CÓMIC PARA TODOS

‘Batman. Detective Comics: Rostros sombríos’, de Tony S. Daniel

Editorial: ECC.

Guión: Tony S. Daniel, Gregg Hurwitz, James Tynion IV.

Dibujo: Tony S. Daniel, Szymon Kudranski, Ed Benes, Eduardo Pansica, Julio Ferreira, Romano Molenaar, Pere Pérez, Henrik Jonsson.

Páginas: 368.

Precio: 36 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2019.

Cuando hablábamos de la Liga de la Justicia de Bryan Hitch (aquí, reseña de su primer volumen), hablábamos de un ilustrador brillante convertido en guionista de sus propias historias, demostrando lo mucho que quiere a los personajes pero con el límite de ser mucho mejor en lo que dibuja que en lo que escribe. Se puede decir lo mismo de Tony S. Daniel, uno de los artistas más espectaculares de las últimas décadas, que nos ha venido mostrando un Batman soberbio en cada página, que ha demostrado que no le asusta ningún reto, personaje o situación y que con los Nuevos 52 se convirtió también en el responsable de las historias en Detective Comics. Rostros sombríos recoge el primer año de publicación, incluyendo toda la etapa escrita por Daniel, y demuestra que su modelo es el clásico, el de utilizar a los villanos de siempre y el de intentar colar algunos nuevos con la intención de que calen en el lector y puedan ser usados de nuevo en el futuro con cierta frecuencia. Todo, como dice el subtítulo del volumen, muy sombrío. No es este un Batman superheroico, sino uno que se enfrenta a auténticos psicópatas, que llevan las historias al lado más turbio del género y se olvidan, siempre entre comillas, de buena parte de la tradición del cómic de superhéroes. Así es el cómic mainstream desde hace algunos años, una carcasa que brilla y un interior que repele.

Hablamos, por supuesto, del contenido de las historias, porque en términos generales Daniel cumple con lo que se le exige. Hay que tener en cuenta en todo momento esa advertencia previa que hacíamos, la de que vamos a encontrar más en el acabado visual que en la ejecución narrativa, pero no son malos tebeos. Son, simplemente, hijos de su tiempo en muchos sentidos. Quién sabe si hay que atribuir a Daniel el giro con el Joker, el que cerraba el primer número de la serie para cambiar para siempre su aspecto y prepararnos para lo que vendría en La muerte de la familia (aquí, su reseña), o si fue una decisión editorial, pero es la mejor manera de entender estas historias: quieren aprovechar lo de siempre, pero desde una perspectiva mucho más sádica, si se permite el término. Este Batman no es ni quiere ser un cómic para niños. Quiere apostar por personalidades como la del sanguinario Muñequero, quiere meter a Bruce Wayne en una relación sentimental con un marcadísimo componente sexual, y quiere mostrar facetas mucho más siniestras de villanos de la conocida galería como el Joker o el Pingüino. Hasta el propio Batman parece algo diferente, más físico y menos astuto, aunque eso probablemente es una percepción que tendrán más los lectores clásicos que los que lleven menos tiempo con el personaje en los cómics.

Y del dibujo, lo dicho. Daniel es un maestro de la acción espectacular, sabe llevar al extremo cada secuencia, disfruta enormemente con la puesta en escena, con las entradas en movimiento de los personajes, con el complicado arte de incorporar el pin-up en una historia que tiene que mostrar movimiento. Las sensaciones violentas, sanguinarias y hasta lo sexy que desprende la historia son algo que entiende a la perfección, y se nota que en buena medida escribe para todos esos momentos que le permitan sacar lo mejor de sus lápices, de los suyos y de Ed Benes, que también tiene un papel importante en este volumen, aunque en el caso de Benes sí pueda quedar la sensación de que está algo lejos de su pico de mayor calidad, no porque estos números sean malos sino porque en el pasado nos ha dejado mejores sensaciones. Como muestra de esa oscuridad creciente en estos números, no hay más que fijarse en las páginas que Szymon Kudranski dedica a Dos Caras en un relato de complemento de estos números que también escribe Daniel. Con lo dicho, es fácil sacar la conclusión de que este Detective Comics, como en general casi todos los cómics de DC para los Nuevos 52, buscaban audiencias muy concretas y apostaban por un mundo siniestro y pretendidamente adulto, más turbio que inteligente, más espectacular que permanente.

El volumen incluye los números 1 a  8, 10 a 12, 0 y Annual 1 de Detective Comics, publicados originalmente por DC Comics entre septiembre de 2011 y setiembre de 2012. El contenido extra lo forman las portadas originales de Tony S. Daniel y bocetos del mismo ilustrador.

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