‘Betty Boob’, de Vero Cazot y Julie Rocheleau

Editorial: Planeta Cómic.

Guion: Neyef.

Dibujo: Neyef.

Páginas: 108.

Precio: 15 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Junio 2019.

 Suena paradójico que un puñetazo en el estómago pueda ser placentero, pero justo eso, tan frecuente cuando uno se asoma a una obra literaria valiente, es lo que proporciona la montaña rusa emocional que es Betty Boob. Vero Cazot y Julie Rocheleau abordan un tema complicado y adulto, los estigmas sociales que sufre la mujer producto de la extirpación de una mama, lo hacen con una crudeza muy difícil de cuantificar y haciendo que se nos ponga a todos el corazón en un puño. Y cuando se dice a todos es a todos. Da igual la experiencia que se tenga en este terreno, o incluso que sea nula. Las primeras páginas de Betty Boop son terribles y todo un ejemplo de cómo abordar algo tan complejo con una sinceridad desbordante y un nivel didáctico asombroso. Luego se convierte en un maravilloso canto a la vida, en un delicioso homenaje al burlesque y en una transformación hermosa que tiene la intención de cargar contra todas las convenciones sociales que rodean a la cuestión de la que parte esta obra. Y todo ello, narrado casi sin palabras, con las justas y necesarias, palabras que llegan en la recuperación pero que no hacen falta en mis momentos más duros porque ahí la emotividad y las sensaciones hablan por sí solas, con una categoría tremenda y dejando la sensación de haber asistido a algo por momentos muy grande.

Es muy evidente desde el primer momento que Cazot no se va a guardar nada. Los primeros capítulos de Betty Boop son tan demoledores que consiguen que la obra merezca estar entre las lecturas de cabecera de cualquier grupo de apoyo psicólogo a quienes hayan vivido un cáncer de mama (sí, cáncer, visibilizar la palabra también es importante), en carnes propias o en las de algún familiar. Ha de ser reconfortante ver que sensaciones tan humanas no nos convierten en bichos raros, y que hay otras personas que han pasado por lo mismo o que, quizá más importante, lo entienden. Betty Boob es ahí un tebeo fundamental, sensible y espectacular, que hace virtud de sus silencios y que encuentra una forma de narrar formidable. El burlesque ya se cuela ahí, con escenas que tocan lo onírico, quizá incluso lo surrealista, y que se convierten en la base de una magnífica historia de superación. No es fácil asimilar desde algo tan rocambolesco, casi inverosímil, toda la seriedad que tiene la obra, y sin embargo sus dos mitades se complementan de una manera muy fluida y natural, porque es la caída (recuperación física y nueva caída emocional) y resurrección de una mujer que tiene un pesado yugo social sobre sus hombros. Y eso, en los tiempos que corren, es un mensaje tan necesario como maravilloso, y que crece contado de una manera tan sensible como esta.

Sensible y visualmente espectacular, que eso también tiene su miga en este tebeo. Hablábamos de la ausencia de diálogos casi total durante el libro, y eso hace que el dibujo de Rocheleau alcance un nivel soberbio. Su narrativa lo es, porque sabe encontrar las imágenes y las onomatopeyas adecuadas para que no perdamos detalle, sensorial ni emocional, de lo que está sucediendo. Lo que alcanza en la escena sexual de esa primera mitad del libro, quizá el momento más humanamente demoledor que hay entre sus páginas, es casi sobrenatural. La explosión de color y movimiento que llega después, sin necesidad tampoco de caer en terrenos que sean excesivamente exagerados y aprovechando la belleza de las formas femeninas (también masculinas, que alguna hay) sin atender a la tiranía de la industria de la imagen que vivimos en nuestros días, es igualmente magnífica, porque complementa con su colorido el mensaje vitalista que encierra la obra, a pesar de la intensidad sin filtros de sus primeras páginas. Betty Boop es, en ese sentido, uno de los cómics más optimistas que hemos visto en los últimos tiempos, uno que narra de una manera genial una tragedia y que se va llenando de vitalidad cuando todo parece en contra. Como mensaje para nuestra realidad no está nada mal, pero como tebeo esta increíblemente bien.

Casterman publicó originalmente Betty Boob en julio de 2017. No tiene contenido extra.

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