Cine – ‘Batman. Hush’, de Justin Copeland

Título original: Batman: Hush.

Director: Justin Copeland.

Reparto: Jason O’Mara, Jennifer Morrison, Jerry O’Connell, Rebecca Romijn, Maury Sterling, Rainn Wilson, Sean Maher, Peyton R. List, Bruce Thomas, Stuart Allan, James Garrett, Geoffrey Arend, Vanessa Williams, Jason Spisak, Adam Gifford, Peyron List, Sachie Alessio, Hynden Walch, Chris Cox, Tara Strong.

Guión: Ernie Arbacker.

Música: Frederik Wiedmann.

Duración: 82 minutos.

Distribuidora: Warner.

Estreno: 20 de julio de 2019 (Estados Unidos, vídeo).

Desde que Batman. The Animated Series cambió para siempre el panorama de los superhéroes animados, sus saltos al cine en formato doméstico se han visto salpicados con alguna historia original pero sobre todo con adaptaciones de arcos argumentales que han triunfado en el cómic. En el caso de Batman, esta segunda tendencia es todavía más acusada, y es evidente que Silencio (aquí, su reseña) es una de esas historias golosas para llevar a la pantalla. Resulta paradójico que la versión animada, que se beneficia de la espectacularidad de la imagen en movimiento, acaba por potenciar todas las flaquezas que tiene el tebeo ideado por Jeph Loeb y Tim Sale, en especial esa especie de fractura que hay entre sus diferentes episodios y que aquí consigue que la relación entre Bruce Wayne y Tomny Elliot, su amigo de la infancia, quede algo desdibujada, o que el trascendente papel de Catwoman y Selina Kyle de alguna manera no sea tan importante como debiera. Es evidente que el filme, como el cómic, funciona bien por su ritmo, que no para en ningún momento de la película, y los cambios que se hacen en el filme no cambian para nada esa percepción. Por tanto, merece la pena valorar Silencio sobre todo como un entretenido vehículo de acción.

No puede ser de otra manera en una película en la que, además de los protagonistas ya mencionados, se cuelan con importancia en diferentes segmentos villanos como Bane, el Joker, Harley Quinn o el Acertijo, y también se cuela nada menos que Superman, entre otros muchos aliados. Pero la acción no esconde la falta de cohesión que se siente en algunos momentos, o incluso la sensación de que la película no sabe explotar todo lo que tiene entre manos. Más que lo que cambia, lo que afecta a Silencio, la película, es lo que omite del cómic. Loeb y Lee crearon una obra que podía ser discutible desde muchos puntos de vista pero que funcionaba como un reloj dentro de sus normas. La película, manteniendo un nivel de diversión más que aceptable, resulta más episódica, incluso más olvídable. Llega un punto en el que solo queda disfrutar de la adrenalina porque el fondo tiene mucha menos trascendencia de la necesaria. Y resulta curioso que sea así porque sobre la mesa están todos los elementos para triunfar. No es el caso, y el filme de Justin Copeland es algo escaso para lo que propone. No es fácil decir por qué, pero es así, y al final lo que mejor funciona en la película es lo que aparentemente resulta más pequeño e incluso menos propio del mundo de Batman, como las delirantes conversaciones que mantiene con Dick o Damian sobre su relación con Catwoman.

El problema de Silencio no está en su fidelidad al material original, que es bastante razonable (aunque hay que tener en cuenta la delicada época que vivimos,, en la que cualquier leve modificación es susceptible de generar un tsunami en redes sociales) salvo por la inclusión casi innecesaria de algunos personajes como Batgirl, sino en sus méritos como película. Con la cantidad de personajes, acción y momentos trascendentes que tiene, emociona muy poco, menos que el cómic de Loeb y Lee y considerablemente menos que otras películas modernas de Batman. No es tan atrevida como lo era por ejemplo La broma asesina (aquí, su crítica) a la hora de crear un contexto diferente y propio. Y aunque la animación sea bastante buena, como suele serlo en las recientes producciones de Warner, tampoco hay nada que enamore por sí mismo. No baja nunca de un aprobado alto pero, a fuerza de ser sinceros, una adaptación de un tebeo que, como poco, genera una expectación muy alta, obliga a algo más que eso. Silencio en todo caso deja pinceladas que, en el caso de que se quieran utilizar, pueden dar juego más adelante en esta suerte de novela río que parece ser los últimos filmes de Batman, pero no queda la sensación de que este segmento vaya a ser uno de los más celebrados con el paso del tiempo.

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