CÓMIC PARA TODOS

‘Biblioteca de cómics de terror de los años 50 3. Zombis’

Editorial: Diábolo.

Páginas: 150.

Precio: 29,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Mayo 2019.

No parece en absoluto casual que la ilustración que encabece la primera de las dos introducciones de este tercer volumen de la Biblioteca de cómics de terror de los años 50 sea el sello del Comics Code Authority. La materia que trata el libro son los Zombis, y estas criaturas de horror sobrenatural son una de las razones fundamentales por las que el cómic de terror se convirtió en el objetivo número uno del conservadurismo que trató de convertir el noveno arte en una disciplina prácticamente prohibida o, simplemente, plegada a los designios de gente que jamás había escrito una sola línea. El libro, como los dos anteriores, Haunted Love (aquí, su reseña) y Frankenstein (aquí, su reseña), es un ejercicio de nostalgia imprescindible para entender el desarrollo de la industria del cómic en la época y qué podía encontrarse en estas páginas que creara ofendidos tan influyentes como para que el cómic fuera materia de estudio en el Senado norteamericano. Y es una manera de acercarnos a las versiones más primitivas y pioneras de los zombis, un ser que es cierto que surge en la mitología popular allá por el siglo XVII pero que se popularizó de una manera increíble en el XX, primero gracias al cómic y después en el cine. Hoy es imposible entender el terror sin el zombi y eso añade trascendencia a estas historias.

Es verdad que la mayoría siguen esquemas parecidos, en los que un tipo despreciable quiere sacar un beneficio inmoral y acaba siendo arrastrado a un destino fatal por algún no muerto, y que en el fondo no hay ninguna historia realmente rompedora o que se salga de esquemas básicos. Pero estamos en los años 50. Entonces, la simple existencia de estos relatos era una auténtica provocación, material para las pesadillas más divertidas y satisfactorias de los jóvenes lectores. No hay nada en ellos especialmente subversivo como para que se desatara la ola de odio que se vivió en aquellos años, pero es un ejercicio fantástico ponerse en la piel de quienes se acercaba a comprar estas revistas. Esa cierta ingenuidad que tienen estos relatos, de los que podrían contarse alrededor de una hoguera en un campamento tiene además la suficiente imaginación como para que se puedan sostener hoy en día. No hay registros en el libro de quiénes las escribieron, pero sí patrones muy claros: todos son relatos cortos, claros, directos al grano y que saben aprovechar las cualidades sobrenaturales de la criatura que tienen entre manos. Y por mucho que se consideran relatos peligrosos que dañaban las mentes de los más pequeños, qué locura, son historias con moralejas bastante contundentes para los villanos, los caraduras, los aprovechados, los usureros y los egoístas.

A partir de ahí, hay un profundo disfrute visual. No son tebeos restaurados con las actuales técnicas informáticas o con nuevos trabajos de color, pero sí que hay un formidable trabajo de diseño y de puesta en escena. Solo con ver algunos de los nombres que forman parte del libro, podemos entender que hay mucha categoría. Ahí están Wally Wood, Gene Colan o Frank Frazetta, en trabajos bastante desconocidos pero que se pueden sumar a sus obras más populares con bastante facilidad. El tricolor no era para ellos un problema a la hora de generar ambientes de terror que hoy, muchas veces, están supeditados a efectos visuales, y por eso las historias en color funcionan tan bien como las de blanco y negro que también podemos encontrar en este libro. El zombi es verdad que es una criatura que da mucho margen de maniobra a escritores y dibujantes, que vemos aquí, toda suerte de criaturas no vivas, algunas con aspecto humano, otras putrefactas, algunas simplemente deformadas. Pero esa también es la gracia de un subgénero del terror que ha sido capaz de sobrevivir a todas las épocas, siempre con esplendor y llamando la atención de autores destacados. Eso es lo que vamos a encontrar en este tercer volumen de una Biblioteca de cómics de terror de los años 50 que ya es, por derecho propio, un trabajo editorial de arqueología y nostalgia bastante reivindicable.

El volumen incluye historias publicadas en las revistas Adventures into the Unknown, Web of Evil, The Beyond, City of the Living Dead, Black Cat, Dark Mysteries, Mystery, Thrills of Tomorrow, Ken Shannon, Monster, Chamber of Chills, Eerie, The Purple Claw y Blaffing Misteries entre noviembre de 1951 y diciembre de 1954. El contenido extra lo forman una colección de cubiertas e ilustraciones y sendas introducciones de Steve Barnes y Craig Yoe.

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Esta entrada fue publicada en 3 septiembre, 2019 por en Diábolo y etiquetada con .

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