Guion: Émile Bravo.
Dibujo: Émile Bravo.
Páginas: 88.
Precio: 20 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2019.
Sí con Diario de un ingenio (aquí, su reseña) Emile Bravo nos ofreció una formidable versión de Spirou, La esperanza pese a todo se asoma en este primero de sus cuatro volúmenes como una afirmación de nivel de gran calado. No dejamos de valorar cada entrega de Una aventura de Spirou por… como una formidable vertiente del personaje, tan capaz como la continuidad, en algunos momentos parece que incluso en poco más, de dar historias que recuerden al mundo que estamos ante uno de los iconos del comic francobelga, uno que quizá algunos se resisten a colocar a la altura de Astérix o Tintín pero que en manos de autores como Bravo está incluso por encima de aquellos. Dicho sin ambages ni medias tintas, La esperanza pese a todo, al menos en su primer libro, es una obra maravillosa, como poco al nivel de su predecesora, una en la que se puede entender la Segunda Guerra Mundial de una forma sobrecogedora, desde el saber popular de una nación a priori ajena al eje del conflicto pero que, como casi toda Europa, acabo metida de lleno en la disputa entre las potencias del eje y los aliados. Hay tantos matices en el álbum que probablemente haría falta una edición anotada que recorriera cada una de sus páginas para extraer todo lo que tiene, porque es mucho y de gran categoría, demostrando que Bravo es, por méritos propios, uno de los grandes autores de Spirou.
En este reducido espacio, no obstante, sí se puede dejar claro por qué Bravo es un talento excepcional. Para empezar, tiene un plan minucioso para irnos contando la guerra desde el plano de un espectador interesado, Spirou, que entró de lleno en el espionaje político en Diario de un ingenuo desde su aparentemente inofensiva posición de botones y que aquí se mueve a ras de suelo, con los dramas que provoca la guerra entre la gente normal. El hambre, el miedo, la incertidumbre, hasta la inconsciencia general en la que se podía mover un pueblo que recibía escasa información y de fuentes que exigían un ejercicio de fe para convertirse en verdades que se extendían poco a poco. Bravo destaca en lo más cotidiano, en lo más humano, sobrecoge cuando pone a Spirou a hablar con Fantasio sobre la posibilidad de tener que matar a un hombre en el frente, le coloca en el centro de la incredulidad social ante la persecución de inocentes, judíos en Alemania y de alemanes en Bélgica, o la insensibilidad en las fronteras para acoger refugiados. O esa brutal escena en la que Fantasio desvela, aún sin darse cuenta, la importancia de la propaganda nazi. Hay miles de detalles como estos a lo largo de Un mal principio, que así se titula este primer libro de La esperanza pese a todo, y cada uno de ellos contribuye a la enormidad de este álbum.
Enorme también por su dibujo, porque Bravo es un espléndido narrador que se adapta sin problema a las necesidades del personaje. Su Spirou está cargado de una gran cantidad de texto, pero ni aún así se deja devorar como dibujante por las palabras. Spirou siempre será un personaje con una base reconocible, pero Bravo le da una humanidad sobresaliente. En sus lápices, también por el marco escogido, es menos cómico de lo habitual. La historia mantiene ese toque, y el autor tiene un apreciable dominio del slapstick y de la caricatura, pero Spirou tiene que aparecer como algo más trascendente. Es, de hecho, el personaje que nos conecta con cada pequeña tragedia que vemos en estas páginas. Otro detalle de su genialidad está en el primer retrato que ofrece del ejército nazi, casi como sacado de relato de horror bélico. Es prácticamente imposible encontrar alguna flaqueza en el trabajo de Bravo, y eso que estamos ante un álbum de extensión superior a lo que suele ser habitual. El viaje que propone parece algo disparatado en algunos momentos y fuerza la casualidad, pero todo acaba pareciendo tan humano y tan natural, hasta cuando se adentra en el terreno de los primeros amores, que nada desentona. Estamos ante un Spirou grande y ante el que hay que quitarse el sombrero. Y, por eso mismo, ante un tebeo magnífico, con muchas ganas de verlo continuar.
Dupuis publicó originalmente el primer álbum de Spirou. L’espoir malgré tout en octubre de 2018. No tiene contenido extra.

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