‘Strangers in Paradise’ 2, de Terry Moore

Editorial: Norma.

Guion: Terry Moore.

Dibujo: Terry Moore.

Páginas: 624.

Precio: 34,95 euros.

Presentación: Cartoné con sobrecubierta.

Publicación: Agosto 2019.

Al llegar al final de este segundo volumen de la edición integral de Strangers in Paradise, con el que Terry Moore pone punto final a lo que él llama la versión primera de la historia, de usa mucho el término «repetitivo». ¿Es repetitiva Strangers in Paradise? Si somos totalmente sinceros, algo de eso hay, desde luego. Pero recorrido este camino de más de mil páginas hay que valorar esa repetición como algo mágico y vital, no como algo aburrido y atribuible a la falta de ideas. ¿Moore sin ideas? Antes veríamos el infierno congelado. Strangers in Paradise, con sus tramas imposibles y con sus acontecimientos totalmente absurdos, es el relato de dos vidas, más en realidad pero por encima de todo las de Francine y Katchoo. Van y vienen, se pelean y se reconcilian, se confiesan lo que sienten y al poco se arrepienten, y esto sucede una y otra vez hasta llegar al maravilloso número final de esta etapa. ¿Repetitivo? Sí, por circunstancias diversas, pero no dejamos de pasar una y otra vez por el mismo camino. Pero qué condenadamente bien nos entretiene Moore mientras tanto con unos diálogos maravillosos, con una narrativa siempre cargada de sorpresas y con un dibujo siempre magnífico. Será repetitivo, pero a la vez es una genialidad que tiene una enorme valentía en su forma de tratar las relaciones humanas.

Lo de repetitivo, en todo caso, hay que acortarlo y darle su justa dimensión. En las vidas de Francine y Katchoo sí se da esa repetición, pero en la narración de Moore no. Ni por asomo. Hay saltos hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, hay cambios de forma narrativa hasta abrazar el cómic más sofisticado e imaginativo con la misma fuerza que la prosa, y prosa además configurada de maneras muy imaginativas, hay repeticiones desde diferentes puntos de vista, y hay elipsis maravillosas, incluyendo la que precede al número final de este volumen, que se convierte en un precioso ejercicio metatextual y la mejor muestra de la genialidad que es Strangers un Paradise. Es evidente que en la mente de Moore son indivisibles la parte más terrenal de la relación entre sus dos protagonistas, el lado más emocional, el que tiene que ver efectivamente con los afectos y con la vida ordinaria, y la más rocambolesca historia mafiosa que tiene Katchoo, y así hay que entenderlo. Es divertido imaginar cómo podría haber sido esta serie con otro contexto, digamos, más verosímil. Pero al final todo sirve porque la imaginación de Moore es brutal. ¿Que hace falta meter un accidente de avión? Se mete. ¿Que necesitamos algún elemento de corte fantástico? Encaja. Es Strangers in Paradise, todo es posible en sus páginas. Y aún mejor, todo es creíble.

A eso ayuda el siempre sensacional dibujo de Moore. Nada que no dijéramos con el primer volumen de esta misma serie (aquí, su reseña), pero sí algo que merece la pena que recordemos cada vez que nos topamos en el camino con obras suyas. La clave está precisamente en que todo lo es capaz de imaginar es igualmente diestro para dibujarlo. Y eso, que parece una tontería, es signo de gran dibujante. Moore es tan capaz de soltarse en la caricatura como en el dibujo más fino y cargado de belleza, y además es un autor que entiende como pocos la figura femenina. Lo que Strangers in Paradise evidencia en ese sentido es que sabe encontrar belleza en tallas diferentes, e incluso hace de esta cuestión una bandera de fondo en la serie. De quitarse el sombrero cómo incorpora este elemento a sus personajes. O cómo es capaz de enganchar con su dibujo con mucho o poco texto, en escenarios realistas u oníricos, o incluso en fan services bestiales como el que dedica a Xena. Como todo, en realidad, porque es una historia brutal en todos los aspectos. Pocas series encierran tantos debates sobre la vida y contados además de formas tan originales esta es una de ellas. Y sí, desde el primer número da la sensación de que Moore sería capaz de contarnos las peripecias de Francine y Katchoo de muchas maneras diferentes. Esta, en todo caso, ya es formidable.

El volumen contiene los números 13 a 43 de Strangers in Paradise, publicados originalmente por Abstact Studio desde marzo de 1998 a septiembre de 2001. El contenido extra lo forman una introducción de Raúl López y las portadas originales de Terry Moore.

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