Director: Javier Ruiz Caldera.
Reparto: Dani Rovira, Alexandra Jiménez, Maribel Verdú, Julián López, Pedro Casablanc, Gracia Olayo, Ferrán Rañé, Nao Albet, Gonzalo de Castro, Mireia Portas.
Guión: Borja Cobeaga, Diego San José.
Música: Fernando Velázquez.
Duración: 108 minutos.
Distribuidora: Disney.
Estreno: 23 de noviembre de 2018 (España).
Es bastante evidente que el Superlópez de Jan es una parodia del Superman de Jerry Siegel y Joe Shuster. Fue, en su momento, una idea muy divertida de acercar los superhéroes al tebeo español de humor, ese en el que han triunfado personajes como Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape o Anacleto, agente secreto entre otros muchos personajes. Y salta también a la vista que adaptar este material al cine no es tarea fácil. Tiene su miga acercarse al original, ¡conque no la va a tener una traslación a la pantalla grande de la parodia! Dicho esto, se nota bastante que el auténtico modelo que Javier Ruiz Caldera quiere aplicar a su película no está en los cómics, sino en el Superman de Richard Donner (aquí, su crítica). Casi pieza a pieza, Ruiz Caldera va calcando en Superlópez los esquemas de esta, llevados lógicamente al punto de humor que tienen el personaje patrio y la misma película, incluso en su música, la de un notable Fernando Velázquez que por momentos parece ser el que mejor se lo está pasando. Y el caso es que queda una película resultona y simpática que, sin ser necesariamente una adaptación precisa de lo que quería Jan, al menos cumple con lo prometido, un rato divertido y que tiene una factura visual bastante competente aunque se note que la animación por ordenador no está en nuestra industria al nivel delo que requeriría el género en Estados Unidos.
Dicho esto, hay que entrar en el punto que, cómo no, desató la polémica en las redes desde mucho antes de que se pudiera ver la película, la elección del omnipresente Dani Rovira como protagonista. Sin menospreciar las capacidades del actor, es bastante evidente que con el paso de los años ha configurado un registro que le funciona. Si no, no tendría esa omnipresencia en cine, monólogos, publicidad, eventos y televisión que le ha caracterizado en los últimos tiempos. Y ese mismo registro es el que aplica en la película, hasta el punto de que es más fácil pensar que estamos viendo una película de Dani Rovira antes que una de Superlópez. Y lo es, porque su historia está ahí, con algunos de los elementos del tebeo de Jan, pero el personaje del actor está por encima del personaje de Jan. Eso, lógicamente, puede ser algo que influya en quienes se acerquen a la película pensando en el tebeo original, pero lastrará muy poco a quienes vean el filme de Ruiz Caldera, que ya tiene experiencia en esto de llevar tebeos españoles al cine con Anacleto, agente secreto (aquí, su crítica), como una comedia sin más pretensiones. Rovira, de hecho, encabeza un reparto que se toma la película de esta manera, como parodia del Superman de Donner, bien aleccionados por el director, y como un relato de humor sin una necesidad de mayor de referencias comiqueras.
De hecho, por momentos hasta parece que se esquivan, y la villana de la función, interpretada por Maribel Verdú desde ciertos clichés de malo de opereta, ni siquiera tiene su reflejo en los cómics. Lo curioso es que algunos de los elementos más logrados de la película no vienen por la parte más superheroica, sino por la más mundana, por la presencia de Luisa Lanas, una Alexandra Jiménez que con facilidad se lleva los mejores momentos de la película. La historia, sencilla, no busca mayores complicaciones, no necesita hacer de la ciudad de Barcelona el escenario que es en el cómic ni tiene necesidad de llevar el humor mucho más lejos que al reírse de la posibilidad de que haya un superhéroe español, tema que reitera como si Ruiz Caldera y sus guionistas quisieran que fuera el tema central de la película. La acción, no obstante, está bien llevada sin necesidad de multiplicar escenas de combate, dejando para el final el plato fuerte y quizá el más bufo de todos por los efectos especiales. Pero de lo que se trata es de provocar risas con chistes blancos, más o menos previsibles pero igualmente funcionales. Quién sabe si el final de la película es una gracia interna o una pretensión de continuarla con una secuela, seguramente tendrá algo de las dos cosas, pero Superlópez en todo caso queda como una cinta simpática sin necesidad de ser una adaptación notable.

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