CÓMIC PARA TODOS

‘Batman. Grotesk’, de John Ostrander y Tom Mandrake

Editorial: ECC.

Guion: John Ostrander.

Dibujo: Tom Mandrake.

Páginas: 104.

Precio: 13,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2019.

Lo que Grotesk nos ofrece es algo peculiar. La historia no busca una gran trascendencia en los mitos de Batman, a diferencia de lo que sucedía con todo lo que se estaba publicando en aquellos momentos, la mastodóntica y muy ambiciosa etapa de Grant Morrison, sino cubrir una serie de números que diera espacio al escocés para centrarse en lo suyo. Por eso, parece algo ajeno y extraño a lo que se veía en aquellos tiempos. Leída ahora, en un volumen independiente, se puede entender como un relato muy, muy clásico. Su referente está en las historias que se publicaban en la segunda mitad de los 80 y primera de los 90, esas miniseries dentro de la serie que protagonizaron los años previos a los grandes eventos que juntaban distintas cabeceras. Vista desde ese planteamiento, Grotesk es eficaz. Tiene un villano funcional que John Ostrander escribe con solvencia, aprovechando elementos propios del terror, del Fantasma de la Ópera, con un toque muy, muy cercano en algunas cosas al de Darkman, el superhéroe encubierto que dirigió Sam Raimi en el cine, y tiene una historia lo suficientemente consistentes como para que Tom Mandrake se pueda dedicar a lo suyo y dibujar un Batman bastante personal. El resultado puede parecer algo liviano, pero son cuatro números con buen ritmo y con elementos inteligentes.

Ostrander es perro viejo, y toma los riesgos mínimos para construir el relato. Se pueden intuir movimientos que no distan demasiado de otros relatos de extensión similar. Hay cosas de Año dos (aquí, su reseña), otras de Las diez noches de la Bestia (aquí, su reseña), otras de Justicia ciega (aquí, su reseña), y de otros muchos relatos autoconclusivos de esta misma naturaleza que, por qué no recordarlo, hicieron las delicias de los lectores de Batman durante muchos años, sin necesidad de plantear cuestiones que se fueran a utilizar más allá. Lo curioso es que Grotesk llega por tanto unos diez o quince años más tarde del momento en el que habría sido recibido con mucha naturalidad, incluso con alabanzas. Es verdad que la falta de originalidad en su planteamiento y la poca intriga que hay con respecto a la naturaleza de un villano que pedía a gritos algo más rompedor y sorprendente son cuestiones que juegan en contra del resultado final de este arco argumental, pero al mismo tiempo es bastante evidente que está bien llevado, con sentido del ritmo y con ganas de ofrecer un buen entretenimiento, por pasajero que pueda resultar, gracias a sus aciertos, incluyendo un final en el que casi se intuye un homenaje al Frankenstein de Mary Shelley y que termina de redondear de una manera más que correcta todo lo expuesto hasta ese momento.

El dibujo de Tom Mandrake contribuye bien a los objetivos del relato. Se agradece que, como se había hecho toda la vida, los cuatro números dependan del mismo ilustrador, lo que da una unidad bastante agradable ala historia. También es loable que el estilo sea el que se quiere tener aquí, sin tener en cuenta lo que se estaba haciendo en aquellos momentos en Batman. De hecho, Mandrake apuesta por un Caballero Oscuro bastante atemporal, que podría encajar sin problemas con el Norm Breyfogle de finales de los 80, con el Graham Nolan de los 90 o con cualquiera de los muchos ilustradores que han dado vida personaje ya en el siglo XXI. No hay elementos verdaderamente épicos o espectaculares que se hagan con un hueco inamovible en el imaginario popular de Batman, quizá ahí es donde más pesa el hecho de que Grotesk se publicara lejos de la época en la que habría resultado más llamativa, pero tiene una unidad visual apreciable. Por encima de todo, es una historia solvente, de esas que se leen sin demasiadas dificultades y que, a pesar de no estar pensadas para dejar huella, tampoco presentarán impedimento alguno para que dentro de los años que sea se rescate el volumen de su estantería y se disfrute casi de la misma manera a como se puede hacer ahora, como se hizo hace ya una década.

El volumen incluye los números 659 a 662 de Batman, publicados originalmente por DC Comics entre noviembre de 2006 y enero de 2007. El único contenido extra son las cubiertas originales de Gregory Lauren.

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Esta entrada fue publicada en 3 julio, 2019 por en Batman, DC, ECC, John Ostrander, Tom Mandrake y etiquetada con , , , .

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