‘Bug’ 2, de Enki Bilal

Editorial: Norma.

Guion: Enki Bilal.

Dibujo: Enki Bilal.

Páginas: 88.

Precio: 21 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2019.

Un relato de ciencia ficción empieza casi siempre con una idea rompedora, que cambie la percepción que tenemos del mundo en el que vivimos. Eso sucede en Bug, cuyo primer volumen (aquí, su reseña) nos mandaba a un futuro cercano en el que un virus se llevaba por delante toda la tecnología, la información, las bases de datos. La buena ciencia ficción sabe coger un punto de partida y hacerlo evolucionar, y Enki Bilal sabe lo que hace en ese sentido, es un escritor inteligente y convierte Bug en su segundo volumen en una persecución, en un caza del hombre, la de nuestro protagonista, un tipo con una mancha azul que no deja de crecer, resultado de la presencia de un alien parasitario y que todo el mundo parece querer. ¿Y la historia de base? Bilal apenas la menciona, y sin embargo está ahí, latente y presente según las necesidades de cada momento. Y aunque eso hace que la ciencia ficción de Bilal sea un punto más inaccesible que la más aventurera y mediática, también le da un poso de trascendencia a la serie. Es obvio que la buena ciencia ficción, además de la idea del primer acto y el giro del segundo, también necesita una buena conclusión, llegue cuando llegue, y eso en buena medida condicionará el resultado final de Bug, pero los dos primeros pasos son razonablemente buenos.

Con lo visto hasta ahora, hay que considerar este giro como un acierto por parte de Bilal. Bug cambia en sí segundo volumen, pero sin dejar de ser lo que era en su presentación. Su mundo crece, evoluciona, está vivo, y es difícil aventurar hacia donde nos va a llevar exactamente. Buen síntoma dentro del género, que se mueve dentro de lo imprevisible. A veces también en lo inescrutable, y eso puede jugar en contra de Bilal, sobre todo si su público exige algo más inmediato, como es cierto que puede suceder en esta sociedad contemporánea que tanto gusta delo masticado. Lo bueno de este segundo volumen es que aumenta el ritmo, y eso puede enmascarar ligeramente el hecho de que sigue habiendo más ideas que sucesos. Ideas, por cierto, ambiciosas. Y cuando la ambición está de por medio, no es tan fácil evaluar el resultado conociendo solo parte del camino que quiere andar el autor. Por eso hay que agradecer que Bilal no se conforme con lo que ya nos había expuesto, aunque todavía no sepamos a ciencia cierta si su osadía sale bien o no tan bien. Su narración periodística es casi lo más discutible de su propuesta, porque si al principio parecía añadir algo de crítica social, en esta segunda entrega no parece tener el mismo alcance y es, con mucho, lo más prescindible de estas páginas.

Sí ya en el primer álbum hablábamos de que el estilo de Bilal iba cogiendo más fuerza según pasaban las páginas, es lógico pensar que esa progresión se mantiene en el segundo. Con esa suerte de mguffin que es la mancha azul en el rostro del protagonista, esa que se puede comparar de escena en escena para ver si efectivamente es cada vez más grande, Bilal sabe dar al lector puntos de encuentro para hacer accesible un trazo que, de base, es cualquier cosa menos amable. Pero atrae, eso es también innegable, porque sabe sacar partido de la cercanía temporal de su escenario de ciencia ficción para que sea lo suficientemente accesible y a la vez puro género, porque de ambas cosas se nutre. Apuesta más por la escena, por la elección de puntos de vista atractivos y sorpresas visuales que por sus propios personajes, a los que no suele dotar de expresiones demasiado impactantes o llamativas, pero hay mucho que ver en las viñetas de Bilal. Y en su cómic en su conjunto, aunque siga siendo un tebeo de difícil evaluación porque, en el fondo, se nota que nos faltan todavía muchos elementos por descubrir. La cosa no pinta nada mal, pero es también fácil entender que se puedan plantear algunas reservas, al menos algunas dudas, hasta que este viaje encuentre un final por lo menos igual de impactante que su inicio.

Format publicó el segundo volumen de Bug en abril de 2019. No tiene contenido extra.

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