‘Dame un beso’, de El Don Guillermo

Editorial: La Cúpula.

Guión: El Don Guillermo.

Dibujo: El Don Guillermo.

Páginas: 204.

Precio: 19,90 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Octubre 2019.

Hay algo atrayente en Dame un beso, una historia que El Don Guillermo teje sobre un extraño trío, el que forman dos amigos franceses que vuelven de vacaciones a España y que se topan con Cristina, una amiga de la adolescencia que conocieron precisamente en el lugar al que regresan. Es fácil dejarse llevar por la profunda espiral de recuerdos y de experiencias extraordinarias que plantea el autor, de esas que se producen lejos de la rutina diaria y del encaje en las normas sociales, y por el halo de despreocupación y de ausencia de consecuencias en los actos de este variopinto grupo. Lo que no es tan fácil cuando acaba Dame un beso es dilucidar si hemos vivido una experiencia real o por si por el contrario lo que hemos visto es la manifestación de un poderoso regreso a la juventud, una suerte de remordimiento por lo que no se llegó a hacer que está más en la mente de estos dos tipos que en la vida real. Y casi parece más lo segundo, un largo instante en el tiempo que pertenece más al mundo de los recuerdos que al del presente. La habilidad de El Don Guillermo pasa por hacer una obra muy extensa pero que, en realidad, se lee en un suspiro porque apenas necesita una breve introducción para meterse de lleno en materia y sabe desenvolverse en la historia que está contando sin necesidad de perderse en detalles que no tienen importancia.

Dos hombres, uno de ellos abiertamente gay, una mujer y un perro. Eso es todo lo que necesita el autor para construir un universo cerrado y lleno de sensaciones. Dame un beso, de hecho, es un tebeo muy sensorial. El recuerdo de lo que viven sus protagonistas está siempre en sus sentidos. El deseo por Cristina, el sabor de la cerveza, el olor a la tierra, la textura de la comida, el riesgo de lo prohibido, que pasa no solo por las relaciones personales entre todos ellos, que intentan llevar a la vida real sin éxito, sino tambien por entrar en una casa ajena para pasar este verano tan atípico. Cristina es la figura que representa lo inaccesible, y las consecuencias de los actos que protagonizan estos dos tipos a los que seguimos desde el inicio se sienten solo cuando ella no está. El Don Guillermo dota así a Cristina de un aura especial, casi fantasmal e hipnótica, que se nota en su mirada perdida, incluso triste, y casi sin necesidad de que pronuncie palabra alguna. ¿Cuál es el sentido de todo este viaje? Puede que el mismo viaje en sí mismo, porque la obra empieza en la carretera y termina de la misma manera, arranca con recuerdos juveniles y vuelve a ese mismo camino para despedirse. Extraña, pero engancha, precisamente por la enorme extrañeza que hay en su historia y en sus mismos protagonistas, niños grandes en los que no se atisba ningún grado de madurez.

El dibujo de El Don Guillermo tiene una cualidad que destaca por encima de cualquier otra. Es una clara caricatura, directa y sencilla, pero no pierde toda la seriedad de la historia. Dame un beso es, sobre todo, un drama. Y eso, sí, se nota en su dibujo. Siempre que un dibujante de un estilo análogo al del autor de esta obra busca esas sensaciones acaba siendo elogiado por su propuesta. En estecaso, con todo merecimiento, porque consigue que el trío que plantea funcione muy bien a un nivel emocional. La aparente jovialidad de los protagonistas, con sus matices, sus traumas y sus momentos, y la apreciable frialdad de Cristina se entienden a golpe de vista, sin necesidad de detenerse en los diálogos, y eso es algo que tiene mérito estando tan alejado de un aspecto realista. La información llega igual, o incluso mejor por momentos. Y la puesta en escena es más que interesante en algunas escenas. Lo mejor de Dame un beso es que es plenamente consciente de hasta dónde quiere llegar y de los elementos que tiene a su disposición para ello. Todo lo usa con habilidad para que el relato funcione como debe hacerlo. Podemos pensar, de forma licita, que su estructura circular nos lleva a un punto en el que en realidad no ha pasado nada, pero si se rasca la superficie se ve que sí, que esa aparente intrascendencia lo es solo en la superficie. Por debajo hay mucho más.

Misma publicó Dame un beso en mayo de 2014. No tiene contenido extra.

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