‘Arde Madrid’, de Paco León, Anna R. Costa y Andrea Lucio

Editorial: Random Comics / Penguin Random House.

Guión: Paco León, Anna R. Costa.

Dibujo: Andrea Lucio.

Páginas: 144.

Precio: 24,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2019.

Algo se mueve en el cómic, lo decimos siempre, si es refugio y complemento de productos audiovisuales de toda índole. Aún más, algo se mueve en el cómic español, ese cuya industria tantas veces se sitúa en un escenario de crisis, si se le tiene en cuenta pasa llamar la atención de públicos de otras artes. Y si hasta la televisión se fija en las viñetas como una forma de ampliar su alcance, es que el movimiento al que estamos asistiendo es de lo más interesante. Viene esto a cuento de Arde Madrid, la serie de Movistar+ creada por Paco León y Anna R. Costa que ahora se convierte en un cómic con las preciosas y delicadas ilustraciones de Andrea Lucio. En realidad, en ella está la principal razón para disfrutar de este suplemento, que simplemente acompaña a la serie contando la misma historia. Eso y disfrutar del ambiente del Madrid de Ava Gardner, la inimitable estrella hollywoodiense que es a la vez centro y excusa de este peculiar retrato de las enormes contradicciones sociales de la España franquista en las que encontraron acomodo sus ruidosas fiestas y su escandaloso comportamiento. Lo paradójico de Arde Madrid, el cómic, es que casi se disfruta más sin necesidad de conocer el referente televisivo en el que se basa, y por eso destacábamos por encima de todo su aportación principal, el dibujo de Lucio.

Es verdad que las escrituras de cómic y de televisión comparten algunos elementos, pero se nota que está es una historia pensada para la pequeña pantalla por su ritmo. Aunque n realidad esa es una nota para lectores veteranos, es una sensación casi imperceptible una vez que hemos aceptado el juego de León y Costa, y sobre todo cuando se entra sin miedo en la forma de vida de Ava Gardner. Dicho de otro lodo, Arde Madrid de mueve en dos escenarios muy dispares pero que acaban complementándose bastante bien. Por un lado el lujo, las fiestas, el alcohol y el sexo sin explicaciones, y por otro la España cañí, la que empieza a despertar del puritanismo, la de la picaresca y la cara dura. Todo confluye en la rocambolesca fiesta final en la que, por supuesto, tampoco puede faltar la Guardia Civil. El escenario hace mucho por Arde Madrid y seguramente también el hecho de que, desde esos dos prismas tan opuestos en apariencia, se trate de una historia de una doble liberación femenina, la consumada, que es la de Ava Gardner, y la incipiente, la de Ana María, que es quien, desconocedora del mundo que le rodea, entra a trabajar a su servicio para espiarla. No sorprende que el sexo sea un motor bastante potente de la historia, pero si agrada el enfoque que se le da, especulan ente en el caso de Ana María.

Con ella es, precisamente, con quien se luce más claramente Lucio. No es nada fácil llevar todo el magnetismo animal y el carisma que tenía Ava Gardner a las páginas de un cómic. Nada fácil. Y quizá por eso hay más magia en Arde Madrid cuando el despertar sexual y vital de Ana Maria se apodera de la historia. Y no es que salga la ilustradora mal parada cuando se acerca a la estrella de cine, ni mucho menos, ya que entiende el lujo de su vida e incluso de su aspecto de una manera muy atractiva, con sus diseños limpios, su línea fina y su elegante movimiento. No da la sensación de que se sienta presa del retrato, si acaso a la hora de dibujar al propio Paco León, y eso también juega a su favor, porque concentra el esfuerzo de hacernos ver a Ava Gardner en la portada y después se ocupa de que el personaje funcione. El curioso y momentáneo recurso de mezclar algunas fotografías de la propia Ava Gardner o de los Perón no hace más que reforzar esta idea de que, en el dibujo, importa más la puesta en escena que el parecido con los referentes reales. Con este artificio es más fácil olvidar un poco que esto es una serie de televisión y disfrutar de una manera un poco más autónoma de la propuesta. Pero sin olvidar que es una muestra de que las interacciones en el mundo de la cultura cada vez cuentan más con el cómic.

El único contenido extra es una introducción de Anna R. Costa y Paco León.

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