Guion: Fred Duval.
Dibujo: Didier Cassegrain.
Páginas: 140.
Precio: 28 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2020.
Claude Monet universalizó el nombre de la localidad de Giverny por ser allí donde pintó sus tan numerosos y famosos cuadros de nenúfares, y es el escenario que han escogido Didier Cassegrain y Fred Duval para contarnos un thriller detectivesco minucioso y, por momento, delicioso, contado a partir de las vidas de tres mujeres de muy distintas edades y con una resolución de esas que nos hace arquear la ceja y sonreír por lo bien argumentado que queda todo… y por las pistas que muy hábilmente se han ido diseminando por sus páginas. Eso es Nenúfares negros, un título que juega con ese homenaje al mundo del arte mezclado con la investigación de un asesinato que tan bien supieron explorar, por ejemplo, Antono Altarriba y Keko es la soberbia Yo, asesino (aquí, su reseña). Aquí el tono es muy diferente, una muestra más para quien la necesite de la enorme cantidad de registros que tiene el cómic para hablar de una misma relación de géneros y entornos, pero el resultado es muy satisfactorio. Mucho, porque Cassegrain pone tanto esfuerzo en homenajear a Monet como en plantear un delicioso misterio con muchas ramificaciones, y porque Duval consigue que nos sintamos dentro de ese escenario casi impresionista de Giverny y que entendamos a los personajes que van desfilando ante nuestros ojos, incluso sin saber hasta el final qué esconde cada uno de ellos.
Lo dicho anteriormente sirve para dejar claro que el misterio es el elemento esencial de Nenúfares negros, el que más cuida Duval de principio a fin, el que va haciendo que todo lo demás tenga una forma cohesionada y por momentos brillante. Podría contener un homenaje a Monet soberbio, pero si la investigación del crimen no hubiera funcionado la cosa se habría torcido. Podría haber usado a todos los arquetipos del noir, femme fatale incluida, por formidable que eso parezca en un pequeño pueblo de apariencia inocente, pero si las piezas no hubieran encajado al final estaríamos ante un preciosista castillo de naipes. Duval esquiva todos esos peligros con un guion sólido, que esquiva las trampas, que en realidad pone todas las cartas sobre la mesa para que el lector las pueda encontrar antes incluso de que él desvele la mano que hace de Nenúfares negros una historia ganadora. Y sí, brilla con todos los personajes. No falla ni uno solo, y eso engrandece el conjunto para que sea no solo una suma de sus partes o una serie de elementos reunidos, sino una historia de género perfectamente hilvanada que tiene un gancho maravilloso y bien documentado, Monet, pero no se queda en la superficie llamativa de dicho reclamo. Hay un muy buen trabajo previo de documentación y un guión más que apreciable.
El trabajo de Cassegrain encaja perfectamente en lo que hemos dicho de la labor de escritura de Duval. El ilustrador sabe que una historia ambientada en el escenario que Monet escogió para pintar tanto necesita de un toque nos acerque a su impresionismo, y eso lo ofrece. Pero no solo de Giverny vive Nenúfares negros, hay muchas escenas de interior, muchas que hablan de los personajes por encima del escenario, y ahí Cassegrain también sabe llegar hasta el propósito de cada secuencia y de cada personaje. Es muy fácil conectar con todos los actores, y tiene mérito que en una obra tan coral como esta podamos sentirnos cerca de prácticamente todos los personajes, independientemente de la edad que tengan. Eso es un mérito de la historia, desde luego, pero también del dibujo, ya que hay muchos primeros planos y hay mucha conexión cómplice en las miradas y en los gestos que tiene que funcionar visualmente para dar fuerza a la narración. Nenúfares negros es, por tanto, un thriller planteado con inteligencia y resuelto con mucha eficacia, inteligente y nada obvio, realista por mucho que el escenario parezca el de un cuadro. Y de esos tebeos que apetece releer después de que se resuelva la trama para comprobar que, efectivamente, la coherencia interna es uno de sus muchos valores. Ni una sola trampa, todo está ahí para quien lo vea. Y eso tiene mérito.
Dupuis publicó Nymphéas noirs en diciembre de 2018. No tiene contenido extra.
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