CÓMIC PARA TODOS

‘Djinn. Integral’ 1, de Jean Dufaux y Ana Miralles

Editorial: Norma.

Guión: Jean Dufaux.

Dibujo: Ana Miralles.

Páginas: 212.

Precio: 32 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2020.

Una serie como Djinn merece la serie de volúmenes integrales que arrancan con este primero, que recoge los cuatro álbumes que forman el ciclo otomano, La favorita, Las 30 campanillas, El tatuaje y El tesoro. El marco que escoge Jean Dufaux es espléndido y está lleno de misterio y matices, la forma en la que Ana Miralles le da forma es bellísima, y no solo por lo bien que dibuja a las mujeres o por la forma en la que recorre los caminos del erotismo, sino por todos sus personajes, por el marco en el que les hace moverse o por su puesta en escena. Djinn es, por encima de todo, una aventura en un doble tiempo, una que tiene muchos elementos aunque se localice en un escenario tan concreto y que nos introduce de lleno en la manera de funcionar de un harén. Lejos de ser una obra sexista, aunque es un peligro que corre por el uso del sexo, presenta personajes femeninos de una fortaleza tremenda. Evidentemente, estas son las fronteras más difusas desde un punto de vista ético, y de hecho es algo que Dufaux coloca en el interior de su propia historia, dando al lector personajes que podrían estar pronunciando sus propias palabras, pero al mismo tiempo se puede decir que sale muy airoso de este trance. Lo suyo ayuda Miralles, que firma un trabajo sensacional y completo. Desde luego, también muy sensual.

Porque al final se trata de eso. Aventura, sí, misterio, desde luego, pero Djinn es una obra pensada para excitar, para que lo exótico se coloque en primer plano y para que sea la belleza de la mujer, el desnudo y el sexo lo que realmente conduzca al lector por este mundo. Nos adentramos en el funcionamiento de un harén, no podría ser de otra manera. Pero más allá de algunos desnudos, no hay demasiada gratuidad en la historia de Dufaux, que se afana en potenciar la doble narración para que nos sintamos siempre dentro de este mundo. Kim, la protagonista, sigue los pasos de su abuela, la favorita del sultán de Estambul, y nos demuestra que, en realidad, este es un mundo que ha evolucionado poco y que se sigue manejando con las mismas costumbres. En eso, desde luego, es divertido ver cómo se comportan de manera diferente ambas mujeres, fuertes en sentidos muy distintos. Dufaux lucha para que eso sea lo que veamos por encima de todo, y que no pensemos, al menos no como primer argumento, que en realidad Kim se está entregando al sexo con desconocidos, según las normas que le dictan, para conseguir un objetivo. Djinn, en todo caso, está más cerca de la femme fatale que de la víctima, y eso es algo que se agradece, porque permite que nos concentramos también en la historia de base y no solo en las secuencias más eróticas.

Lo mejor de Djinn, no obstante, es el magnífico trabajo de Miralles, que consigue que este mundo tenga una belleza y un brillo tremendos. Lo tiene por sus figuras femeninas, por el maravilloso gusto que tiene a la hora de mostrarnos cuerpos sin ropa, casi siempre femeninos, pero también por la riqueza de los escenarios turcos que nos muestra, por la manera en la que los colores van cobrando vida en su trazo, por la intensidad que tienen las expresiones de sus personajes y por la manera en la que va creando escenas misteriosas y sorprendentes. Si miramos detenidamente los dibujos de Miralles, tiene una deliciosa economía de líneas que llega hasta las fronteras del realismo, con un notable trabajo de sombreado que hace el resto para añadir la verosimilitud que necesita el cuadro, pero a la vez hace que veamos en sus dibujos un nivel de detalle tremendo. Lo tiene en los complementos, en los ropajes, en los escenarios, en todo aquello que hace que nos sintamos metidos de lleno en el escenario que nos quiere plantear Dufaux. No es en absoluto descabellado, sin desmerecer por ello el trabajo del escritor, decir que Djinn no sería lo mismo, ni parecido, si Miralles no nos hubiera encandilado con sus ilustraciones. El equipo artístico funciona, y por estamos ante el arranque de una serie muy rica en todos los sentidos.

El volumen incluye los cuatro primeros álbumes de Djinn, La favorite, Les 30 clochettes, Le tatouage y Le trésor, publicados originalmente por Dargaud en marzo de 2001, abril de 2002, octubre de 2003 y octubre de 2004. El único contenido extra es un portafolio de ilustraciones de Ana Miralles.

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Esta entrada fue publicada en 7 diciembre, 2020 por en Ana Miralles, Dargaud, Jean Dufaux, Norma y etiquetada con , , .

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