Guion: Mariko Tamaki.
Dibujo: Steve Pugh.
Páginas: 200.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Junio 2020.
Hay que reconocer que tiene su gracia la reformulación adolescente que está haciendo Mariko Tamaki de personajes femeninos de DC. Lo hizo primero con Supergirl en Fuera de lo común (aquí, su reseña), e incluso da un paso adelante con Cristales rotos para hablarnos de Harley Quinn. Estamos hablando de un personaje para el que las reglas no sirven, que muestra un comportamiento a la vez alocado y rebelde, ¿qué mejor contexto que los años previos a la vida adulta para encajar las características de su personalidad? Cierto que eso supone olvidar la importantísima base que le dieron Paul Dini y Bruce Timm, la de la doctora que se enamora de su paciente, el Joker, y que es fundamental para entender a una Harley adulta, pero esto es otra cosa. Es una historia cerrada en sí misma y que por encima de todo resulta bastante inteligente, precisamente por lo abierta que es. ¿Guiños a la continuidad que conocemos? Los hay, por supuesto, es lógico que estén presentes, pero no son la razón de ser del relato, que crece en base al escenario que imagina y no al que le viene impuesto. Y con el extraordinario dibujo de Steve Pugh, la novela gráfica no deja de crecer con cada página que pasamos. No hay un manual de estilo para este tipo de revisiones de personajes conocidos, pero si lo hubiera esta cumpliría casi todas sus normas. Y hasta crearía algunas.
Tamaki equilibra muy bien el retrato de Harley y el escenario en el que se mueve. No es solo la historia de una rebelde, sino también la de los motivos que impulsan esa rebeldía y animan a Harleen a crear la identidad de Harley. Es una historia de instituto, desde luego, pero es mucho más que eso. Y es también la historia de origen de una antiheroína, una que no entiende muy bien los límites de las normas sociales, que los comba a conveniencia, pero que a la vez tiene ese toque revolucionario que pega mucho más en ella que en el Joker, aunque haya ciertos movimientos que le quieren dar esa interpretación al Payaso Príncipe del Crimen sobre todo a raíz de la película de Todd Phillips (aquí, su crítica). Hay en ese sentido muchos mensajes de corte social en Cristales rotos, muchos mensajes contra la injusticia de la realidad en la que vivimos, y eso da a la obra un empaque que a priori no parecía tan fácil que tuviera. El trabajo de Tamaki en ese sentido es casi modélico, porque fusiona de una manera brillante lo que hereda con lo que inventa. Para que quede claro el mensaje, que Ivy sea solo una muchacha adolescente con sus inquietudes políticas y sociales y no una ecoterrorista vestida de verde y con poder sobre la naturaleza no supone ninguna decepción. Al contrario, es aire fresco que ayuda a componer una obra original.
Y volvemos a Pugh. Su dibujo es sobresaliente de principio a fin, sabe entender los aspectos más realistas de la historia, necesarios si queremos colocar a un personaje de fantasía en un entorno cercano y accesible, con una colección de puntos de cámara absolutamente delirantes y deliciosos, picados y contrapicados que dan un movimiento tremendo a las escenas que lo necesitas y que dan a la protagonista un aspecto físico maravilloso, convirtiéndose en el elemento esencial para que entendamos la transformación de Harleen, tanto de niña como de adolescente, a Harley, tanto en la vida cotidiana como cuando se pone el disfraz. La paleta de colores que usa Pugh, además, le da a la novela gráfica un aspecto muy distintivo y especial, complemento perfecto de un trazo maravilloso tanto para definir figuras (su colección de emociones faciales es deslumbrante) como escenarios. Harley Quinn. Cristales rotos es una obra que sorprende porque va más allá del casillero en el que podríamos colocarla antes de empezar la lectura y es uno de esos tebeos con los que resulta fácil enganchar a este mundo de superhéroes a lectores que no se asomen habitualmente al mismo. No, no es un cómic de superhéroes. Ni tampoco uno que prescinda de sus características. Lo mejor es leerlo y disfrutarlo, porque tiene muchas virtudes para conseguirlo.
DC Comics publicó originalmente Harley Quinn: Breaking Glass en septiembre de 2019. No tiene contenido extra.
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