CÓMIC PARA TODOS

‘Y, el último hombre’ 5, de Brian K. Vaughan y Pía Guerra

Editorial: ECC.

Guión: Brian K. Vaughan.

Dibujo: Pía Guerra, Goran Sudzuka.

Páginas: 328.

Precio: 34 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2019.

Yorick, el protagonista de Y, el último hombre es un escapista, y no es hasta el final de su serie cuando nos damos cuenta de verdad de que lo que Brian K. Vaughan nos ha ofrecido en la serie es, literalmente, un maravilloso y muy inteligente truco de magia. Nos hizo creer que esta era una historia de ciencia ficción en la que todos los machos del planeta salvo uno (bueno, dos, contando a Ampersand, su mono) morían de manera misteriosa, haciendo que mujeres de muy distintos intereses pelearan para hacerse con el último trofeo masculino de la Tierra, cuando en realidad lo que nos estaba contando era la historia de Yorick. De Yorick y algo más, pero no lo desvelaremos aquí por si todavía hay alguien que no haya leído la serie, una de las obras cumbre de la primera década del siglo XX por mucho que, de alguna manera, dé la impresión de que no tiene todo el reconocimiento que de verdad merece. Vaughan y Pía Guerra siempre tuvieron un plan, y estaba ahí para quien lo quisiera ver. Pero qué bien lo enmascaró, como hacen los buenos magos, los que nos engatusan con una idea, nos atraían con una puesta en escena brillante y nos dejan con un final a la altura. El de Y, el último hombre, el que ofrece este quinto volumen, es espléndido, porque es el que sabe dar verdadera dimensión a todo el camino hasta llegar aquí.

La historia del último hombre era la de ese hombre, acompañado por un grupo de mujeres, intentando sobrevivir primero y después tratando de encontrar las causas de la plaga y la forma de revertirla. Pero eso llega un momento en que acaba. ¿Y qué queda? Parece de perogrullo, pero lo que queda es el último hombre, Yorick. Y esto nunca fue sobre lo que le pasa al último hombre, sino sobre lo que es y lo que hace. Puede ser un matiz inapreciable, pero si se analiza detenidamente la serie es fácil llegar a esa conclusión. Tambien a la de que Vaughan trazó un plan meticuloso e inteligente, en el que cada pieza tenía un significado. Cada mujer con la que Yorick se encontró, cada episodio por liviano que pudiera parecer, cada sueño de los muchos que trufaron la serie y, llevándolo hasta las últimas consecuencias, cada frase, cada diálogo, sobre todo los que Yorick mantuvo con 355, la agente que veló desde el principio por su seguridad y con la que entabló una extraordinaria dinámica de buddy movie. Los finales son complicados, son la prueba final a la que tienen que hacer frente los castillos de naipes que nos entretienen durante un tiempo. Si el castillo aguanta, quiere decir que es mucho más consistente de lo que puede parecer en algún momento. Y el de Vaughan, que por momentos parecía un juego de malabares, es de los que resiste el paso del tiempo.

En eso, lógicamente, tiene buena parte de culpa Pia Guerra, y en menor medida Goran Sudzuka, el ilustrador que suplió a la primera cuando las fechas de entrega apretaban. Guerra hizo que Y, el último hombre, tuviera un aspecto visual muy definido y reconocible, pero a la vez, desde su aparente sencillez estética, tenía una puesta en escena sobresaliente. Hay muchas razones por las que esta serie se puede considerar una maravilla también desde su dibujo, pero vamos a destacar una que todos vemos y no siempre analizamos, el arte del cliffhanger. No basta con que una serie nos deje sorpresitas al final de un número, sino que tiene que parecer que, efectivamente, esa sorpresa es algo impactante. La puesta en escena de Guerra en ese sentido, como en toda la serie, es espléndida, y hace que nos creamos todos y cada uno de los movimientos que hay escondidos en la serie. Aún más importante, lo que es creíble con Guerra son los personajes. La montaña rusa emocional que es toda la serie, y que alcanza aquí un clímax tremendo, encuentra en su dibujo la expresión perfecta. Este quinto libro es el final del camino en esta edición, pero a la vez tenemos que considerarla una nueva ocasión para que alguien se enganche de nueva a una de las grandes series de su tiempo, una que nos cansamos de volver a leer cada cierto tiempo.

El volumen incluye los números 49 a 60 de Y: The Last Man, publicados originalmente por Vertigo entre septiembre de 2006 y enero de 2008. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Massino Carnevale y el guion original de Brian K. Vaughan para el número 60.

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Esta entrada fue publicada en 13 marzo, 2020 por en Brian K. Vaughn, ECC, Goran Sudzuka, Pia Guerra, Vertigo y etiquetada con , , , .

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