Guion: Cullen Bunn.
Dibujo: Sergio Dávila, Dheeraj Verma.
Páginas: 296.
Precio: 25 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2019.
Aún viéndose de una manera muy clara en Conan el asesino el cariño que tanto Cullen Bunn como Sergio Dávila tienen por el Barbaro cimmerio creado por Robert E. Howard, de hecho basándose en un relato del autor norteamericano, se puede considerar esta serie como una oportunidad perdida, truncada además por el regreso del personaje al poder de Marvel. O, quizá de una manera más precisa, como un intento de contar una suerte de viaje definitivo de Conan al que le puede la ambición. Bunn y Davila ponen toda la carne en el asador y quieren tocar todo aquello que hace de Conan un personaje sugerente: batallas sangrientas, exuberantes mujeres de armas tomar y necesitadas de rescate, liderazgo no buscado del cimmerio, la magia que tanto detesta y escenarios que van desde las rocosas montañas al ancho mar pasando por la frondosa selva. Hay de todo, y quizá ese es el problema. Ni se ve una relación clara entre historia y título ni tampoco se consigue un foco claro, con lo que llega el final del libro y la sensación es la de que hemos hecho un viaje trepidante sin saber siquiera hacia dónde nos ha llevado. Y es una pena, porque sobre todo en los primeros números de la serie sí parece que hay un centro claro, un propósito, una historia que contar, pero esta va perdiendo protagonismo hasta llegar a escenarios completamente diferentes.
Se pasa bien, no hay ninguna duda. Es Conan, es Howard y es una buena adaptación en muchos sentidos. Bunn imagina muchas cosas y bastantes de ellas ayudan a que nos sintamos dentro del mundo de Conan. Siendo muy estrictos, el problema es que los saltos entre los diferentes episodios descolocan más que enriquecen. Como serie regular podrían entenderse esos saltos, pero tratarse de una que fue interrumpida juega en su contra. Porque, al final, tiene muy poco que ver la historia inicial, en la que Conan se mete en una lucha fratricida en el seno de un clan, con la lucha posterior por rescatar a una esclava que se ve en las páginas finales. Bunn intenta hilarlo todo, como si de verdad fuera una única historia río, pero no llega a sentirse como tal, también porque hay un villano en la sombra que nunca llega a explotar, como tampoco la situación política que se expone de fondo en muchos momentos, y no hay una cohesión por parte de estos elementos. Conan el asesino se convierte así en una suma de partes más que un camino intencionado, y cada una de esas partes desde luego deja muchos momentos de entretenimiento y de respeto a las lecturas más clásicas del personaje. Esa es la cualidad más notable de Conan el asesino, que siempre estamos dentro del relato, aunque a veces no tengamos claro qué relato en este.
Lo clásico también está en la aproximación de Dávila al personaje. Y también lo clásico moderno con alguna spash page doble que quiere recordar a Tomás Giorello, que con facilidad puede ser el ilustrador que mejor ha mostrado a Conan em si etapa de Dark Horse. Dávila maneja bien la fantasía bárbara y sabe explotar los arquetipos que hay en cada segmento de la historia, inevitables en ambos momentos. Sin dominar la acción, habría sido imposible que convenciera, y es bueno que salgamos de dudas ya en las primeras páginas y que las siguientes sirvan para mantener las buenas sensaciones. Da igual que aparezcan guerreros o demonios, Dávila entiende bien este universo y hace que nos lo pasemos francamente bien desde el respeto a lo más básico. Conan es Conan. No necesita parecer un héroe diferente para que los lectores salgan satisfechos de sus aventuras, y eso es algo que Bunn y Davila llevan con acierto a las páginas de Conan el asesino. Pero falta algo y se nota. Tiene cogida la rutina pero adolece de la magia de las historias clásicas o del acierto de los mejores arcos de las últimas décadas. Da gusto ver a Dávila en estos lares, porque me encaja como un guante, pero nos quedamos con la sensación de que el conjunto siempre se ha quedado a medio camino de lo que podría haber conseguido.
El volumen incluye los doce números de Conan The Slayer, publicados originalmente por Dark Horse entre julio de 2016 y agosto de 2017. El único contenido extra son las cubiertas originales de Sergio Dávila, Lee Bermejo, Mark schultz, Admira Wijaya, Phrolian Gardner y Thomas Grindberg.

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