Editorial: Bruguera / Penguin Random House.
Guión: Ame Soler.
Dibujo: Ame Soler.
Páginas: 128.
Precio: 16,90 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2020.
Es bastante obvio que en esta sociedad en la que vivimos seguimos teniendo la necesidad de afirmar no solo el feminismo con concepto, sino sus aplicaciones más directas y reconocibles, aquellas que afectan a la mujer en su día a día, y esa sensación tiene su reflejo en el arte. Ame Soler ya nos lanzó un clarísimo mensaje en ese sentido en Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar (aquí, su reseña), y lo prolonga con Akelarre. Hemos venido a escribir nuestra historia. De nuevo es un título desafiante y retador, pero de otra manera, quizá algo más orientado a la realidad más palpable para las lectoras (¿por qué no lectores también?) que puedan asomarse a estos microtextos que conforman un mensaje más amplio y que se acompañan de unas ilustraciones que tienen una expresividad tremenda, las que apuestan por el simbolismo de objetos y partes del cuerpo pero sobre todo las que se asoman al rostro de las mujeres que dibuja Soler. No negaremos en ningún momento sus capacidades como ilustradora, pero como retratista merece el mayor de los elogios. Sus mujeres son reales, mágicas, hipnóticas y a la vez fuertes. No son heroínas, son sencillamente mujeres, lo que en algunas situaciones casi es algo sinonímico. Akelarre se adentra así en un terreno que hay que explorar, el de la dictadura de la imagen y de la sociedad.
Soler conjuga así textos cercanos y claros, que se alejan de lo críptico para adentrarse en lo cotidiano, con ilustraciones cargadas de simbolismo y sensaciones. Se trata, efectivamente, de conectar con quien mire a sus páginas en un nivel emocional. Manos, objetos e incluso colores, esos que plasma como simples manchas de acuarela pero que tienen un significado claro, todo acaba convirtiéndose en la expresión gráfica de un mensaje directo. Feminista, desde luego, pero en realidad mucho más que eso. Akelarre es un libro pensado para la autoafirmación personal de la mujer. Las ilustraciones, además, muestran mujeres bellísimas sin necesidad de que eso responda a cánones estéticos concretos o impuestos. Por eso es un libro tan delicioso de ver, porque a nivel visual se muestra acertado y atractivo, apoyando además cada uno de los mensajes de una forma muy contundente. Hay elementos de una enorme sencillez en el libro, precisamente porque el mensaje que transmite es básico. Pero a la vez, cuando nos adentramos en sus figuras, vemos una complejidad que impresiona. Soler tiene un mensaje y sabe transmitirlo. No es un mensaje de guerra, sino uno de afirmación. Lo dice el subtítulo, hay una historia que contar, la suya, la de la mujer, la del feminismo. Y escuchar es algo que nunca viene mal, más si esas palabras nos llegan con imágenes tan hermosas.
No tiene contenido extra.
En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.