‘Érase una vez una princesa que se salvó sola’, de Sara Cano

Editorial: Nube de Tinta / Penguin Random House.

Guión: Sara Cano.

Dibujo: Agustina Guerrero, Amaia Arrazola, Lady Desidia, Naranjalidad, Ana Santos, Elena Pancorbo, Laura Agustí, María Hesse, Alex de Marcos, Aitor Saraiba.

Páginas: 64.

Precio: 15,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Diciembre 2018.

Todo lo que dijimos en su momento de El futuro es femenino (aquí, su reseña) lo podemos repetir perfectamente para analizar Erase una vez una princesa que se salvó sola. Ambos libros, ambos de Sara Cano y con muchas ilustradoras del primer libro repitiendo en este segundo, son primos hermanos. Este es continuación natural de aquel, una expansión que demuestra que todavía hay muchos terrenos en los que es importante que sigamos avanzando. Porque estos dos libros, bajo su estructura de relatos cortos y preciosas ilustraciones, son en realidad una denuncia firme y clara, un recordatorio de todos esos usos sociales y comportamientos que enquistan el machismo en nuestras vidas. La virtud de Cano es que habla con una naturalidad que se puede entender de muchas maneras. Es la conexión más fácil y directa con la realidad, pero al mismo tiempo es algo aterrador porque, efectivamente, quiere decir que esas burlas, ofensas y extralimitaciones de las que habla están instaladas en nuestro día a día. Y eso, se mire como se mire, es terrible, por mucho que la prosa de Cano sea admirablemente sencilla y directa, amena en su exposición, versátil en sus formas narrativas y m, sobre todo, decidida a exponer situaciones que seguro que muchas personas no entienden como denunciables.

Para dar vida a cada uno de los relatos, y como ya sucedía en El futuro es femenino, hay una ilustración de una autora diferente por cada relato, aquí también autores para potenciar el mensaje que defiende el libro. Agustina Guerrero, a quien hay que atribuir también la ilustración de la portada, la misma que hay en el interior, cuenta la fábula de Rapunzel de una manera muy distinta. Amaia Arrazola apuesta por su particular estilo para hablar de la tiranía de la comida. Lady Desidia destaca por la cercanía de sus figuras femeninas, cotidianas y hermosas. Naranjalidad, como siempre, apuesta por la belleza del rostro y el contraste de colores para recordarnos la desigualdad. El dibujo de Ana Santos es una oda a la escritura. Elena Pancorbo, con su tremendo realismo, infunde confianza en la mirada y en la necesidad de que las mujeres se unan. Laura Agustín apuesta por algo diferente, por el simbolismo y por la exposición de mariposas, no de mujeres. Marta Hesse tambien habla de diversidad y unión con sus particulares retratos. Alex de Marcos nos recuerda que un aspecto infantil también encaja en este universo femenino y reivindicativo. Y Aitor Saraiba aporta un toque de fábula también muy agradable. Una espléndida colección de ilustraciones para una muy inteligente colección de alertas cotidianas de comportamientos a erradicar.

El volumen no tiene contenido extra.

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