‘Black Magick 2. El despertar II’, de Greg Rucka y Nicola Scott

Editorial: Norma.

Guion: Greg Rucka.

Dibujo: Nicola Scott.

Páginas: 152.

Precio: 17,50 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Febrero 2020.

Rowan Black es una bruja y una agente de policía. Eso ya nos lo dejaron muy claro Greg Rucka y Nicola Scott en el primer número de Black Magick (aquí, su reseña), una espléndida presentación de una serie prometedora. Se cierra el segundo volumen, que repite además el título del primero, y las buenas sensaciones se mantienen. Quizá podamos reprocharle a Rucka que juegue demasiado con el potencial de la serie y de su personajes después de ya once números leídos, como si lo que estuviera por llegar fuera a ser mejor y más espectacular que lo que hemos leído casi por obligación, pero lo compensa con crecer con el esfuerzo que hace para describir a la perfección ese despertar al que hace alusión el título, que no es otro que el descubrimiento por parte de Rowan de alcance de sus poderes como bruja y los enemigos que va a tener por ello. En otras palabras, Black Magick engancha y mucho. Puede parecer que en este segundo volumen pasan menos cosas de las que sucedían en el primero, pero su conclusión nos hace ver que no. Y por el camino nos sostiene a la perfección el dibujo de Scott, en unos grises salpicados únicamente por unas notas de color que denotan magia. La misma que tiene la serie, que al llegar al final de este segundo volumen sigue teniendo mostrando intactos los argumentos que convencieron en la primera entrega.

Rucka hace algo con mucha facilidad, y es llevar cualquier historia al terreno de lo personal. Y lo personal no solo tiene que ver con un personaje, sino también con su entorno. El segundo volumen de Black Magick es un espléndido recordatorio de esas intenciones, que además arranca con un flashback largo, de todo un número, para ponernos en la piel de Rowan al comienzo de la serie, y después nos va desgranando otros aspectos de su vida actual, los que chocan también con la profesión que ha escogido… una que tiene una razón de ser. El escritor cierra bien ese círculo, pero de tal manera que está creando ondas concéntricas. Ha tirado una piedra al agua y da la sensación de que la serie se puede ir expandiendo tanto como quiera. No desvelaremos aquí las sorpresas que se guarda Rucka para estas páginas, pero el final de estos números es una conclusión espléndida a lo visto y un ancla perfecta con lo que sucederá a partir de ahora. Thriller policial e historia de terror a partes iguales, poco más se le puede pedir a esta serie en este punto. Puede que a partir del próximo volumen sí sea necesaria una ambición mayor que deje atrás las presentaciones y los preámbulos, pero lo bien que escribe Rucka justifica con creces el tiempo que se ha tomado para describirnos el mundo del nuevo añadido a su colección de mujeres fuertes de su bibliografía.

Lo dijimos en el primer volumen y lo repetimos ahora, el dibujo de Scott es fundamental para que nos creamos Black Magick y, en especial, a su protagonista. Su trazo es la evidencia de que no hay que sucumbir a mujeres de medidas irreales para que un cómic tenga una protagonista atractiva, en lo físico y en su personalidad. Rowan Black tiene carisma, pero también debilidades, físicas y emocionales, y todo eso es capaz de mostrarlo Scott con enorme acierto, según corresponda a cada secuencia, sobre todo a través de unos rostros maravillosos pero también con un lenguaje corporal acertadísimo. La elección de los grises es formidable para la serie, aunque quizá se eche en falta algún distintivo en este sentido para el flashback inicial. Su dominio de los códigos de terror y los toques de color asistidos por Chiara Arena son la guinda de un trabajo muy bien hecho. Y es que en Black Magick todo parece encajar con precisión. Siendo una historia de género, se mueve muy bien incluso en los códigos de los segmentos que buscan otros objetivos. Pero, claro, es que Rucka, como siempre hemos dicho, es un escritor tremendamente hábil, que además suele tener dibujantes que entienden sin miedo el tono que tiene que tener una historia concreta. Que siga la brujería, porque hasta ahora el entretenimiento es de muy alto nivel.

El volumen incluye los números 6 a 11 de Black Magick, publicados originalmente por Image entre junio de 2017 y marzo de 2018. El único contenido extra lo forman las cubiertas originales de Nicola Scott, Liam Sharp, Michael Lark, Jenny Frison, Cliff Chiang, Tula Lotay y Leandro Fernández.

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