Guion: Jean Dufaux.
Dibujo: Martin Jamar.
Páginas: 80.
Precio: 19,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2019.
Traducir o no los nombres de personajes históricos puede provocar curiosos equívocos cuando estos dan el salto a la ficción narrativa. El nombre de Vincent, de manera casi universal, nos llevaría a pensar en Van Gogh. A todos menos a Tim Burton, que pensaría en Price, claro. Pero este Vincent hace referencia a San Vicente de Paul. El salto al idioma español le quita algo de conexión directa, pero Jean Dufaux y Martin Jamar se encargan de que la veamos. No buscan una biografía, sino un retrato. Y es uno certero que, efectivamente, quiere responder con precisión al subtitulo de la obra, para que así veamos de una manera clara a Un santo en la época de los mosqueteros. No, la guardia que inmortalizó Alejandro Dumas no juega un papel en la historia que idea Dufaux, pero sí nos sirve como referencia del contexto. La apuesta es por una historia bastante cerrada en sí misma y sobre todo por el carisma del protagonista. No se trata solo de conocerle, sino de identificarle rápidamente como el santo que después fue proclamado. Y eso, mérito tanto de escritor como de ilustrador, se hace sin sesgos ideológicos y sociales que pudieran alejar o acercar desmedidamente al lector en función de su propia posición personal. Ese es, de largo, el gran mérito que tiene Vincent, que funciona como reverencia a su figura central, claro, pero también como una buena historia.
Para empezar, Dufaux no se deja devorar por el carisma de la figura histórica, y eso no es nada fácil de conseguir. Este inunda la viñeta cada vez que aparece, eso está claro, pero no es el único foco de atención. Esa decisión es de manual, pero no siempre se sigue, y Dufaux de maneja ahí muy bien, dejando que sea el lector quien decida si el protagonista le merece la pleitesía que se intuye un vez que asimilamos a quién va la a seguir en estas páginas. Y para ello, despliega dos grandes armas. Por un lado, los diálogos, afilados y adecuados en todo momento pero sobre todo con la figura central del cómic. Por otro, el contexto. Da igual lo documentado que esté, que lo parece a un nivel muy alto, o que todo sea una gran ficción realista, el caso es que sirve al propósito de hacer de este Vincent la figura admirable que el autor quiere mostrar. Hay un tercer elemento, quizá este un poco más subjetivo, que es la inteligencia. La del escritor, desde luego, pero sobre todo la del protagonista. No nos gana solo por fe, sino también por inteligencia e ingenio. Al darle un misterio alrededor de unos niños perdidos ya no tan niños, Vincent adopta una trama que resulta interesante trascendiendo incluso la figura del Santo pero contribuyendo a que se le pueda percibir como tal incluso antes de ser reconocido.
Jamar, viejo conocido de Dufaux, con el que ya ha trabajo en más de una ocasión y en escenarios históricos franceses además, aporta para la ocasión un dibujo que tiene nuevamente como objetivo fundamental la inmersión en la época y, en este caso, en la mentalidad de San Vicente de Paul. Es sencillo y eficaz en su puesta en escena, con un trazo ancho que sabe jugar entre el realismo, impresionante a la hora de diseñar y ejecutar escenarios, ya sean cerrados o amplios, y una muy sutil caricatura, que es la que aplica a los personajes para que el lector tenga ese tenue apoyo arquetípico con el que poder ubicar a los protagonistas casi desde el primer vistazo. Vincent es una obra pausada, aunque también sabe desplegar algo de acción cuando lo requiere el guion, es un tebeo que juega buen sus principales bazas para convencer al lector, por supuesto las de la personalidad del Santo, que al final es la razón fundamental por la que nos asomamos a un cómic de esta naturaleza, pero también las de un buen relato de misterio, bien construido en sus tiempos y con notables actores secundarios. Y como no es más que un pedazo de la historia de San Vicente de Paul, cumple con lo que se requiere en un tebeo como este, que invite al lector a conocer algo más sobre el protagonista.
Dargaud publicó originalmente Vincent. Un saint au temps des mousquetaires en octubre de 2016. El contenido extra lo forman una introducción de Jean Dufaux y unas notas finales de la historiadora Marie-Joëlle Guillaume ilustradas con bocetos de Martin Jamar.

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