Guión: Ted Adams, Alan Robert, Troy Little.
Dibujo: SantiPérez, Troy Little, Alan Robert.
Páginas: 128.
Precio: 18 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Marzo 2019.
Sin necesidad de hacerlo conocido en su momento álgido más allá de apuntes históricos y reediciones ocasionales, todos conocemos el espíritu del cómic de terror de mediados del siglo XX, ese que para algunos era señal de lo enferma que estaba la juventud americana y que en realidad era un sano divertimento que funcionaba como lo que era, un tebeo juguetón y digno del género con el que pasar un muy buen rato. Diablo House viene a ser un homenaje moderno a esta forma de entender el tebeo que se basa en dos pilares básicos. El primero, las historias de Ted Adams con un presentador demoníaco que nos conduce a través de todos los relatos cortos que forman la serie. El segundo, el fundamental y piedra angular de Diablo House, el muy sugerente dibujo de SantiPérez. Como se destaca en los textos que acompañan las historias, en estos prolíficos momentos en los que hay tanto artistas que merecen la pena, puede que no haya un dibujante más digno que el para recoger el legado de Bernie Wrightson, uno de los ilustradores que mejor han sabido entender el cómic de terror. Y si este mundo fuera justo, esta serie tendría que ser el primer paso de una larga trayectoria en Estados Unidos o allá donde sepan apreciar a un artista excepcional, que se muestra en estas páginas como un maestro del horror y como un espléndido narrador.
Pero vayamos antes al trabajo de Adams. Se asume con cierta facilidad que Diablo House no tiene intenciones rompedoras, simplemente seguir un esquema que hemos visto en Creepy, Creepshow, Cuentos desde la cripta o antologías análogas. Puede que no estemos en una época en la que el terror pida eso, a la espera de nuevas propuestas que revolucionen el género, y por eso Adams busca contentar con diligencia. Sus historias recogen con dignidad el espíritu de los cómics de terror de la época ya descrita, pero también de los que trataron de mantener el género vivo desde el mundo de las revistas ya en los años 80 y que ahora suelen verse en antologías puntuales, y casi siempre con autores diversos. Diablo House, aunque se cierra con historias aún más cortas escritas y dibujadas por otros autores, es obra de Adams y SantiPérez, y tiene una unidad en su lenguaje que esas antologías no desean. La serie habla de pactos inadvertidos con el diablo, de sueños cumplidos y destrozados por ello, de ambiciones personajes que van desde la riqueza hasta la continua escapada de la muerte, pasando por la fundación de una secta que quiere ser religión y filosofía de vida, y en todos esos segmentos hay razones para esa diversión culpable que deja habitualmente el terror. Sin demasiada trascendencia, pero pisando con firmeza los caminos que transitan los distintos relatos.
Y ahora volvamos a SantiPérez con más detalle, que su trabajo lo merece. Su estilo como dibujante, aunque se pueda aplicar a cualquier género y deja con ganas de que lo veamos moverse en otras lides, se ajusta de una manera sensacional al terror. Todo lo que tiene que ver estrictamente con el horror está plasmado de una manera brillante, y mejor respuesta encuentra del ilustrador cuanto más exagerado es lo que Adams ha escrito. Pero en lo realista también convence y por esos sus personajes son tan atractivos. Y sus fondos, y todo lo que le sirve para construir cada una de los relatos que vemos en este breve libro. Tiene ese toque de exageración divertida que se espera en historias de género y no rehúye lo explícito, aunque Diablo House no sea precisamente un tebeo de lo más extremo en ese sentido, no olvidemos dónde y cuçando está su inspiración. Cuando Adams le coloca algún elemento cómico, responde con el mismo acierto. Diablo House tiene toques de irregularidad y una ambición quizá demasiado retenida, y lo compensa todo con un dibujo sobresaliente y muy llamativo. No es probablemente la mejor antología de terror que hayamos visto, pero funciona razonablemente bien como un homenaje al género con las constantes de siempre, las que están pensadas para satisfacer al fan habitual.
El volumen incluye los cuatro números de Diablo House, publicados originalmente por IDW entre julio de 2017 y abril de 2018. El contenido extra lo forman una galería de arte de SantiPérez, ilustraciones de Gabriel Rodríguez, Ashley Wood, Shawn Dickinson y Ben Templesmith y un epílogo de Ted Adams.

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