Guión: Christophe Arleston.
Dibujo: Alessandro Barbucci.
Páginas: 48.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2019.
Después de ocho álbumes de Ekhö, mundo espejo, es ya muy evidente que le hemos cogido cariño a los personajes de Christophe Arleston y Alessandro Barbucci. No es que esta octava entrega, La sirena de Manhattan, suponga un avance en términos narrativos, pero nos vale con vivir una nueva aventura junto a Yuri y Fourmille, una que recupera además algún elemento de los definitorios de esta serie en sus primeros álbumes como la capacidad de nuestra heroína de recibir espíritus de fallecidos, una que sigue siendo tan divertida y extravagante como las de los álbumes anteriores. Puede quedar la sensación de que sabe a poco, porque al final es ya mucho tiempo el que llevamos en Ekhö y hace falta algo más para que el álbum sea memorable, pero el nivel es bastante razonable y está en línea con lo que hemos leído hasta ahora. Quizá haya poco riesgo por tener otro escenario americano, algo claramente predominante en la serie. Quizá es que seguimos esperando alguna revelación radical que afecte a los dos protagonistas, máxime si tenemos en cuenta que se atisba en las primeras páginas un aire de cambio, pero en el fondo en La sirena de Manhattan prima la diversión pura y dura, en la misma línea que ha venido siguiendo Ekhö desde su más que interesante irrupción.
Al final la sensación es curiosa porque se antoja muy complicado no reconocer que cada álbum de Ekhö es tremendamente divertido, pero también parece inevitable entender que La sirena de Manhattan tiene mucho de sana intrascendencia, algo más de lo que han tenido otros álbumes de la serie. Lejos de ser un problema, en realidad sirve para entender el tono que ha presidido Ekhö desde el principio. Por eso esta vuelve a ser una aventura basada casi exclusivamente en los dos elementos definitorios de la serie, las posesiones de Fourmille y las monstruosidades que hay en este imaginativo universo alternativo, y que tienen uno de sus mejores chistes en los legendarios cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York. El delirio que propone Arleston camufladobajo el envoltorio de un misterio detectivesco es tan grande que, por qué o decirlo, quizá hasta se pueda ver cierto guiño en el clímax a la artimaña a definitiva de Watchmen (aquí, su reseña) o hasta a las películas japonesas de monstruos. Lo mejor, como ha venido viéndose desde el arranque de la serie, está en la dinámica entre los dos protagonistas, que además Arleston enriquece gracias a las personalidades que se apoderan de Fourmille de tanto en tanto, y con el delirante encaje que tiene cada situación en este imaginativo universo fantástico.
Luego, claro, entra en juego Barbucci y todo crece de una manera espléndida. En realidad, no hay nada que podamos decir de su trabajo en La sirena de Manhattan que no hayamos dicho ya en los álbumes precedentes. La conclusión es sencilla, Barbucci es muy, muy bueno. Ekhö es una serie delirante en todos los aspectos, una que da mucho juego a su ilustrador, y Barbucci le saca todo el partido posible. Hay dos puntos de vista fácilmente destacables. Por un lado, la fantasía que tiene Ekhö es brutal y Barbucci la dibuja con una facilidad tremenda, da igual que estemos ante criaturas pequeñas o grandes, que sean escenarios reconocibles o imaginados. Y por otro esta la comedia, dando un acting a los personajes realmente soberbio. Fourmille es, desde todos los puntos de vista, la mejor manera de apreciar el trabajo de Barbucci, desde su exuberancia femenina basta la representación de los distintos personajes a los que tiene que dar vida a causa de las posesiones que sufre. Quizá el ilustrador sea la razón de que, al final, no salgamos de este octavo álbum con la sensación de haber visto algo más flojo, porque el deleite visual es tan sobresaliente como lo ha sido en todos y cada uno de los números de una serie que sabe convencer incluso en momentos en los que se palpa con claridad que esta menos de su ideal máximo.
Soleil publicó originalmente el octavo álbum de Ekhö monde miroir, La Sirène de Manhattan, en agosto de 2018. No tiene contenido extra.

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