su procedencia española y su huida del país para evitar la posterior represión de la dictadura franquista para llegar a la realidad que se encuentra una de sus hijas buscando los orígenes de su madre, con los movimientos del 15-M a punto de dar el salto a las instituciones por medio de Podemos. Es verdad que el planteamiento tiene algo de chocante, porque parecen dos cuestiones casi independientes, pero Loth es un guionista hábil que sabe encontrar las conexiones entre los dos escenarios temporales y sociales para que su retrato alcance elementos casi documentales por momentos sin llegar a perder la emoción personal que actúa de motor para todo lo que leemos. No hay que olvidar que esta es la historia de una mujer que ha olvidado quién es y que empieza a sacar recuerdos perdidos que son los que dan las primeras pistas de su origen.  Y sí, con una mirada que está lejos de verse como una contaminada.

Es cierto que Dolores tiene dos peligros que se sortean de una manera levemente irregular. El primero es esa conexión entre las dos historias. Pasar del Madrid sitiado de la Guerra Civil y de la tragedia de Alicante a la convulsión política de al España de 2015 no es nada fácil. Y el segundo tiene que ver con ese escenario, porque en cinco años han cambiado tanto las cosas que ese análisis puede entenderse como algo ligeramente superado. Ninguno de estos dos obstáculos impide encontrar aquí muchos elementos con los que conectar, a nivel histórico y social pero también y sobre todo a nivel personal. Porque al final Dolores es justo eso, una historia oculta que sale a la luz de la manera más accidental. La memoria se manifiesta de las maneras más extraordinarias, y la que encuentra Loth es una conexión emocional formidable. Quizá lo que le falta a Dolores es precisamente un cierre más personal, porque el autor parece tener más interés en las páginas finales por la política española que por el conflicto de origen, pero siembra muchos elementos interesantes para que al final sea el lector el que tenga que mostrar interés por lo que se nos cuenta. El misterio personal que abre la historia no tiene una resolución propia, sino que forma parte de un episodio más grande. Y eso puede sorprender, desde luego. Pero funciona bien.

Lo hace, además, porque Loth le da forma a Dolores de una manera muy cercana. Sus personajes siempre lucen realistas, siempre son de carne y hueso, independientemente del momento histórico que esté representando. Da vida a la tragedia de Alicante con la misma pasión que a las manifestaciones contemporáneas, y sabe mezclar recuerdos y realidades con mucha habilidad. No solo hay un brillante trabajo de documentación, sino que Dolores destaca sobre todo porque analiza muy bien a sus personajes a través de sus miradas y de su lenguaje corporal. La magia que tiene el trabajo de Loth estriba justo ahí, en que la angustia de las protagonistas se hace nuestra, en que la historia que vivieron y a la que asisten forma parte de la nuestra. Hay mucha cercanía en la forma en la que dibuja el autor, y eso le da a Dolores un aspecto bastante especial. Lo fácilmente que fagocitamos la realidad, convirtiendo las noticias de hace solo cinco años en una realidad que casi hemos olvidado, es un obstáculo para que los objetivos de Loth se puedan cumplir de una manera certera y con todo tipo de lector cuando no se lee con esa actualidad, pero no se puede negar que estamos ante un autor que ha sabido expresar esa visión externa de nuestro país con inteligencia y con emoción, cualidades que en demasiadas ocasiones se lleva por delante el frentismo en el que normalmente estamos.

La Boîte à bulles publicó originalmente Dolores en enero de 2016. El único contenido extra es un artículo final de Bruno Loth sobre la gestación de la obra y el episodio histórico que le da base, ilustrado con dibujos suyos.

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Esta entrada fue publicada en 10 diciembre, 2020 por en Bruno Loth, Catarata, La Boîte à bulles, Ponent Mon y etiquetada con , .

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