‘Historietas del Museo del Prado’, de Sento

Editorial: Museo del Prado.

Guión: Sento.

Dibujo: Sento.

Páginas: 100.

Precio: 15 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2019.

Hay muchas maneras de engancharse al arte, y es un placer que el cómic sea una de ellas. Es lógico que lo sea, pero no siempre se ha aprovechado todo su potencial. Que el Museo del Prado la tenga entre sus herramientas fijas es un honor y a la vez una espléndida demostración de que las artes viven conectadas entre sí. Historietas del Museo del Prado es, en ese sentido, un tebeo formidable para que gentes de todas las edades recuerden que en España tenemos una de las pinacotecas más impresionantes de todo el mundo, una que está a punto de cumplir 200 años y que puede ser el escenario de cualquier relato. Sento, hombre artístico bajo el que se oculta el valenciano Vicent Llobell Bisbal, ha escogido siete de esos escenarios para construir pequeños relatos que hablan de lo que es el Prado más que trazar una historia del museo. Son fragmentos aparentemente pequeños, pero que juntos nos recuerdan la importancia que tiene su silente protagonista, ese al que damos por supuesto pero que permanece junto a nosotros como referencia cultural ineludible. Y Sento consigue lo más importante, que recordemos lo esencial que es no solo saber que está ahí sino lo hermoso que es visitar el Museo del Prado de vez en cuando, da igual que sea con motivo de una exposición o para ver su colección permanente.

Lo curioso es que Sento, al final, sí traza una historia con mayúsculas del Museo del Prado. Con el objetivo de encontrar esos detalles que puedan transmitir la magia del Museo, y teniendo en cuenta que entre el público objetivo de esta obra hay que situar también a lectores de corta edad, van pasando los años y acontecimientos importantes en el devenir de la pinacoteca, desde el inexistente incendio de 1891 hasta la antológica exposición de Velázquez de 1990. Sento aprovecha ganchos reales para contar historias de ficción, pero la suya es una ficción muy verdadera que retrata de una forma muy eficaz el cariño que sentimos todos por el Prado, el que nos lleva a preocuparnos por su estado o el de sus cuadros, el que hace que políticos de distinta procedencia lo utilicen en sus visitas a Madrid, el que nos invita a esas largas esperas por acceder a su interior o el que forman, en sus entrañas, los restauradores que han permitido que todas sus obras de arte estén a nuestra disposición. Casi sin que nos demos cuenta, Sento nos ha dado la herramienta perfecta para que le perdamos el miedo al Museo del Prado. No es un centro de erudición inalcanzable sino un hogar del arte. Y arte hay también en las viñetas, por lo que la conexión resulta evidente. Parece fácil y no lo es, pero este cómic nos deja esas magníficas sensaciones.

La cercanía también procede de su estilo como dibujante. Es desenfadado y divertido es tremendamente fácil conectar con sus personajes y se aprecia con bastante placer ese paso del tiempo que se va marcando entre historia e historia. Porque estas Historietas del Museo del Prado también sirven para eso, para que de un golpe de vista seamos capaces de ver que son ya 200 los años que contemplan a uno de los edificios más representativos de Madrid. Sin necesidad de optar por un realismo fotográfico, Sento también consigue que veamos en sus dibujos las obras de arte que pueblan el Prado, además del mismo Museo como escenario de todo lo que acontece. Todo encaja, todo funciona, todo está pensado para que la reverencia a la pinacoteca sea accesible para todo tipo de lectores, y que permita regocijarse por este aniversario tan destacable a cualquiera, de cualquier edad y condición, incluso a quien no sienta todavía el cómic como algo tan artístico como el contenido del museo. Sento hace así la tarjeta de felicitación más bonita que podría recibir el Museo, una que el Prado además nos manda a los lectores. Disfrutarla es lo más sencillo del mundo, porque se nota el cariño con el que la ha creado su autor. Puede no ser una obra especialmente ambiciosa desde cierto punto de vista, pero es muy sencillo entender sus objetivos y ser partícipe de ellos.

No tiene contenido extra.

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