CÓMIC PARA TODOS

‘La casa de la playa’, de Séverine Vidal y Víctor L. Pinel

Editorial: Nuevo Nueve.

Guión: Séverine Vidal.

Dibujo: Víctor L. Pinel.

Páginas: 176.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2019.

Siempre hay necesidad de historias bonitas, y La casa de la playa encaja a la perfección en esa categoría, por lo que es fácil deducir que estamos ante una lectura cargada de emociones y con muchos aciertos. Severine Vidal y Victor L. Pinel han dado con una tecla emotiva para hablarnos no solo de una casa, sino en realidad de un hogar. Ocasional, desde luego, como todas las viviendas pensadas para ser el lugar de descanso vacacional, pero epicentro al mismo tiempo de todas las relaciones humanas que se entablan entre las personas que viven en ellas. No queremos abusar de la cercanía que pueda tener con La casa de Paco Roca ni desvelar la estructura escogida por Vidal para dar forma a su historia, porque descubrirla es parte de la magia de este cómic, pero si podemos decir que ese es uno de los motivos por los que La casa de la playa va provocado una cercanía con el escenario que se intensifica con el paso de las páginas. Al principio intriga, al final emociona. Es, lo decíamos, una historia francamente bonita, realista en todos los aspectos, porque sabe ser tan tierna como dura. La vida es así y la obra sabe ser un pedazo de vida, de muchas vidas, construido con mucha inteligencia. No cambiará el mundo, pero si provoca todas las sensaciones que quiere estimular, y eso es algo digno de elogio en un relato costumbrista como este.

Vidal sortea bien los enemigos a los que tiene que hacer frente un relato como este, sobre todo lo que tiene que ver con la información. Lo que no sabemos sobre los componentes de la familia que llega a La casa de la playa, y es obvio que eso acaba resultando la clave para las buenas sensaciones que deja la historia, lo vamos averiguando con naturalidad. No pesa el desconocimiento, al contrario, nos estimula a sentirnos un poco más cerca de cada de los actores. Hay melancolía, una que además introducir muy bien el título del primer capítulo, que nos conduce a un último verano. ¿Puede haber algo más triste y nostálgico que una despedida anunciada? Lo bueno es que Vidal no se deja llevar por la sensiblería, que es otro de los grandes peligros que puede tener un cómic como este, y apuesta por la sinceridad. Todo suena veraz, esquiva lo forzado de tal manera que es difícil no meterse en la piel de todos los personajes, en sus recuerdos, en sus presentes, en sus duelos y en sus esperanzas. Y sobre todo sabe poner en valor dos cosas de una forma paralela, a sus personajes y al mismo escenario en el que acontece la historia, la casa y lo que la rodea, como un fantástico ecosistema vivo y cerrado en el que sucede todo, casi de manera ajena a la existencia de un mundo real al que al que regresar en algún momento.

Hay otro elemento muy positivo, que Vidal destaca en su agradecimiento, y es lo bien que  interpreta Pinel la historia. La casa de la playa es una obra que, seguramente, luciría de una forma especial con un autor único, y el ilustrador consigue que tengamos esas se sensaciones, las de una unidad en el discurso bastante notable. No hay una barrera entre lo que se nos cuenta y la forma en que lo vemos porque hay una conexión emocional muy importante entre los autores y con los personajes. Y, por qué no decirlo, eso también ayuda a que el lector entre en ese juego tremendamente natural, creando una fusión todavía más completa. A Pinel le interesa la realidad y sabe jugar todas las bazas necesarias para que la veamos como él, con retratos naturales, alejándose de arquetipos físicos ideales, haciéndonos pensar en una familia de verdad y sobre todo, proporcionando una narrativa espléndida que sabe sacar partido de los silencios y de todo lo que sucede fuera del cuadro. Esa es la parte más complicada del trabajo de Pinel y la que hace que podamos valorar su trabajo de una manera muy entusiasta, porque no solo dibuja la historia sino que la interpreta. Puede que eso sea lo que le da a La casa de la playa ese toque distintivo con respecto a otras historias parecidas y la cercanía imprescindible para que lo que cuenta nos toque de cerca.

Marabout publicó originalmente La maison de la plage en marzo de 2019. No tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 29 octubre, 2019 por en Nuevo Nueve, Séverine Vidal, Víctor L. Pinel y etiquetada con , , .

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