Guión: Chloé Cruchaudet.
Dibujo: Chloé Cruchaudet.
Páginas: 176.
Precio: 25 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2019.
Después de Degenerado (aquí, su reseña) ya quedó de manifiesto que a Chloé Cruchaudet no le asustan las temáticas difíciles y que puedan provocar que alguien se quede en una superficie polémica sin profundizar en su trabajo. Peor para quien lo haga. La cruzada de los inocentes es un paso más en ese camino, aunque se noten unas intenciones un tanto más dóciles que allí. La historia no lo es, porque coloca a unos niños pequeños en un viaje de adultos, una cruzada hacia tierra santa para liberar la tumba de Jesucristo de la que en teoría solo pueden formar parte niños que, por esa condición, mantienen intacta su inocencia. Lo más polémico y retorcido está sugerido con una sutileza mayor de la que había en la igualmente elegante Degenerado, con la que es fácil establecer vínculos narrativos incluso sabiendo que son obras separadas por una distancia importante en muchos aspectos. Esta, para empezar, es una historia mucho más coral que aquella, aunque pueda nacer como un retrato muy específico de un muchacho, el que se erige en guía y casi mesías de esta misión. Lo fascinante de La cruzada de los inocentes es ir viendo cómo se pierden poco a poco los aspectos más puros de los dos conceptos que asoman en el título, hasta llegar a un final que resulta bastante demoledor y que aporta mucha lucidez a lo que hemos visto antes de llegar a ese punto.
Sorprende y a la vez convence el ritmo pausado y en muchos sentidos natural que acompaña a Cruchaudet en su manera de afrontar una historia que tiene muchos aspectos truculentos. Y funciona en ambos aspectos. La inocencia de la cruzada se ve con una claridad elogiable, haciendo que los niños suenen a niños y no como adultos que no lo son, y desde el principio se entiende que es un viaje viciado desde que arranca, desde las mismas exageraciones que sirven para convencer a los primeros muchachos que se suman a la larga y trabajosa marcha hacia Jerusalén. Cruchaudet, sin necesidad de trazar perfiles complejos para cada uno de los personajes que dispone en la trama o en los que tenga que detenerse durante mucho tiempo, que no tiene, sabe hacer reconocibles a un buen puñado de ellos, y a través de estos va mostrando la forma en la que su sano ejercicio de fe se va convirtiendo en algo podrido y condenado al fracaso. Ese es el tono que en realidad tiene el relato desde el principio, desde que asistimos a la presentación de Colás como un niño que se ve obligado a escapar de su casa. Sin necesidad de apostar por una intensidad exagerada, el tebeo fluye con mucha naturalidad. Sin tener por qué detenerse en todos los episodios del viaje, las elipsis funcionan. Puede tener flaquezas, pero las esconde muy bien con sus virtudes.
Y el dibujo ayuda. Su sencillez es casi una metáfora de la inocencia del título, los colores apagados una ominosa premonición de la debacle emocional y religiosa que se produce de una manera inevitable. Quizá se puede decir que en La cruzada de los inocentes hay menos realismo del que había en Degenerado, pero se reconoce que son obras de la misma autora con bastante claridad. Como en aquella, hay mérito en lo que sugiere y en la manera en la que el lenguaje corporal de los personajes siempre juaga a favor de la historia. La misma visión de Colás que sirve de presentación auténtica de la historia juega con una sencilla puesta en escena que, quizá por esa misma razón, es bastante impactante. No olvida Cruchaudet en ningún momento que su historia la protagonizan niños, y eso se plasma también en sus puntos de vista cuando se van asomando al mundo de los adultos. Es ahí, cuando cae el velo de la inocencia, cuando la novela gráfica crece con más intensidad, y se nota tambien porque es cuando más se desata el dibujo. Hay muchos elementos interesantes en la narrativa de La cruzada de los inocentes, y muchos, además, que se clavan en el subconsciente para que la suma de todos ellos permanezca más allá de la lectura. Como en Degenerado. Si, está claro que Cruchaudet tiene algo.
Soleil publicó La croissade des innocents en octubre de 2018. No tiene contenido extra.

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