‘Corto Maltés. Bajo el signo de Capricornio’, de Hugo Pratt

Editorial: Norma.

Guion: Hugo Pratt.

Dibujo: Hugo Pratt.

Páginas: 148.

Precio: 29,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2019.

Dentro de sus muchas cualidades como narrador a la hora de contarnos las aventuras de Corto Maltés, Hugo Pratt destacaba especialmente por una, su enorme capacidad para hablar de su protagonista sin perder ni un solo instante el hilo narrativo. No necesita cartuchos de texto, flashbacks aclaratorios ni ambiciosos soliloquios, porque a Corto Maltés le definen los hechos y lo que sucede a su alrededor. Esa es una cualidad maravillosa que se ve sin problema a lo largo de los seis segmentos que componen Bajo el signo de Capricornio, segundo de los álbumes del personaje tras La balada del mar salado, y que en general caracteriza toda la obra de Pratt y define a la perfección a su protagonista. A día de hoy sigue siendo un ejercicio fantástico dejarse maravillar con la manera en la que el autor habla de su héroe mostrando no solo su planta sino haciendo que sea un tipo reconocido y reconocible por sus amigos y por sus enemigos. Diálogos certeros, escenarios exóticos, misterios inteligentes, todo esto es lo que define a Corto Maltés y fascina que siga teniendo una frescura tremenda tantos años después de que Pratt diera vida a estas historias. Si no la tuviera, la leyenda de Corto Maltés no sería tan fascinante como lo sigue siendo, ni tampoco sería una lectura tan espléndida para viejos lobos de mar pero también para neófitos que no conozcan sus méritos.

De todo esto pueden dar de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero, los actuales custodios del personaje. La razón de que ellos rindan pleitesía a Pratt lógicamente hay que buscarla en estas primeras historias, y quizá en este volumen estén buena parte de las razones que pueden esgrimir. Corto Maltés habla lo que tiene que hablar, ni más, ni menos, y quienes se van encontrando con él aportan exactamente lo que se necesita para conocerle cada vez un poco más. Disfrutemos más o menos del ritmo que Pratt impone a sus aventuras, y parece difícil que no sea mucho viendo la variedad que imprime a su libro, lo que no es probable es que salgamos de la lectura sin tener la sensación de estar muy cerca de un personaje que es hermético como pocos y que se afana en ser un héroe sin parecerlo. Cada parte del viaje que muestra este libro tiene unidad por si sola, pero ganan en el conjunto, la de Pratt es una manera muy distinta de afrontar el álbum, y eso también habla muy bien de su creación. No se trata de vivir algo puntual, sino de entender una forma de vida, la de Corto Maltés, distinta y singular. Con acción, con intriga, con buenos y malos, con viajes a lugares peligrosos, y con un nivel de documentación y de conocimiento del mundo que son parte inseparable del éxito de esta serie. Pratt hace que Corto Maltés sea único.

Todo el exotismo que tiene la obra tiene su reflejo en el siempre identificable dibujo de Pratt, con sus marcadas manchas de tinta para sombrear los rostros y darles esas personalidades únicas a cada uno de los actores que vemos aparecer. Corto es hierático, casi impasible, y aún así le escrutamos con su lenguaje corporal de dandy. Y lo mismo podemos hacer con cada figura que vemos a su lado. Aparentemente, Pratt se mueve mejor en lo más estático, y sus icónicas portadas son buen ejemplo de ello, y aún así logra que sus coreografías de combate asombren por su dinamismo, siempre desde una perspectiva de testigo. Y como el escenario es vital para disfrutar de Corto Maltés, ahí también destaca, y lo hace sin necesidad de mostrar un detalle excesivo en sus lápices o en sus tintas. Es decir, apuesta por la atmósfera, por que el lector sepa en todo momento cómo debe sentirse en función del lugar en el que acontezca casa parte del relato. Corto Maltés es un clásico y Bajo el signo de Capricornio uno de los relatos que podemos coger al azar para responder por qué lo es. Da igual haber leído antes La balada del mar salado o no haberlo hecho, porque este libro sigue siendo una portentosa exhibición de todo aquello que convierte a Corto Maltes en asignatura obligatoria para entender la historia del comic francobelga.

Casterman publicó originalmente Corto Maltese. Sous le signe du Capricorne en marzo de 1979. No tiene contenido extra.

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