Guión: Ai Hibiki.
Dibujo: Ai Hibiki.
Páginas: 188.
Precio: 7,50 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Agosto 2020.
Tiene siempre una cierta gracia leer una historia, y más una historia de cierto trasfondo romántico y adolescente, en la que es muy, muy complicado sentir una identificación clara con alguno de sus dos protagonistas. En S-Master Holic vemos a Kanna, la hija de un millonario que ha tratado siempre a Kô como si fuera su sirviente, incluso cuando eran niños, y asistimos a un cambio de tornas total. Por una serie de circunstancias, es Kanna quien pasa a servir a Kô, lo que saca a la luz sentimientos muy encontrados en los dos personajes. No sirvas a quien sirvió, comienza un dicho popular, y eso es exactamente lo que nos presenta este manga que se sale de la norma porque no le importan demasiado las convenciones sociales de ningún tipo. ¿Y eso cómo se manifiesta? Por ejemplo, en la manera en la que se tratan estos dos adolescentes, en fronteras muy cercanas a la humillación, incluso con ciertos coqueteos sexuales que aportan el elemento más debatible del tebeo. No, no estamos ante una revisión manga del mundo de 50 sombras de Grey, ni mucho menos, aunque la terminología de “amo” y “esclavo” pueda empujarnos a ver ciertas similitudes cuando la historia deriva hacia esos derroteros. Lo que está claro es que Ai Hibiki busca mostrarnos una relación extrema y lo fácil que se puede tornar el amor en odio y viceversa.
La de Hibiki no es una obra que podamos tomarnos demasiado en serio desde un punto de vista realista, porque de hecho plantea una premisa bastante improbable. Por eso, es mucho mejor entenderla como una forma fantasiosa de ver cómo se desarrolla una relación con cierto grado de toxicidad y cómo va evolucionando hacia espectros poco recomendables y otros que se dirigen abiertamente a lo romántico. S-Master Holic, cuyo título nos lleva a pensar en la adicción que provoca el poder mandar sin límites, quiere ser justo eso, una exageración improbable en la que colocamos a dos personajes adolescentes. Su escasa experiencia vital, y el hecho precisamente de que se mueven en un entorno adinerado es el caldo de cultivo perfecto para que la historia se pueda desenvolver con soltura. Hibiki tiene claro que el punto de vista tiene que ser femenino, y son los ojos de Kanna los que nos muestran la posición de poder y la de la sumisión obligada, es ella quien razona qué debe hacer en cada momento y cómo le afecta perder una posición socialmente cómoda y económicamente despreocupada. Parece difícil imaginar esta historia de otra manera con un narrador masculino o en otros entornos sociales, por lo que este es el acierto clave para sustentar esta historia autoconclusiva que quiere ser mucho más romántica de lo que parece a simple vista.
Por eso, si hay algún modo en el que Hibiki busca que el lector pueda identificarse con los personajes, la empatía procede del dibujo. Es habitual en este tipo de manga que los protagonistas parezcan perfectos, y es evidente que Hibiki no quiere apartarse de ese camino. Kanna y Kô son atractivos, prototipos de triunfadores ya desde la adolescencia, reflejo de la tiranía que ejerce el mundo de la moda y la belleza sobre todos nosotros. No podría ser de otra manera, porque Hibiki busca y encuentra que la simple presencia de cada uno de ellos pueda disparar el deseo del otro… o el de personajes externos, especialmente las chicas, no olvidemos que esta historia se cuenta desde un punto de vista femenino. La base absoluta del dibujo de Hibiki es, de hecho, el retrato de sus dos protagonistas, prescindiendo habitualmente de escenarios y fondos salvo cuando le son estrictamente necesarios, y potenciando así la idea de que estamos ante un microuniverso en el que lo único que importa es lo que surge, nace y se desarrolla a partir de estos dos protagonistas. S-Master Holic es un manga peculiar, que tiene su gran virtud en la curiosa manera de llevar a pensar qué haríamos nosotros como adolescentes en determinadas situaciones irreales pero que pueden tener su resonancia, aunque parezca lejana, en nuestras vidas.
Shogakukan publicó originalmente S-Master Holic en 2013. No tiene contenido extra.
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