‘Sara Lone 4. Arlington Day’, de Erik Arnoux y David Morancho

Editorial: Norma.

Guion: Erik Arnoux.

Dibujo: David Morancho.

Páginas: 64.

Precio: 16 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2019.

Cuando una serie acaba, o cuando al menos parece que ha acabado, toca echar la vista atrás. Sara Lone concluye con su cuarto álbum, Arlington Day, o al menos da esa sensación, porque se ve un final de viaje bastante intenso. Era lo previsto, por mucho que Erik Arnoux nos ponga los dientes largos ante una eventual y todavía lejana continuación que, desde luego, no nos importaría en absoluto que acabara siendo una realidad en algún momento. Pero por ahora debemos contar con que Arlington Day es el final del camino. Y es un final bastante acertado, uno que por fin vincula a Sara con el que acontecimiento que todas las señales indicaban que iba a contar con su presencia, el asesinato de Kennedy. La progresión que Arnoux me ha venido dando al personaje de Sara hace que este sea el lugar lógico en el que acaban sus historias, en el que Arnoux le da nuevas excusas a David Morancho para que haga una fabulosa recreación de los años intermedios del siglo XX y para que nosotros, lectores, disfrutemos de una historia trepidante y muy bien contada, una ficción eficaz dentro de un retrato histórico muy conseguido a todos los niveles. Si, Sara Lone acaba en este punto, y lo hace dejando el mismo buen sabor de boca que le caracteriza desde su primer álbum (aquí, su reseña), lo que no es fácil y obliga a aplaudir a los autores.

El viaje que nos ha propuesto Arnoux, y más concretamente el de este cuarto álbum, es por encima de todo inteligente. Lo es por el retrato de los personajes que ha creado, empezando por Sara, una mujer cuya vida ha cambiado radicalmente desde la primera vez que la vimos, y que aquí se ha convertido ya por completo en una agente de campo de primer nivel, más por las situaciones en las que se encuentra y por las conexiones que tiene que por el éxito de sus misiones. Arnoux ha sabido hacer que la época en la que acontece todo sea un personaje más, uno de gran importancia, y que los mismos acontecimientos históricos que narra encajen a las mil maravillas en una ficción sobresaliente. El escritor maneja muy bien el tiempo de la historia, juega con la posición de Sara en el magnicidio de Dallas y sabe hacer que Arlington Day sea mucho más que ese hecho, dando una larga y meditada conclusión a la historia que de verdad le ha importado desde el principio, la de Sara. ¿Podría continuar? Desee luego, pero el final abierto es también una manera de honrar sus capacidades narrativas y de completar una transformación. Sara es, por fin, la mariposa que salió del capullo, pero en muchos sentidos es todavía una mujer por evolucionar. Y eso es un argumento poderoso para la mente del lector, haya o no un quinto álbum.

Morancho, además, vuelve a dar un recital para construir la historia. El caramelo que supone el asesinato de Kennedy es un arma que el ilustrador no desaprovecha, sobre todo para apostar por puntos de vista que se escapen a las imágenes que todos tenemos en la retina por las fotografías y vídeos existentes de aquel día. Pero, como Arnoux, Morancho no deja que este punto de la historia, el de la recreación de Dallas, sea todo lo que tiene que ofrecer. Sara como personaje independiente vuelve a estar entre lo más destacado, porque Morancho le ha aportado una personalidad tremenda desde su estilo realista, a ella y a todos los personajes centrales. Y volvemos a la época, ese personaje tan importante en Sara Lone y que Morancho mima también con un trabajo documental sobresaliente pero a la vez aportando un trazo preciso y maravilloso. Cuando se ven las páginas de Arlington Day, como sucedía en los tres álbumes anteriores, es todo un desafío encontrar puntos débiles en el dibujo. Y, ya puestos, en la historia. El final es, así, una invitación a volver al principio y disfrutar tantas veces como se quiera de la historia de un personaje femenino notable, alma de un thriller histórico notable que ha ido progresando de una manera natural en cada uno de sus cuatro álbumes. Por eso, al final, el juicio tiene necesariamente que ser muy positivo.

Sandawe publicó el cuarto álbum de Sara Lone, Arlington Day, en marzo de 2019. El único contenido extra es un portafolio con bocetos y fotografías de Erik Arnoux.

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