Cine – ‘La vieja guardia’, de Gina Prince-Bythewood

Título original: The Old Guard.

Director: Gina Prince-Bythewood.

Reparto: Charlize Theron, KiKi Layne, Matthias Schoenaerts, Marwan Kenzari, Luca Marinelli, Chiwetel Ejiofor, Harry Melling, Van Veronica Ngo, Anamaria Marinca, Joey Ansah.

Guión: Greg Rucka.

Música: Volker Bertelmann, Dutin O’Halloran.

Duración: 110 minutos.

Distribuidora: Netflix.

Estreno: 10 de julio de 2020 (Estados Unidos y España).

Quienes llevamos tiempo leyendo cómics escritos por Greg Rucka estábamos convencidos de que sus ideas eran carne de adaptación cinematográfica. Ha costado, pero La vieja guardia ha venido a darnos la razón. Rucka, además, ha sido el encargado de hacer la adaptación de su propio cómic (aquí, reseña de su primer volumen), lo que garantiza una fidelidad al espíritu de la historia que en demasiadas ocasiones se pierde cuando Hollywood pone sus garras en títulos alejados de las grandes editoriales como es el caso. La vieja guardia es consciente de lo que es y de lo que quiere ser, y eso hace que la película dirigida por Gina Prince-Bythewood funcione como el vehículo de acción ideal para una estrella como Charlize Theron, que aporta un enorme carisma y una eficacia brutal en las coreografías. El mayor pero que tiene la cinta puede convertirse en el futuro en una virtud, y es que da la sensación de que no estamos más que ante un primer episodio de algo mucho más largo, como de hecho ya pasaba en el propio cómic. La vieja guardia abre un obvio camino para secuelas, en plural, y también para precuelas, no en vano sus protagonistas sus inmortales que llevan siglos caminando por la Tierra, y no da la sensación de que lo que hemos visto en estas dos horas agote nada de lo que puede ofrecer la serie, ni temática ni visualmente.

Una película como esa tiene una premisa muy básica: entretener. Y lo hace con mucha solvencia. Sus dos horas se pasan como un suspiro, porque historias y acción están bien equilibradas. Rucka siempre ha sabido construir personajes con mimo, y da gusto ver que la página impresa no supone una limitación para él. Andrómaca y sus compañeros lucen igual de bien en el cómic que en la película. Quizá en el filme el mayor desequilibrio esté entre la imponente presencia de Theron, que ha nacido para interpretar personajes como este, y el villano de la función, un Harry Melling muy cambiado de su presentación en el mundo del cine en las películas de Harry Potter pero que no termina de salir del cliché en ningún momento. ¿Merma eso el espectáculo? La verdad es que no, porque al menos es una motivación correcta para que la historia fluya en un camino más o menos previsible pero al fin y al cabo adecuado. Y es que todo gira alrededor de la inmortalidad, la que tienen los protagonistas, la que el mundo ignora y la que el villano quiere poseer. Todo razonable para montar una suerte de grupo de antihéroes de buen corazón golpeados por los sinsabores de seguir vivos cuando todo el mundo a tu alrededor va muriendo irremediablemente, lo que da esa mezcla tan agradable de cine de superhéroes que no lo son con una precisa dosis de melancolía.

Es evidente que el mayor reclamo de La vieja guardia está en su acción. Y hay que volver a insistir en lo mucho que aporta en ese sentido Theron. No es que sea algo nuevo, ni mucho menos, Atómica (aquí, su reseña) fue una portentosa muestra de lo que la sudafricana es capaz de hacer con una película de combates sucios y violentos también basada por cierto en un cómic, pero cada vez que se pone en marcha despliega una capacidad física descomunal que llena la pantalla. No es que el resto del reparto falle, en absoluto, pero ella tiene algo especial, como cuando llora, sonríe o da órdenes. Su presencia le da a la película un caché tremendo y seguramente la eleva a cotas más altas de las que estaría bajo otras circunstancias. E incluso en sus flaquezas, que proceden más de la experiencia previa y de ya haber visto unas cuantas historias de este corte más que de que haya algo que no esté aquí bien hecho, La vieja guardia cumple perfectamente con todo lo que promete. Y lo que nos promete con su final es más, mucho más. Rucka también disfruta de lo lindo dejándonos con la miel en los labios, y es obvio que si se lo puede permitir en el cómic en el cine es casi una obligación con su sed de franquicias. Esta puede ser una bastante larga si sus responsables lo desean y tiene el sólido inicio que tiene que tener.

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