‘Mr. Meta’, de Carlos Martín y Germán Torres

Editorial: Dibbuks.

Guión: Carlos Martín.

Dibujo: Germán Torres.

Páginas: 96.

Precio: 15 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2020.

Hace ya unos seis años, Josep Busquet, Alex Preukschat y José Ángel Ares nos brindaron Bitcoin. La caza de Satoshi Nakamoto (aquí, su crítica) en la que nos hablaban de esa misteriosa criptomoneda de la que tanto tiempo llevamos oyendo hablar y de la que, en realidad, tan poco sabemos. Si aquel cómic daba algunas respuestas para todos aquellos que querían saber más, Mr. Meta se suma a la tarea de una manera bastante elegante. Este es un cómic, eso sí, con mucha más información de la que tenía Bitcoin, que al fin y al cabo quería ser por encima de todo una ventura con ese trasfondo informativo. Esta, en cambio, es una historia personal, una biografía del personaje que da título a la obra, pseudónimo por supuesto para mantener ese secretismo que tan bien encaja en este mundo que se nos describe en esta obra de Carlos Martín y Germán Torres. El afán del primero es que las exigentes explicaciones que ofrece sean del interés del lector. El del segundo, que los personajes sean lo suficientemente accesibles como para que el escritor salga airoso del reto que plantea con una enorme cantidad de información. Y el resultado es que Mr. Meta es una obra interesante que obedece al propósito de introducirnos al mundo de las criptomonedas y la tecnología blockchain.

La cuestión que hay que tener en cuenta a la hora de valorar Mr. Meta es el equilibrio. Y no es una cuestión menor, porque este cómic tiene mucha información, mucho dato, mucha explicación. Eso, siendo importante porque estamos hablando de un mundo que se desarrolla en un entorno muy preciso, obliga a una lectura muy pausada y atenta. En otras palabras, demanda mucho del lector y lo hace únicamente para el trasfondo del relato, no para la historia en sí misma, que funciona bastante bien. Seguimos a un personaje que se nos presenta como un triunfador y al que después conocemos antes de convertirse en uno. Lo que vemos es un ascenso a las alturas en el entorno del bitcoin, con todas las tretas y estrategias que hay que seguir para poder alcanzar no solo el éxito sino a veces también la supervivencia, la física y la emocional también, porque de ese terreno también se ocupa el libro aunque a simple vista podamos perdernos un poco en los muchos tecnicismos en los que se basa. La densidad de la lectura es a la vez enemigo y apoyo necesario, por lo que muy poco se puede reprochar de la forma en la que escribe Martín una obra que seguramente se gana el adjetivo de esencial si queremos entender las criptomonedas, y seguramente superando a obras teóricas mucho más publicitables.

Como decíamos, la clave está en el dibujo de Torres, que sabe aprovechar todos los huecos que le deja el guión de Martín para que la historia sea lo más cercana posible. Acierta en el diseño de todos los personajes, sabe darles personalidad y parte de una manera excepcional de un estilo cartoon y juvenil para una historia que quiere mantener un estándar de seriedad bastante alto, que se mueve en un mundo adulto con un uso muy diferente de la ruptura de la cuarta pared que puede hacer un cómic de superhéroes. No es fácil darle humanidad a una historia en la que, como venimos diciendo, no solo hay mucho texto sino que incluso el mismo trabajo del dibujante se lleva hacia el terreno del gráfico, y aún así Torres se maneja muy a gusto. Es difícil darle la etiqueta de definitivo a un cómic cuando el tema que trata es tan desconocido y, por tanto, hay tan pocos cómics que se hayan acercado a este mundo, sea dándole el protagonismo absoluto como sucede aquí o, simplemente, una parte de la trama, pero Mr. Meta tiene esa ambición. ¿La colma? En parte sí, y eso hay que alabarlo, aunque es uno de esos tebeos que necesita de una alta complicidad e interés por parte del lector por su propia naturaleza. Si a este lado de la página nos prestamos, es fácil aceptar la propuesta de los autores y entender algo mejor qué es un bitcoin.

No tiene contenido extra.

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