‘Infinity 8. Guerrilla Simbólica’, de Lewis Trondheim, Kris y Martin Trystam

Editorial: Dibbuks.

Guión: Lewis Trondheim, Kris.

Dibujo: Martin Trystam.

Páginas: 96.

Precio: 20 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2019.

La premisa de Infinity 8 no podría ser más sencilla, y su ejecución, en cambio, está resultando deliciosamente compleja. La premisa es la que detalla Martin Trystam en las notas que acompañan a este cuarto volumen de la serie, Guerrilla Simbólica, y que se reduce a chicas monas en el espacio. Pero reducirlo a ese nivel sería el gran error a la hora de evaluar la serie porque la sorpresa es que, libro a libro y con un dibujante diferente para cada uno de ellos, Lewis Trondheim está creando un viaje fantástico, ciencia ficción de la buena, con mucha imaginación, una variedad increíble en temas y escenarios para la premisa antes mencionada, altas dosis de comedia y acción a raudales. Y todo lo que hay en cada volumen está sucediendo a la vez en una nave espacial, la que da título a la serie, y sus alrededores. La fórmula, lejos de agotarse con cada entrega parece cada vez más rica. Sí, hay chicas monas si alguien busca ese único deleite en el tebeo, chicas que además están siempre dibujadas con mucha clase, pero esos diseños tan atractivos esconden personajes divertidos, fuertes, incisivos y con la mente tan ágil como el dedo del gatillo. Y cada una de ellas es diferente porque Trondheim ha sabido concretar contextos muy diferentes para cada una de ellas, dando a cada libro una personalidad diferenciada.

Para esta cuarta entrega hay dos excusas fundamentales. Por un lado, una suerte de culto revolucionario, la Guerrilla Simbólica del título, y por otro un homenaje a la música en general y en particular al amplio grupo de artistas muertos a los 27 años. Resulta obvio que en esto segundo hay un claro homenaje personal, pero es uno que de alguna manera encaja con absoluta naturalidad en el escenario y tú turista que plantea. Trondheim, que guioniza junto a Kris, convierte el libro es una ingente fuente de estímulos. A veces se apoya en su dibujante para que sea el quien los transmita, pero a veces lo hace introduciendo temas y detalles. Su hilarante forma de acercarse a la prensa y los influencers, la manera en la que define al villano de la función, incluso su forma de introducir alusiones sexuales más o menos obvias, todo cuenta pasea que la historia sea un caudal de diversión muy difícil de contener. Y eso que puede que no estemos ante el álbum más rompedor de la serie, aunque el desmadre del clímax final invite a salir de estas páginas casi pensado que sí puede serlo, pero es que Infinity 8 ya tiene un rango que hay que valorar para verla como una serie que, repitiendo esquemas en cierta medida, está creando un conjunto de microcosmos que se adecuan con mucha naturalidad a un único universo más o menos cerrado.

Lo que entra en juego para que cada álbum sea único es el dibujante de turno. Esta vez es Trystam quien se ocupa de esa tarea y lo hace como es habitual en la serie, con una nota muy alta. La mejor forma de asimilar las diferencias está en el mismo diseño de la protagonista, un guiño claro y directo, aunque sea inocente, a la cultura americana de los años 70. A partir de ahí, asistimos a un nuevo festival de ciencia ficción que el ilustrador ejecuta con mucho entusiasmo, no solo por los escenarios exóticos o las criaturas imposibles, que alguna que otra se cuela en la historia, sino también por la forma en la que da vida a cada secuencia. Los puntos de vista que escoge son siempre acertados y sirven para que la historia gane en épica y espectacularidad. Destaca, sí, obviamente, la protagonista, porque no hay que olvidar cuál es el objetivo primigenio de Infiniity 8, pero todo acompaña. Absolutamente todo. Y así es muy difícil no sucumbir a los encantos de una serie que se está demostrando diferente y original en cada paso. Guerrilla Simbólica, como todos los libros anteriores, tiene mucho que analizar bajo la apariencia de un simpático y psicodélico desmadre de ciencia ficción y por eso es inevitable dedicar siempre palabras de elogio a lo que Trondheim y sus artistas invitados están consiguiendo.

Rue de Sèvres publicó el cuarto volumen de Infinity 8, Guérila Simbolique, en mayo de 2017. El único contenido extra es un portafolio de bocetos comentados por el ilustrador.

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