CÓMIC PARA TODOS

‘Balas perdidas 6. Asesinos’, de David Lapham

Editorial: La Cúpula.

Guión: David Lapham.

Dibujo: David Lapham.

Páginas: 276.

Precio: 20,50 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Enero 2020.

Si hay una forma perfecta de crear un cómic, puede que Balas perdidas esté en las antípodas de ese proceso. No es una franquicia que haya salido con regularidad, ha pasado mucho tiempo lejos de las librerías, ha tenido en vilo a sus seguidores porque no sabían qué iba a pasar con ella… y sin embargo cada volumen que conseguimos ver afianza esta como una de las grandes series negras independientes norteamericanas. Podríamos decir del momento, pero sería mentira, porque llevamos décadas alucinando con los personajes turbios y oscuros que pululan por estos universos salvajes y sin medias tintas. Quizá como mensaje metatextual, David Lapham cuela en este volumen una recomendación que el gran Frank Frazetta dio a uno de los personajes puntuales que desfilan por Asesinos, que así se titula este sexto volumen de la serie: “tu trabajo es ser convincente, no realista”. Y Balas perdidas cumple al pie de la letra este consejo. No es fácil que vivamos en nuestro día a día, ni siquiera en las noticias, historias como la que vemos en esta entrega, siguiendo de nuevo los pasos de Virginia Applegate, pero suena tan tremendamente realista en todos sus aspectos que casi parece un sobrenatural ejercicio de arquitectura narrativa. Sí, Balas perdidas sigue generando ese efecto, y no da la sensación de que Lapham vaya a rebajar el ritmo si decide seguir adelante.

Asesinos viene a confirmar que los puntos fuertes de Balas perdidas siguen alcanzando un nivel sobresaliente. El uso del tiempo y de las elipsis es soberbio, y siempre pone al lector en jaque para saber si cada nuevo capítulo sigue el hilo del anterior o si nos lleva a otro momento, logrando unas sensaciones brillantes. Y la manera en la que construye a los personajes es maravillosa. Cada escena tiene una razón de ser, incluso los momentos psicodélicos que de vez en cuando se permite y que en este volumen también aparecen, rupturas totales del ritmo de lectura que, en todo caso, suman siempre al resultado final. Virginia es un personaje fantástico, pero no lo son menos todos los actores que pueblan su universo. De hecho, Asesinos no parece solo su historia, y en el fondo, dentro de las muchísimas capaz que tiene el relato de Lapham, puede dar la sensación de que esta es una historia de amor más o menos clásica en algunos aspectos. No, desde luego, en su violento envoltorio, uno que es consustancial al espíritu de Balas perdidas tanto como el cruce de diferentes vidas que establece del autor o los destinos malditos de sus protagonistas, que se sienten incluso en los momentos más felices, que también los hay y los administra Lapham con un tremenda acierto para que duela más su pérdida.

Convincente, no realista. Así es también su dibujo. No es una representación total de la realidad, pero sí podemos sentir a personajes y escenarios como si los estuviéramos tocando. Su blanco y negro es elegante y fino, quizá el mejor vehículo para que esa violencia de la que hablamos nos salpique y se mueva en esa siempre complicadísima frontera de lo creíble y lo soportable. Pero sobre todo, y esto es una constante a lo largo de toda la serie de Balas perdidas, hay que destacar la brutal puesta en escena que tiene, y que sabe emplear en escenas violentas, en conversaciones, en secuencias de sexo y en todo lo que se le ocurre introducir en la historia. Por eso los personajes dan la sensación de ser tan realistas, porque se mueven en un escenario que lo es y que transmite emociones y sensaciones en todo momento. ¿Es Asesinos el mejor volumen de Balas perdidas? Decirlo es igual lanzarse un poco a la piscina, pero lo que sí está claro es que es un elemento más a sumar para que tengamos claro que esta serie es, literalmente, la bomba. Lapham vuelve a demostrar que una fórmula aparentemente reiterativa o, al menos, con similitudes entre sus diferentes capítulos, puede seguir deparando historias potentes y realizadas, tanto en su guion como en su dibujo, con categoría y respeto al legado de la misma serie. Brillante.

El volumen incluye los ocho números de Stray Bullets: Killers, publicados originalmente por Image Comics entre marzo y octubre de 2014. No tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 27 febrero, 2020 por en David Lapham, Image, La Cúpula y etiquetada con , .

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