Guión: Joshua Williamson.
Dibujo: Carmine Di Giandomenico, Neil Googe, Felipe Watanabe.
Páginas: 216.
Precio: 22 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Marzo 2019.
Es una muy agradable sorpresa el comienzo de la etapa de Joshua Williamson al frente de Flash en Renacimiento. Revisar una y otra vez el origen de un personaje para ponernos en contexto cada que hay que empezar de cero, aunque en realidad en este caso no sea del todo cierto, es algo que roza con demasiada frecuencia el aburrimiento, y ese es el gran peligro al que nos enfrentamos aquí. No importa cuánto adoremos a un personaje, ver una u otra vez lo mismo acaba cansando. Con Flash también sucede, cómo no, y eso es lo que Williamson nos ofrece en el arranque de esta etapa, para recordarnos también que estamos ante un personaje clave en la locura de los reboots que arrancó con Flashpoint y los Nuevos 52. Pero ahí es donde empieza la sorpresa y donde estos primeros números empiezan a ser algo que encuentra la diferencia en el retrato de algo muy parecido a lo de siempre. Porque sí, la historia de Flash se mueve en parámetros más o menos similares, pero aquí tenemos un escenario atractivo y distinto. Flash no solo no es único, sino que el poder que emana de la fuerza de la velocidad está al alcance de muchas personas. Barry ya no es un solitario héroe atribulado, algo que por supuesto sigue siendo, sino que también es un mentor. Y todo eso lo vemos en una historia que, como de costumbre, bucea en lo más personal.
El acierto de Williamson pasa por contar una buena historia que por momentos da la sensación de moverse entre el mcguffin más intrigante y el misterio más atractivo. Y si, Flash y Barry, juntos y por separado, están en el centro de las dos cosas. Por eso la historia va tan bien, porque es un buen tebeo de superhéroes, con un villano bien construido aunque tenga sus tópicos (algo que le sucede a la resolución de este primer libro, el peaje habitual que hay que pagar en esta estructura moderna de serie televisiva a la que también se ajusta el cómic), con una acción bien llevada y con los elementos personales que en Flash, más que en otras series, son necesarios para que la cosa arranque. Williamson lleva a Flash a actuar en equipo, y eso es algo que no vemos todos los días. Sí, lo hemos visto con otros héroes que han llevado y llevan el nombre de Flash, pero no de esta manera. Lo de siempre pero distinto. El escritor encuentra personajes interesantes para arrancar esta nueva etapa, e incluso quien más podría molestar a los lectores más clásicos por desbancar a Iris, la doctora Meena Dhawan, se convierte en una incorporación sobresaliente a los mitos de Flash. Godspeed, el villano, lo es también de alguna manera, pero sufre de ese síndrome televisivo del que hablábamos y da la sensación de que puede perder eficacia si Williamson o sus sucesores no lo desarrollan bien.
En el dibujo también parece que vamos de menos a más, de la mano de Carmine di Giandomenico. Su estilo es muy peculiar, pretendidamente sucio por momentos y de trazo algo grueso. Al principio parece que tiene la mirada demasiado puesta en los efectos, en esos rayos que rodean a Flash, y que por esa vía se le escapa algo la narración. Pero no es verdad, es una ilusión. Lo comprobamos cuando entra en escena Neil Google para sustituirle en un número y cuando Felipe Watanabe coge el testigo en el siguiente. Los dos hacen un buen trabajo, un peldaño por encima el segundo, pero echamos de menos el estilo de Di Giandomenico, que vuelve todavía con más fuerza para el desenlace de este volumen. Hay una ejecución muy interesante de las secuencias de acción, el villano tiene desde luego la planta amenazadora que requiere y la manifestación de los poderes de velocidad de Flash y de un buen puñado de personajes es notable. El relámpago cae dos veces, a pesar de la premonición negativa y reiterativa que parece ser su título, evita con habilidad la repetición y aporta mucha frescura a un personaje que la necesita para ser entretenido. Williamson y Di Giandomenico apuestan por un tono más serio y menos jovial de mucho de lo que habíamos visto recientemente y la serie sale ganando. Nada malo este arranque.
El volumen incluye The Flash: Rebirth y los ocho primeros números de The Flash, publicados originalmente por DC Comics entre junio y octubre de 2016. El contenido extra lo forman las portadas originales de Karl Kerschl, Carmine Di Giandomenico, Jason Pearson y Dave Johnson, y unportafolio de bocetos de personajes de Di Giandomenico.

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