Guión: Kurt Busiek.
Dibujo: Brent Anderson.
Páginas: 160.
Precio: 16,95 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Diciembre 2018.
Desde hace ya algún volumen, Astro City ha entrado en una etapa peculiar. No ha perdido el toque de ser la más realista de las series de superhéroes, que lo es por llevar el superhéroe a nuestro mundo y no al revés como suele ser habitual en el género, y sigue teniendo Kurt Busiek la habilidad de crear personajes formidables que igualmente pueden utilizarse una vez como cientos de ellas en próximos números. Pero hay algo distinto, un añadido nuevo, un narrador, él mismo se presenta en esta primera aparición como el Perturbado, que hace pensar que desde antes de este Puertas abiertas hace pensar que hay un plan a largo plazo del que entonces solo vimos algunas pinceladas todavía no exploradas del todo. Brent Anderson sigue haciendo su magia, y eso implica que la sensación de estar siempre dentro de Astro City es tan placentera como lo ha venido siendo hasta ahora, pero la ruptura de la cuarta pared aporta algo diferente. Y quizá es algo que, por sutil que sea, hay que asumir como un paso más en la serie en un a dirección algo distinta. No mucho, eso también es verdad, pero sí lo suficiente como para que se note, sobre todo porque eso deja menos extensión a lo que suele ser el centro de Astro City sin que todavía sepamos si de verdad existe ese plan oculto o si esto no es más que una juguetona idea de Busiek para complementar su ya excepcional idea.
Esa idea, que no podemos dejar de elogiar aunque tenga sus altibajos, siempre se ha sustentado en los personajes, y Puertas abiertas no es ninguna excepción. El desfile es tremendo, hay una imaginación tan sobresaliente en la colección de héroes y villanos que va inventándose y utilizando Busiek que casi parece que hay una docena de escritores dando vida a este universo. Sobre todo por lo bien que le sienta a Astro City la introducción de personas teóricamente normales para complementar este mundo. Marella, una joven que empieza a trabajar en el centro de atención de emergencias de la Guardia de Honor es, probablemente, el mejor ejemplo que vamos a ver en este volumen de lo que Busiek siempre ha querido lograr en Astro City, y que además ha logrado de una manera regular, continúa y brillante. Martha Sullivan, alejada del brillo de la juventud que con tanta frecuencia copa el género, también sirve de ejemplo. Incluso la brevísima aparición de la heroína steampunk que bautiza con el nombre de Dama Progreso. O, sobre todo, Telseth de Kvurri, ese embajador intergaláctico que propicia dos grandes historias de este libro y numerosas posibilidades para el futuro. Astro City en estado puro una vez más, aunque se echen en falta arcos argumentales un poco más largos que, como es habitual, complementen lo episodio.
¿Y Brent Anderson? Como siempre, brillante y acertado, aprovechando el caudal imaginativo que sale de la mente de Kurt Busiek y de la inspiración visual de Alex Ross para hacer lo que a veces parece imposible, que nos creamos a unos personajes que parecen absurdos en su planteamiento pero que están pensados para encajar dentro de un dibujo realista. Puestos a encontrar un defecto, el hecho de que haya un villano que parece calcar al Serpentor de G. I. Joe puede ser el mayor punto débil que tiene este volumen, porque en lo demás resulta directamente sobresaliente. No nos cansaremos de elogiar la forma en la que con un trazo clásico que siempre parece estar recordando a la manera en la que Neal Adams se ha asomado siempre al género, consigue que nos sintamos leyendo un tebeo contemporáneo, recordándonos que el género superheroico puede seguir siendo un muy entretenido desfile de trajes imposibles y colores interminables. Puede que, con el tiempo como ahora mismo, no veamos en estos números la mejor etapa de Astro City, pero se mantiene una máxima ya habitual en la serie: ya quisieran otros títulos y autores más reverenciados tener un nivel de calidad tan alto y tan regular durante tanto tiempo. Porque Astro City, a lo tonto, lleva ya más de dos décadas con nosotros. Y que no falte.
El volumen incluye los seis primeros números de Astro City, publicados originalmente por Vertigo entre junio y noviembre de 2013. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Alex Ross y unas notas finales de Jero Piñeiro.
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