Guión: Sam Humphries.
Dibujo: John Timms, Sami Basri.
Páginas: 96.
Precio: 8,50 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Octubre 2019.
Sabiendo que el camino de Harley Quinn está marcado desde hace ya mucho tiempo, y por fuerzas que seguramente Sam Humphries no puede controlar, hay que reconocerle al escritor que está haciendo lo posible por ofrecer algo de una escala diferente. ¿Es algo que encajaría en la Harley Quinn más clásica? Es obvio que no en muchos sentidos, pero sí resulta la evolución natural de la mezcla entre la Harley Quinn de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti y la de Margott Robbie en el cine, la que debutó en Escuadrón Suicida (aquí, su crítica). Y llegados a este punto, colocarle en el centro de una aventura prolongada, que parece llegar a su ecuador en esta cuarta entrega de su serie, y de proporciones cósmicas, parece un movimiento hábil por parte de Humphries, aunque realmente esté llevando al personaje a un mundo alucinógeno y surrealista del que da la sensación de que va a ser muy difícil sacar al personaje en el caso de que en algún momento se opte por un nuevo rumbo. Humphries, en realidad, no ha hecho más que llevar a terrenos cósmicos lo que Conner y Palmiotti concentraron en Coney Island, apostando por la presencia masiva de personajes invitados y nuevos secundarios cada vez más rocambolescos, y siempre enmarcados en el tono de comedia. De alguna manera, hasta Batman cae rendido a esa forma de narrar.
Y es que ese, el Caballer Oscuro, es el principal reclamo que utiliza Humphries en estos números. Da igual que pongas a Harley Quinn en el centro de unas pruebas de valía orquestadas por los Señores del Orden y el Caos, si Batman está en la historia es evidente que aparece para llevarse toda la atención del lector. Humphries se mueve ahí en una dinámica divertida aunque basada en ciertos tópicos y lugares comunes, y apuesta por la exageración en la que el personaje se adentró hace ya mucho tiempo. Sin duda otra Harley es posible, pero es igualmente evidente que las líneas maestras no van a ser diferentes aquí de lo que vienen siendo desde que DC lanzó los Nuevos 52. De lo que se trata ya en este punto es de dejarse llevar con la siguiente locura, sea ver a la ex compañera del Joker peleando codo con codo con Batman, con cabeza de insecto alienígena o disparando pistolas de rayos. La diversión es palpable, porque es difícil no pasarlo bien con una gamberrada light de este calibre, una que al final no quiere molestar a nadie y que es tan blanca como la piel de su protagonista, pero es también cierto que sin la sorpresa continua o sin el aumento de la escala de su delirio, es una fórmula que podría agotarse con cierta facilidad. Habrá, de hecho, quien piense que se ha llegado ya a ese punto.
Quizá el gran apoyo para no pensar así sea el dibujo, y sobre todo el de John Timms. Bien Sami Basri también, pero número tras número y ya desde hace más tiempo del que podemos recordar, Timms se ha convertido en el dibujante ideal para esta Harley Quinn. Sus exageraciones cómicas encajan muy bien con una puesta en escena espectacular que le sirve para poner en valor las principales cualidades de imagen de personajes tan dispares como Harley y Batman, y a la vez rendir homenajes cómicos a momentos icónicos hasta de El regreso del Caballero Oscuro (aquí, su reseña). Quizá Frank Miller sienta ganas de robarle el martillo a Harley y estampárselo en la cabeza a Timms, pero al resto de los mortales le puede hacer gracia. Basri encaja más en la línea de dibujo de Amanda Conner, que también le sienta bastante bien al personaje, pero con Timms se disfruta de una vertiente un poco más enfermiza, su Harley es más amenazadora sin dejar de ser divertida, y eso también cuenta para que salgamos de los primeros números de esta cuarta entrega con un mejor sabor de boca que de los dos últimos, sabiendo eso sí el tipo de diversión que ofrecen unos y otros. Harley Quinn avanza, lo hace con fe aunque sin cambios en su propuesta y sabiendo que los detalles mencionados son los que sacan de la rutina.
El volumen incluye los números 57 a 60 de Harley Quinn, publicados originalmente por DC Comics entre enero y abril de 2019. El único contenido extra son las cubiertas originales de Guillem March.
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