CÓMIC PARA TODOS

‘Astérix. La hija de Vercingétorix’, de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad

Editorial: Salvat.

Guión: Jean-Yves Ferri.

Dibujo: Didier Conrad.

Páginas: 48.

Precio: 9,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2019.

Hay mucho de acontecimiento en la aparición de cada nuevo álbum de Astérix, y esa es una ola en la que han sabido subirse Jean-Yves Ferri y Didier Contad. Pero eso no impide que tengamos que decir que su cuarta tentativa en la serie, el 38º álbum en total, se queda algo escasa. Las aventuras de los irreductibles galos no han llegado aún a tener el esplendor que tuvieron en los mejores momentos de la mano de sus creadores, René Gosconny y Albert Uderzo, esa es la realidad. Pero sigue siendo Asterix, y eso de momento vale para la supervivencia del personaje en el medio que le vio nacer. De alguna manera, hay un cierto paralelismo entre lo que vemos en los álbumes y en las películas del personaje, un intento de modernización que no termina de romper. En La hija de Vercingétorix se trata de introducir a una protagonista femenina, una que roba mucho espacio a Astérix sobre todo, porque Obélix sí tiene una mayor cuota en esta aventura, y de promover la adolescencia de la aldea, con temas apenas esbozados que puedan conectar con los chavales de nuestros días. Quizá sea el momento de hacer una reflexión sobre qué necesitan en nuestros días personajes clásicos nacidos hace tantas décadas, porque de lo contrario se corre el riesgo de perder la esencia de la serie y, en último término, a sus lectores. Hay que acertar, y cuanto antes mejor.

La cuestión es que La hija de Vercingétorix no tiene ni mucho menos un mal comienzo. Una adolescente de ideas rebeldes llega a la aldea gala perseguida por todo el mundo, incluido César, y tiene intenciones de escaparse en todo momento y con Astérix y Obélix vigilándola. Eso parece una premisa con el potencial de dar mucho juego en su desarrollo. Pero la historia no termina de avanzar y pasan muchas menos cosas de las que se podían intuir. Ferri, aunque introduce diálogos divertidos y recibe del traductor las habituales referencias culturales adaptadas a cada país (lo que desvirtúa en buena medida el trabajo original de Ferri, por mucho que haga ganar en accesibilidad al chiste por parte del lector español), se queda en la superficie de las anécdotas y no da la sensación de llegar más allá del divertimento casual. Y lo tiene, sus páginas son divertidas y animadas, como suele ser habitual en Astérix. Pero no hay temas que sobresalgan aunque se apunten. De esos hay muchos, algunos muy bien presentados pero no desarrollados. Y eso que la adolescencia daba para mucho con los romanos sitiando la ciudad, con padres que lo resuelven todo a guantazos y con una droga potente como es la famosa poción mágica vetada para los menores de edad. Mucho potencial, pero menos resultados a pesar de los agradables chistes que jalonan esta aventura.

Conrad, en todo caso, hace un muy buen trabajo. Con los personajes clásicos sigue la línea de Uderzo como lo ha hecho desde que asumió la siempre complicas tarea de recoger el testigo de una serie de manos de su dibujante original y tras décadas de trayectoria. Da igual que sean galos, romanos o piratas, hay una conexión bastante natural entre el dibujo de Conrad y la imagen clásica que tenemos de la franquicia, salvando así cualquier duda que se pueda tener sobre la fidelidad a los logros originales, aunque sea un límite que todo el mundo, autores y lectores, aceptan con agrado. Los añadidos a ese modelo no solo no chirrían sino que se integran con mucha naturalidad en la historia, especialmente Adrenalina, que así se llama la hija de Vercingétorix que da título a este álbum, o incluso el villano, que esconde tras una siempre simpática pose de malo clásico y arquetípico las carencias que pueda tener la construcción del personaje. En lo visual sí se puede tener la cierta sensación de que Astérix vive a buen nivel, no tanto en sus historias, que siguen esperando un golpe de genialidad que saque a la serie de ese espacio cómodo y sin demasiado riesgo en el que vive desde hace algún tiempo. Hay que felicitarse de que Astérix siga con vida, pero también hay que subir el nivel de exigencia. El personaje y el legado de sus creadores lo merecen.

Les Editions Albert René publicó Astérix. La fille de Vercingétorix en octubre de 2019. No tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 22 noviembre, 2019 por en Astérix, Didier Conrad, Jean-Yves Ferri, Salvat y etiquetada con , , , .

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