Editorial: Bruguera / Penguin Random House.
Guión: Manuela Carmena, Núria Gago, Manuel Jabois, Marwan, Miki Naranja, Isaac Rosa, Marta Sanz.
Dibujo: Nader Sharaf.
Páginas: 120.
Precio: 22,90 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2020.
Casi todos los lugares necesitan de vez en cuando una carta de amor que nos recuerde sus bondades, y parece evidente que Madrid es ahora mismo uno de ellos. Esa es la razón de ser de este libro, titulado sencillamente Madrid, porque Madrid es su razón de ser. El volumen recopila siete cartas de amor, en realidad, siete pequeños relatos en primera persona que nos llevan hasta los rincones más insospechados de la capital, desdelos más conocidos hasta los más extraños de encontrar en las postales turísticas. Porque Madrid es el Parque del Retiro y la Cuesta de Moyano, sí, pero también el Metro o la M-30 como nos recuerdan los autores en sus pequeños relatos. Y sus gentes, claro, porque Madrid es ese lugar en el que hay gente de todas partes con un mayor o menos sentimiento de pertenencia. Entre este grupo de escritores, entre los que la emotividad se dispara al leer el nombre del recientemente fallecido Miki Naranja, se cuela el nombre de alguien distinto, de Manuela Carmena, la que fuera alcaldesa de Madrid. Y no, no está fuera de su elemento hablando de la ciudad entre estos otros profesionales de las palabras, porque, al final, de lo que se trata es de hablar de un rincón que resulta evidente que, incluso en sus contradicciones, todos observan con mucho cariño y cada uno desde su propia visión personal.
Y por esa misma razón hay que entender que hay un octavo nombre en este libro, que para nosotros es lógicamente el primero, el del ilustrador Nader Sharaf. La suya es la octava mirada cariñosa a Madrid, y la única que canaliza las otras siete a su territorio, el que domina, el de la ilustración. Es curioso que unas imágenes que pueden resultar algo frías por su geometría y su acabado, incluso por su paleta de colores, contribuye al calor humano que desprende el libro. Y eso que solo hay una persona identificable en sus dibujos, precisamente Manuela Carmena, en la segunda de las imágenes que aporta el libro. A veces muestra rincones reconocibles, a veces incluye gestos humanos, una mano, un grupo de espaldas, a veces son las propias estatuas las que parecen cobrar vida. Es Madrid lo que nos enseña Sharaf , pero es un Madrid muy propio, en el que merece la pena que nos detengamos en su forma de interpretar la realidad. De hecho, casi hasta sabe a poco que, en realidad, esté guiándonos por el Madrid que nos proponen los demás autores y habría sido interesante ver qué habría dibujado él sobre Madrid desde su propio punto de vista. Madrid convence porque su sencillez esconde muchas más cosas, y porque su lectura es de las que invita a pensar en cómo vemos nosotros la ciudad que nos están describiendo.
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