Guión: Jonathan Hickman.
Dibujo: Tomm Coker.
Páginas: 192.
Precio: 19,50 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Noviembre 2018.
Jonathan Hickman es uno de esos autores perversos, de esos que te atrapan aunque no sepas explicar muy bien por qué, de esos que incluso aunque tengas la sensación de no estar entendiendo lo que estás leyendo de una manera absoluta sí logra que seamos incapaces de dejar de leer. Hickman es perverso, sin duda, y sus historias perversamente enrevesadas. Por eso es tan bueno. Por eso es tan condenadamente buena una serie que acaba con una conversación entre dos personajes que bien podrían ser manifestaciones gráficas de autor y lector por el nivel de conocimiento que tienen, uno con todas las cartas en la mano y el otro con tantas conjeturas sin resolver que despiertan en él la rabia de no saber. Esto es Hickman, queridos lectores, y esto es el final de Los asesinatos del lunes negro, una serie que seguramente apuntaba en la mente del lector a una duración mucho más amplia pero que acaba en este segundo volumen para deleite de quienes disfrutan (disfrutamos) con los retos que plantea Hickman. Y no, no presumimos aquí de que, en una primera lectura, la más ávida sucesión de páginas para saber qué viene a continuación, lleguemos a alcanzar todo lo que ha expuesto Hickman en este diabólico retrato del mercado financiero. Puede que ni en la segunda. Pero qué bueno en este tipo y con qué fuerza agarra al lector.
Esa es la clave. Los asesinatos del lunes negro va mucho más allá de un escenario, o de la muerte principal que se investiga, una de las muchas que vimos en el primer volumen (aquí, su reseña). No se queda en el fascinante juego temporal que propone, saltando de un punto a otro de forma continua, ni tampoco en la interpretación de fantasía oscura con la que dispara las pesadillas más intensas de cualquiera que se haya visto afectado por esas crisis cíclicas que la economía sirve para deleite de los poderosos y dolor de los más débiles. Hickman busca ese camino, quiere indignar al lector de una manera sutil, lenta incluso, largoplazista como a él le gusta y aunque en esta ocasión opte por una extensión más breve de lo habitual. Y siempre retando, haciendo que el lector participe en lo que es mucho más que un juego de tronos económico, aunque esa lucha por el poder esté siempre ahí. Los asesinatos del lunes negro es, sencillamente, un relato maquiavélico y desesperante, en el que Hickman coloca personajes con los que empatizar, los que están perdidos, los que quieren saber, y otros que saben demasiado y que nos hacen sentir como si fuéramos marionetas. Dentro y fuera de las viñetas. Ese es el efecto que logra el escenario escogido por el escritor y la maliciosa fascinación que se deriva de lo real y de lo fantástico por igual.
Hasta aquí solo hemos mencionado a Hickman, y hemos incurrido por ello en la injusticia de dejar en un segundo plano que no es real al excepcional trabajo de Tomm Coker para dar vida a este universo. La manera en la que juega con las sombras, con los negros tan intensos y con la actitud de los personajes es tan retorcida como asombrosa. No es fácil hacer que elementos tan fantásticos como los que se cuelan en Los asesinatos del lunes negro parezcan tan realistas como lo son en los dibujos de Coker. O que todos y cada uno de los actores de este oscuro juego den siempre la sensación de ser mucho más que un simple trazo en una página. Si Hickman es el tipo que nos vuelve locos con la incertidumbre, el misterio y la Ignorancia, Coker es el que consigue que todo eso se pueda tocar y convertirse en nuestro argumento para desatar la ira, la misma ira que convive con el ansia de saber. Sí, esto se asemeja mucho a la última escena de la serie, un clímax sin acción y que, en realidad, deja todavía más preguntas de las que responde. Pero qué final. Y qué serie. Finita, quizá un poco demasiado para las expectativas levantadas y para la capacidad de Hickman de urdir grandes tramas que resulten inagotables, pero extraordinariamente compleja y absorbente, de esas que no ponen fácil la entrada plenamente consciente, en las que no todo se sabe y se entiende a la primera, pero de la que precisamente no se quiere salir por esa misma razón.
El volumen incluye los números 5 a 8 de The Black Monday Murders, publicados originalmente por Image Comics entre abril de 2017 y febrero de 2018. El contenido extra lo forman las portadas originales y un portafolio de bocetos de Tomm Coker.
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Hola! Comentas que es el final de la serie pero queda otro tomo más,¿no? Dicen que son tres tomos. Gracias por la reseña
¡Hola! Gracias por comentar y perdón por el retraso. En Estados Unidos se han publicado solo dos volúmenes recopilatorios con los ocho números sencillos de la serie. La historia, en principio, queda cerrada, aunque nunca se sabe si la reabrirán en algún momento…