‘Los niños salvados’, de Philippe Thirault

Editorial: Ponent Mon / Catarata.

Guión: Philippe Tirault.

Dibujo: Gabriel Ippóliti, Nathalie Ferlut, Jeanne Puchol, Jean-François Solmon, Stéphane Courvoiser, Chloé Cruchaudet, Li An, Alberto Pagliaro.

Páginas: 72.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2020.

Uno de los impresionantes logros de La lista de Shindler, la inolvidable película de Steven Spielberg, fue el de hacer revivir con inusitada fuerza la necesidad de conservar los recuerdos. La película en sí misma es un canto a la memoria histórica, y fue el impulso necesario para la creación de una fundación que recopilaba testimonios reales del Holocausto judío que emprendió el régimen nazi. Los niños salvados sigue un camino bastante parecido y ahí radica su principal valor. Son ocho testimonios recogidos y adaptados por Philippe Tirault, relatos que hablan de la forma en la que otros tantos niños llegan a sobrevivir a la cacería humana en la que se convirtió el día a día en media Europa. Impresiona esa sensación de que lo que estamos leyendo es real, que sucedió de una forma muy parecida, que es el recuerdo de un tiempo pasado que, aunque queramos pensar lo contrario, no está tan lejano en el tiempo. Son ocho pedazos de realidad que, aumentando el drama inherente a los mismos, están protagonizados por niños y nace, efectivamente, en primera persona. Son historias contadas y transmitidas, historias que tienen una finalidad clara, la de que no nos olvidemos de que sucedieron así. Y a pesar del drama salvaje que representan, son historias de esperanza en un escenario en el que parece imposible mantenerla. Eso es lo que hay que recordar por encima de todo.

Tirault basa estas Ocho historias de supervivencia, que así subtitula Los niños salvados, en el relato de una víctima judía, y no lo esconde. Mantiene esa forma de narrar con cartuchos de texto que nos recuerda esa realidad. No hay que olvidarla, y el escritor basa todo su trabajo en esa premisa. Puede que cada una de estas historias parezca algo pequeño, íntimo, personal, y de ahí que tengan una extensión breve, ajustada. Pero juntas, estas ocho historias ofrecen una fotografía mucho más amplia que da empaque al libro. Los niños salvados no quiere pontificar, solo recordar, pero hay que reconocerle que desde esa propuesta también nos deja enormes lecciones vitales. La elección de niños para contarnos estas historias no es tampoco baladí, nos ofrece una mirada de inocencia, de incomprensión del mundo que les rodea y de lo que les obliga a dejar atrás sus vidas, a sus padres en muchas ocasiones, y tratar de salvar la vida. Tirault evita además que haya una sensación de repetición porque ha hecho una selección cuidada con la que hacer justicia a ese escenario que quiere contar con mucha más ambición de la que proporciona cada uno de los relatos. Cada historia, cada niño, cada ruta de escape añade algo diferente a este dramático crisol, uno que a la vez esconde muchos mensajes positivos, que al final es lo que importa.

Para construir Los niños salvados, Tirault tira de ocho dibujantes diferentes, lo que potencia esa sensación de variedad de la que hablábamos. Gabriel Ippóliti, Nathalie Ferlut, Jeanne Puchol, Jean-François Solmon, Stéphane Courvoiser, Chloé Cruchaudet, Li An y Alberto Pagliaro son los encargados de dar vida a cada uno de los relatos, y lo hacen desde estilos muy diferentes. El concepto de crisol encuentra en ellos una nueva manifestación, y enriquece el conjunto. No hay una mirada acertada o equivocada, lo que hay son diferentes maneras de ver la realidad. Y todas, de una u otra manera, parecen adecuadas porque son personales y únicas, como las mismas historias a las que estamos asistiendo. Los niños salvados no nace con la pretensión de ser el relato definitivo de nada, sino con la de sumar, la de aportar algo diferente, viajes que sucedieron, que no debemos olvidar, son pequeños fragmentos que encajan en lo que nos cuentan los libros de texto, que complementan con calor humano la fría realidad de una guerra y de una pretensión genocida que dejó millones de muertos pero que, además, también nos ofrece el legado de estas historias de supervivencia a la que podemos agarrarnos en nuestros momentos de desesperanza. Porque el olvido es nuestro mayor enemigo para evitar eso tan humano de tropezar otra vez con la misma piedra.

Delcourt publicó originalmente Les enfants sauvés en noviembre de 2008. El contenido extra es un dossier sobre la historia que se trata en estos relatos.

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