Guión: Manuel Gutiérrez.
Dibujo: Xulia Vicente.
Páginas: 72.
Precio: 14 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2019.
Ya cuando se publicó Ari, cazador de dragones (aquí, su reseña) alabamos el espléndido mundo fantástico que habían creado Manuel Gutiérrez y Xulia Vicente, uno que no buscaba complicarse más allá de lo que necesitaba la puesta de largo de su historia pero que a la vez dejaba abiertas muchas posibilidades para el futuro. La forma en la que se produce ese desarrollo, que es lo que vemos en este segundo volumen, merece muchos elogios. Para empezar, el título cambia. Ahora hablamos de Ira, jinete de dragones. Con ese pequeño detalle, la serie nos ha colocado en un ambiente totalmente diferente, conocemos la otra cara de la moneda. Vimos la pobreza, vimos a los pueblos que hacen lo que sea por sobrevivir. Ahora nos toca contemplar la riqueza, la lucha de quienes creen su vida resuelta y ocupan su tiempo en juegos de poder y entretenimiento. Ari primero e Ira ahora son miembros de esos dos grupos tan opuestos, pero a la vez tienen una conexión diferente. Vemos el otro lado, sí, pero no tenemos todavía un todo, sino un espléndido final abierto del que cabe esperar la mejor de las continuaciones, porque esa es la certeza que nos ha dejado el segundo libro, la capacidad de Gutiérrez y Vicente para seguir deslumbrándonos con su imaginación y con la riqueza de este fantástico universo que han creado.
Es verdad que Gutiérrez se permite el lujo de caer en algunos lugares comunes, pero en ningún momento tenemos la sensación de estar viendo una copia o la repetición de patrón alguno. Eso, empecemos por ahí, no es fácil por la enorme cantidad de referentes que todos tenemos ya en nuestra memoria. Pero es que Ira parece incluso algo más completo que Ari, aunque seguramente en esa sensación tiene mucho que decir el bagaje que proporciona el primer libro. Hay en el guion de este segundo libro una buena mezcla de tradición, legado y lucha de clases. Hay notables escenas de acción y diálogos que funcionan con la corrección que se espera. Hay dragones, esas criaturas que hacen que cualquier relato se alce por encima de sus posibilidades y méritos reales, pero no se llevan el protagonismo porque Gutiérrez sabe que está contando una historia de perdonas, aquí la de una heredera que quiere demostrar su valía y ganarse el respeto de su padre, pero a la que la realidad en la que vive va cambiándole la perspectiva y las prioridades. Cuando se termina la lectura de este segundo álbum de Sello de dragón, que es cuando se puede reflexionar sobre la gran cantidad de temas que ha tocado el libro, es cuando se puede analizar lo bien que ha hecho el escritor la mezcla teniendo en cuenta el poco espacio del que ha dispuesto.
Eso mismo hace que el ritmo sea muy bueno, también en lo visual. Con el primer libro ya dijimos que buena parte del trabajo se había hecho desde la fase de diseño, con unos dragones cercanos, con unos escenarios hermosos y con unos personajes con carisma. Pues bien, este segundo libro merece al menos la misma valoración, porque todo lo que vemos encaja francamente bien en el mundo que ya conocíamos pero a la vez se entiende como la expansión necesaria que se le ha de exigir a una segunda entrega. Vicente dibuja muy bien, tiene una buena puesta en escena y hace unas coreografías notables, lo que permite que las escenas de combate aporten a la lectura la adrenalina que necesitamos para entender un mundo violento. Ari e Ira forman un notable díptico, y la mejor noticia es que la cosa no acaba aquí. El espléndido cliffhanger con el que nos despedimos de momento de la historia promete una continuación que, ojalá, esté a la altura de lo que hemos leído hasta ahora. ¿Y qué hemos leído? Una espléndida historia de fantasía, con personajes muy interesantes, de un destacado aspecto visual y con incontables posibilidades para convertirse en una saga de bastante trascendencia en el cómic español si mantiene este nivel de exigencia. Qué fácil de decir y, por si no ha quedado claro, qué interesante y entretenido de leer.
El contenido extra lo forman una galería de bocetos de Xulia Vicente y una de ilustraciones de Lorena Álvarez, Núria Tamarit, María Ponce y Julia Cejas.

En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.