‘Yin y el dragón’, de Richard Marazano y Xu Yao

Editorial: Dibbuks.

Guión: Richard Marazano.

Dibujo: Xu Yao.

Páginas: 176.

Precio: 28 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Mayo 2019.

Niños y criaturas fantásticas. Esa es una combinación que no suele fallar y que es la base de Yin y el dragón, la historia en tres actos que recoge este volumen integral y que realizan Richard Marazano al guion y Xu Yao al dibujo. El elemento que incorporan para marcar diferencias es uno bélico, ya que el relato se ambienta en el Shanghái de 1937, arrancando en vísperas de la invasión japonesa. Ese es el caldo de cultivo perfecto para la entrada en juego de los dragones orientales, uno misterioso pero cargado de luz, que es el desencadenante inicial de la trama, y otro oscuro y tenebroso, reflejo en sí mismo de la maldad del ser humano, con la guerra como la manifestación más evidente. Da gusto ver lo ágil que es la narración que plantea Marazano, a pesar de que él mismo es consciente de que hay muchos lugares comunes en la historia nos muestra. Ese es, quizá, el mayor defecto que se le puede encontrar a un cómic que reúne aspectos propios de la BD y otros del manga, que no duda en beber del espíritu de la fantasía juvenil de los años 80 y que sabe sacar partido de sus protagonistas, de las criaturas y del violento escenario en el que se desarrolla todo. Sin ser una obra cumbre, si se puede decir que hay brillantez en su acabado visual y la solvencia necesaria por parte del escritor como para entrar en la historia con muchas ganas.

La propuesta de Marazano tiene dos puntos fuertes que resultan evidentes. Por un lado, su base, la mitología oriental encaja como un guante es el escenario familia de Yin, nieta de un viejo pescador que ha perdido a sus padres desempeñando ese peligroso oficio en el mar. A la soledad de la pequeña responde con la aparición del dragón dorado, pero también con las nuevas amistades que entabla la niña, que forman parte de la superación personal de Yin, clave de este cómic. Por otro, el escenario es magnífico. Yin y el dragón es una obra claramente antibelicista, pero a la que no le da miedo mostrar las consecuencias de la barbarie humana. Y eso, con dos grandes dragones en lucha, tiene mérito que destaque. Si Marazano lo consigue es porque lo personifica en un oficial japonés que abre los ojos ante la realidad que está viviendo. El ritmo es alto, y de hecho casi se puede decir que el clímax arranca desde el final del segundo de los tres álbumes, y la acción no se lleva por delante el gran trabajo que hace el escritor para dotar de carisma y personalidad a todos los personajes, dragón incluido. Sí que es cierto, como se ha apuntado, que hay lugares comunes que todos recordaremos de un sinfín de historias de calado y pretensiones semejantes, pero no hay copia descarada sino repetición de modelos que sirven en general y que aquí lo hacen en particular con eficacia.

La diferencia está en el dibujo. Florent Maudoux, con su fascinante Freaks’ Squeele (aquí, reseña de su último volumen) ya nos enseñó hace años las posibilidades que tenía aplicar un arte de influencias orientales a un tebeo europeo, y Xu Yao sigue un camino en el que hay ciertas similitudes, aunque aquella serie lógicamente tendía más al manga y esta a la cultura china, que es la que sustenta el poder visual de sus dragones. Solo con eso, Yin y el dragón ya tendría mucho terreno recorrido, pero además Yao triunfa desde lo más pequeño, desde las miradas de sus personajes, desde su expresividad. Y eso sin olvidar el gran acierto que son tanto la luz y el color que aplica a la historia, un elemento inmersivo manejado con suma elegancia, o los escenarios y la forma en la que los ilumina, fusionando así el contexto realista con los toques fantásticos que salpican todo el relato desde su corazón. Con estas armas, Marazano y Yao consiguen recrear una preciosa fábula, con un planteamiento inteligente, un nudo espectacular y un clímax tan grande como emocionante, que aunque no esconda demasiadas sorpresas sí que destaca por saber atrapar al lector con bastante facilidad y, sobre todo, por su imagen. Y qué demonios, son dragones, y eso siempre es un plus para creernos todo lo que un autor nos quiera contar.

El volumen incluye los tres álbumes de Yin et le dragon, Créatures Célestes, Les Écailles d’or y Nos dragons éfémères, publicados originalmente por Rue de Sèvres en enero de 2016, abril de 2017 y febrero de 2019. El único contenido extra son las portadas originales de Xu Yao.

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