Guión: Todd Dezago.
Dibujo: Mike Wieringo.
Páginas: 288.
Precio: 34,90 euros.
Presentación: Cartoné
Publicación: Septiembre 2019.
No conviene cometer el error de menospreciar Tellos por su aire juvenil, su aspecto desenfadado o su tono de aventuras, porque en lo suyo es un tebeo de enorme categoría. ¿Y qué es lo suyo? Viendo lo que ofrece, esa sería una buena pregunta, porque lo que durante buena parte de la lectura parece un relato clásico de elegidos y profecías, una historia de fantasía más o menos blanca, se va convirtiendo poco a poco en algo más que, por supuesto, es mejor descubrir con el paso de las páginas. Nunca deja de ser un cuento, pero es mucho más de lo que parece, tiene un trasfondo maravilloso que Todd Dezago se guarda para el final y que supone una de esas sorpresas que usan los narradores para que las historias aparentemente más lineales de repente tengan una madurez gloriosa y emocionante, de esas con las que resulta imposible no sonreír. Y si encima todo eso llega después del maravilloso caudal de imaginación que despliega el añorado Mike Wieringo, la conclusión no puede ser más positiva. Tellos es uno de esos mágicos ejercicios de narración en los que no paran de suceder cosas, en los que los personajes son espléndidos, en los que hay mil sorpresas escondidas y en los que cada diseño está pensado para que disfrutemos al máximo. Y se disfruta, desde luego que se disfruta con esta pequeña maravilla.
La clave está en entrar al mundo de Tellos con la mente abierta. Dezago orquesta una historia, un universo y unos personajes en los que no parece haber nada al azar a pesar de estar todo disfrazado con un divertidísimo caos en el que humor, acción y fantasía se dan la mano de una manera fluida y natural. Tellos podría haberse contado de muchas maneras diferentes, y su final es una evidencia bastante clara de este aspecto, pero la de Dezago tiene la lógica de su protagonista, que no deja de ser un niño al que le suceden cosas de adulto y que de repente tiene que cambiar sus hábitos y luchar contra algo que no conoce, unas fuerzas de la oscuridad llamadas a acabar con su mundo. El escritor aspira a llegar a todo tipo de público, y lo consigue muy bien. Su arma fundamental, incluso por encima de la fantasía, es el humor y los diálogos, todo pensado para que sea un relato dinámico que defina a los personajes con una precisión brillante. Y seguro que se pueden sacar mil referencias distintas a las que Dezago recurre sin esconderse, pero el resultado final tiene un distintivo aire personal que empapa la lectura. Tellos no aspira a copiar nada, sino a enriquecer el maravilloso mundo de la fábula fantástica. Y a fe que lo hace sin guardarse absolutamente nada en la recámara, poniéndolo todo para que la diversión sea continua y de alto nivel.
La magia que además propone Wieringo es, sencillamente, maravillosa. Su estilo cartoon tiene la virtud de encajar sin problema en el mundo de los superhéroes, y es imposible no recordar en este terreno su magnífico trabajo en Los 4 Fantásticos, o en una fantasía aparentemente juvenil como esta. Escenarios de cuento, criaturas de leyenda, ladrones urbanos o exóticas piratas, no hay en Tellos un solo reto al que Wieringo no responda dando lo mejor de sí mismo y creando un superlativo espectáculo de fantasía que no decae en ningún momento. Y lo ejecuta siempre dando una expresividad a sus personajes que va mucho más allá de su manera de dibujar, con esas peculiares anatómicas de piernas cortas que sirven para reconocer su trabajo de una manera casi instantánea. Hasta esa sorpresa que Dezago se guarda para el final de Tellos la lleva Wieringo a la página de una manera soberbia, recordándonos, como si lo pudiéramos olvidar, que era un magnífico dibujante, también de instantes más íntimos y menos espectaculares. Tellos queda como una de sus cumbres, y en realidad como uno de esos tebeos a los que siempre da gusto volver, uno de esos que se pueden ir pasando con orgullo de generación en generación con la seguridad de que nuestros hermanos pequeños, hijos o sobrinos van a saber encontrar la misma magia que cualquiera de nosotros.
El volumen incluye los diez números de Tellos, publicados originalmente por Image Comics entre 1999 y 2000. El contenido extra lo forman las portadas originales de Mike Wieringo, un portafolio de bocetos y diseños de personajes y textos de Todd Dezago y Pedro Monje.

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